Exposición de cerámica popular en Burgos

Se ha inaugurado en Burgos una exposición sobre cerámica popular de Castilla-León organizada por el Taller de Cultura, de Valladolid. La muestra recoge piezas de cuarenta alfares, algunos ya extinguidos, como el de Quintana Redonda, de la provincia de Soria, único caso de la región en el que se encontraba cerámica negra; el de Huerta del Rey, de Burgos, como el de Muelas de Pan, de Zamora.

Objetivo

El director del taller, Fernando Valiño, ha manifestado a EL PAÍS que el objetivo de esta exposición no es sólo enseñar al público una serie de piezas interesantes, sino también presionar de alguna forma para que se realice un estudio sobre la cerámica y alfarería de Burgos, para que no se pierdan las formas tradicionales y se continúe la labor de alfarería, que está a punto de desaparecer debido a que los hombres que actualmente trabajan el barro son ya de edad muy avanzada, encontrándose además con enormes dificultades para vender y, de alguna forma, comercializar su producto. Se da el caso, por ejemplo, del alfar de Astudillo, de Palencia, donde sólo se cuece una vez al año y esto por el amor que tiene al oficio el hombre que lo lleva. Todas las piezas de la exposición tienen un sentido particular y demostrativo de lo que es la alfarería castellano-leonesa, que aparentemente puede parecer pobre si se la compara con la catalana o levantina, donde se utilizan técnicas más vistosas, como el vidriado, pero tiene más valor de interés en cuanto a pureza y reflejo de la sociedad y de los valores socioeconómicos de la zona. Aparte del clásico botijo redondo y otros cacharros que fueron creados pensando en su utilidad cotidiana que hoy la sociedad les niega, la exposición muestra obras de jóvenes como Marichu Delgado y Monona, que, basándose en formas tradicionales, han dado un paso adelante sumando a esto un valor decorativo.