Colliure celebró el cuarenta aniversario de la muerte de Antonio Machado
Entrega del premio internacional que lleva el nombre del poeta
El poeta español Anitonio Machado fue homenajeado el pasado domingo en Colliure (Francia), donde está enterrado desde 1939. El cuarenta aniversario de la muerte de Machado se cumple el próximo jueves, día 22. Con este motivo, la Fundación Antonio Machado, instituida recientemente en Francia, entregó el domingo el premio que lleva el nombre del poeta muerto al principio de un exilio breve y trágico que culminó humildemente en un hotel de esta pequeña localidad de los Pirineos orientales franceses.
El primer premio internacional Antonio Machado fue obtenido por el hispanista francés Bernard Sesé, profesor del departamento de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos de la Universidad parisina de La Sorbona. En el jurado que lo concedió había personalidades del hispanismo, como Jean Descolá, historiador francés de origen español que acaba de publicar dos estudios, uno de ellos novelado, de la historia de España; Claude Couffon, traductor de los principales poetas españoles de este siglo y empeñado ahora en la traducción de la última obra de Pablo Neruda, y Roger Garaudy, famoso disidente del comunismo europeo. Por parte española figuraban en el jurado Camilo José Cela y Luis Romero.Camilo José Cela fue el único escritor español que acudió a Colliure a conmemorar el cuarenta aniversario de la muerte del poeta sevillano. Junto a él, españoles que viven en Francia y un reducido grupo de jóvenes estudiantes españoles que hacen cada, año, desde hace algunos, esta peregrinación de febrero al lugar donde murió Antonio Machado.
Los habitantes de Colliure, un pueblo de unos 2.000 habitantes que vive pendiente de la pesca de la anchoa y de la persistencia del turismo, tienen en Antonio Machado a una especie de héroe local cuyas escasas andanzas -estuvo en Colliure algo menos de un mes, hasta su muerte- son recordadas con precisión por quienes viven y rememoran aquellos días lluviosos de febrero de 1939, cuando el poeta, su madre, su hermano José (el pintor) y su cuñada, llegaron en tren a la pequeña estación.
Un joven ferroviario, Jacques Baills, fue quien reconoció entonces a Antonio Machado, que se identificó a sí mismo como profesor. Jacques, que es hoy un hombre de 67 años, un ser bondadoso cuyo castellano resulta de una mezcla de catalán y francés, y que recuerda que el primer poema machadiano que leyó fue Flor de abril, descubrió al poeta gracias a su educación literaria escolar. Fue quien le prestó al autor de Campos de Castilla los últimos libros españoles que estuvieron en la mesa de noche de den Antonio. Entre esos libros había. una novela de Baroja. Machado, cansado, física y moralmente destrozado, acaso no pudo leerlos, pero Jacques rememora come, clave en su relación con el poeta, este préstamo de literatura española.
Corona de hierro
Pérez Valiente, un exiliado español que en 1943 situó sobre la tumba de Machado en Colliure una corona realizada. con hierros obtenidos de las rejas del campo de concentración de Argéles sur Mer, una ciudad cercana a Collliure, es quien recuerda los avatares por los que ha pasado el sepulcro constantemente homenajeado del poeta. Pérez Valiente va cada mes a ver la tumba. Sobre ella aparecen breves escritos de peregrinos españoles cuyo punto de referencia esencial sobre Colliure es, evidentemente, la breve y dramática estancia de Machado. Pérez Valiente, escultor y poeta, se encarga de recoger y recopilar esos escritos. En 1958, además, se encargó de cumplir todos los trámites para que el poeta tuviera una nueva tumba, más suntuosa, junto a su madre, muerta unos días después del fallecimiento de Machado. Cuando se efectuaba el traslado, dice Pérez Valiente, un emisario desconocido, que portaba un cofre tallado y misterioso, apareció en las rejas cerradas del cementerio. En el cofre se contenía tierra española enviada hasta Colliure por presos políticos de nuestro país.Colliure no quisiera dejar que Machado abandonara esa tierra. «El quiso quedarse aquí», comenta Pérez Valiente, hoy uno de los miembros de la fundación que lleva el nombre del poeta. «El Gobierno de la República lo mandó a buscar, para que se trasladara a París. La Universidad inglesa de Cambridge también lo reclamó. Pero él quiso quedarse.» Pérez Vahente cuida la tumba de Machado como un trozo vivo de su historia. Sobre ella ha depositado una copia del retrato que José Machado hizo de su hermana. Orlándolo, una tímida bandera tricolor republicana realza la modestia de la ofrenda. A un lado, un soneto de un admirador del poeta, glosa la personalidad de Machado.
La tumba de Machado, visitada el pasado domingo por un centenar de personas silenciosas, animadas por el sol fresco de Colliure, está a: dos pasos del hotel en el que vivió el poeta con su familia. Colliure cuenta muchas anécdotas de la vida de Antonio Machado en el pueblo. Una larga polémica sobre si llovía o hacía sol cuando llegó la familia del poeta ya ha quedado zanjada, parece ser que con resultado favorable para la primera hipótesis. Hoy se respira en la localidad, aparte de ese anecdotario del mes machadiano, un genuino amor por el autor de Soledades. Va a ser difícil que esta población acceda a una antigua pretensión española: trasladar a Sevilla los restos mortales de Machado. La constitución de la fundación y actos como el del pasado domingo, en que la representación de nuestro país era, aunque cálida y de calidad, más bien escasa, son una prueba de que Colliure quiere seguir albergando al escritor que renunció a París y a Cambridge para morir en lo que debió ser una paz atormentada.
Las adhesiones españolas que recibió el pasado domingo el homenaje de Colliure a Machado son expresivas. Aparte de la presencia del cónsul español en Perpignan, una carta del director de la Casa de la Cultura de Soria y la presencia de la comisión pro homenaje a Antonio Machado en España, auspiciada en parte por el Ministerio de Cultura, la preocupación oficial por esta conmemoración del aniversario machadiano fue inexistente. Telegramas y adhesiones recibidos desde otros sectores son ejemplos de que la memoria de Antonio Machado no ha dejado de estar ligada a su significación política. La Liga Española de la Enseñanza, cuya sede sigue en París; Victoria Kent; Fernando Valera, ex presidente del Gobierno republicano en el exilio, actualmente grave en un hospital parisino; Izquierda Republicana deValencia, y Carmen Cuevas, de la federación de deportados y resistentes europeos contra el fascismo, fueron algunas de las entidades o personalidades que expresaron su apoyo escrito al acto. Junto a ellos, personajes como Miguel Delibes, Manuel Andújar o Francisco García Pavón, u organismos, como la UNESCO o el Ateneo barcelonés. Al lado de las adhesiones, las coronas: las que fueron depositadas sobre la tumba de Machado el pasado domingo eran una mezcla de flores amarillas, rojas y violetas. Estas flores nostálgicas serán renovadas enseguida por los peregrinos que de tarde en tarde llegan a Colliure a ver donde Antonio Machado vivió los últimos días de su vida.
Babelia
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