La conferencia de la ONU sobre el trigo reanuda sus sesiones en Ginebra

Ayer se reanudó la conferencia de las Naciones Unidas sobre el trigo, con la participación de más de setenta países. La conferencia, que fue suspendida el 23 de marzo último, por total falta de acuerdos después de seis semanas de trabajo, tiene por objetó establecer un acuerdo global sobre tres proyectos de convención: un acuerdo comercial internacional sobre el trigo destinado a establecer mecanismos que estabilicen su precio, otro, sobre los cereales secundarios, y un tercero sobre ayuda alimentaria a los países en vías de desarrollo.

En el plano estrictamente técnico, un comité intermediario que se reunió en Londres con posterioridad a la conferencia de marzo, logró ciertos acercamientos de criterio en lo que respecta a ayuda alimentaria y cereales secundarios, pero no en relación a los mecanismos estabilizadores de los precios.Al respecto, el embajador suizo Arthur Dunkel, que preside la conferencia, declaró hace algunos días que «se ha logrado reducir, y en algunos puntos eliminar, divergencias importantes», pero reconoció que «ahora, es preciso ir más allá de las cuestiones meramente técnicas y manifestar claramente voluntad política».

Una de las principales divergencias que enfrentan a Estados Unidos con la Comunidad Económica Europea radica en el volumen de los stocks de reservas como parte del mecanismo estabilizador. Estados Unidos propone treinta millones de toneladas, mientras que la CEE y Japón sólo quince millones.

Otro elemento de desacuerdo se refiere a los precios máximos y mínimos en que se basaría la estabilización del precio del trigo en el mercado internacional.

Mecanismos de ayuda

Lo que constituye un enfrentamiento entre los países desarrollados y en desarrollo, tiene relación con el mecanismo que deberá operar para la ayuda que recibirá este último grupo de países. Los desarrollados estiman que la ayuda para la construcción de instalaciones de stocks y la adquisición de éstos, debe hacerse por acuerdos bilaterales o a través de ciertas instituciones multilaterales ya existentes, mientras que los países en vías de desarrollo sostienen el criterio de que dicha ayuda deben recibirla por un nuevo mecanismo expresamente establecido en la futura convención sobre el trigo, descartando la posibilidad de compromisos bilaterales.Esta conferencia adquiere especial importancia por estar ligada al «capítulo agrícola» de las negociaciones comerciales multilaterales (denominadas también Tokio round), marco en el cual se negocia en medio de grandes dificultades un vasto programa de liberalización comercial a nivel mundial.

De surgir una convención internacional sobre el trigo durante la actual conferencia, ésta constituiría una verdadera inyección para las negociaciones Tokio round. Por el contrario, un fracaso se sumaría sin contrapeso a las actuales dificultades que enfrentan las negociaciones, entre las que se encuentra la decisión del Congreso norteamericano de no prorrogar a partir de enero (fecha de su vencimiento) el sistema Waiver sobre derechos compensatorios a los productos europeos que reciben subvenciones estatales.