Ceaucescu, firme en la defensa de la independencia de Ruamania frente a cualquier injerencia

Reforzado por el apoyo que su partido le brindó el miércoles durante una reunión del Comité Central, el secretario general del Partido Comunista rumano y presidente de la nación, Nicolae Ceaucescu, insistió ayer en que «bajo ninguna circunstancia aceptará firmar un documento que viole la independencia» de su país. Esta última declaración del rebelde Ceaucescu parece confirmar, a los ojos de los observadores, la naturaleza de la crisis que afronta el Pacto de Varsovia, que podría degenerar en una serie de acciones de las naciones fíeles a Moscú contra los rumanos.

Durante la última reunión del comité político del Pacto de Varsovia, celebrada hace dos semanas en Moscú, el presidente rumano se negó públicamente a aceptar una propuesta soviética para incrementar los gastos de defensa del bloque. La propuesta moscovita había sido aprobada por los otros seis países socialistas del Este englobados en el pacto militar defensivo.Mientras tanto, está previsto que hoy el presidente Ceaucescu pronuncie un discurso, que se anticipa como transcendental, ante el Comité Central del PC, el Consejo Nacional del Frente Unitario Socialista y la Asamblea Nacional en sesión conjunta. La ocasión elegida para esta alocución, que se supone será programática, es el sesenta aniversario de la integración de la región de Siebenbuergen (Ardeal, para los rumanos) en la nación rumana. Al margen de la postura que pueda reflejar Ceaucescu en su discurso, existe gran expectación sobre si los embajadores de los otros seis países miembros del Pacto de Varsovia se harán presentes o no en este acto o si, al menos, se encontrarán en Bucarest.

Hasta el momento no se sabe que hayan regresado ya a la capital rumana los representantes de la Unión Soviética, Hungría y Bulgaria, que se ausentaron el martes pasado para asistir a una sesión del Comité Central del PCUS, el primero; para preparar una reunión de la comisión conjunta húngaro-rumana, el segundo, y por motivos desconocidos el tercero.

Período de tensión

A pesar de la presencia de los demás representantes de los países del Pacto en una recepción en la embajada yugoslava en Bucarest el mismo martes por la noche, nadie parece dudar, entre los analistas políticos, que, efectivamente, Rumania vive en estos momentos el período de mayor tensión respecto de la URSS desde 1968, año en que Rumania se negó a enviar tropas para la ocupación de Praga.

De Bucarest llegan impresiones en parte contradictorias. Por una parte se alude a una «campaña de fervor nacionalista», cuya manifestación más palpable sería el elevado número de cartas de adhesión a Nicolae Ceaucescu que publicaba ayer la prensa rumana. En cierto modo, según se observa en Occidente, la política exterior del presidente rumano podría apuntar sobre todo a reforzar su posición interior.

En Bucarest se subraya que Ceaucescu se prodigue como jamás hasta ahora en reuniones y asambleas de todo tipo. El miércoles insistía, ante oficiales del Ejército y funcionarios del Gobierno, en que «no permitiría jamás que una formación militar rumana, o un solo soldado rumano, tuviese que obedecer órdenes de fuera». «Las órdenes -dijo- sólo pueden emanar de nuestro propio país.» Desde su regreso de Moscú, tras participar en la cumbre del Pacto de Varsovia, el «conducattor» rumano ha recibido numerosas delegaciones de militares, funcionarios del partido, intelectuales y obreros.

Frente al autonomismo de Bucarest, Moscú y Berlín oriental han mostrado gran interés en una aproximación de Albania, que rompió sus relaciones con el bloque oriental europeo en 1961 para acercarse a China. Con ocasión del 34 aniversario de la liberación albanesa, la República Democrática Alemana ha enviado un telegrama a Tirana en cuyo texto los dirigentes supremos del país y del Partido Comunista de Berlín expresan su deseo de normalizar las relaciones diplomáticas y a nivel de partidos de los dos países.