Polémica por el traslado de los restos del inca Garcilaso
Una arqueta con cenizas del inca Garcilaso de la Vega será llevada por el rey Juan Carlos en su próximo viaje a Perú. Esta arqueta fue entregada el pasado lunes, por el obispo de Córdoba y el dean de la catedral con una bolsita conteniendo una parte de las cenizas del inca Garcilaso, hijo de Sebastián Garcilaso, capitán español, y de la princesa Chimpú Ocllo, hija del emperador incaico Hualpa-Tupac, heredero de Tupac Inca Yupanqui, últimos títulos de la monarquía aborigen peruana.Tras nacer en Cuzco y vivir allí su juventud, Garcilaso se desplazó a España al servicio de Felipe II y, en su madurez, a Montilla y Córdoba. donde fraguó su obra literaria e histórica, en la que se da la circunstancia de ser el primer escritor en castellano natural del continente recién descubierto. A esta condición se unió la de la proximidad de las fuentes, lo que hace que su Historia general de Perú y las dos partes de sus Comentarios reales sean de indudable fiabilidad, por contener elementos de primera mano. La petición al cabildo de la catedral de Córdoba de sus restos es muy antigua, y fue en tiempos del ministro Castiella, cuando se accedió a la entrega simbólica de una bolsita de sus cenizas, para lo cual se procedió a la exhumación de la cripta de la capilla de las Animas donde reposa según su mandato testamentario, en una arqueta que ha sido guardada por el propio cabildo.
Diversas voces andaluzas se han levantado en protesta por este acto, destacando la del presidente de la Real Academia dé Córdoba y el Círculo Montillano de Sevilla, ya que durante mucho tiempo vivió en la ciudad vinícola cordobesa alternando con estancias en Córdoba, donde murió, en 1616. En esta línea de protestas, la Junta de Andalucía, que había sido invitada a participar en el acto simbólico por el Ministerio de Asuntos Exteriores y la jefatura de los servicios culturales de La Zarzuela, desistió de estar presente, en el mismo, si bien el secretario general técnico de la Consejería de Cultura del organismo preautonómico andaluz se desplazó a Córdoba con el solo fin de dar a los medios de información un comunicado oficial de dicha consejería, en el que se lamenta el no haberse tomado la opinión del pueblo andaluz y de la propia Junta para este acto, ya que afecta al patrimonio histórico de Andalucía. El embajador de Perú, Carlos Vázquez Ayllón, tras recibir la arqueta conteniendo las cenizas, dijo a EL PAIS que «si algo faltaba a los peruanos para sentirnos auténticamente andaluzamericanos era este gesto de los cordobeses que permite a nuestro pueblo, y especialmente al cuzqueño, recuperar un recuerdo de su hijo más preclaro. A partir de ahora -continuó diciendo- será imperecedero nuestro agradecimiento al pueblo andaluz por haber permitido satisfacer nuestra ambición de que una parte de sus cenizas vuelva a la ciudad imperial que le vio nacer, y al rey Juan Carlos, por hacerlo posible». El propio Rey entregará al primer mandatario de Perú la arqueta durante su próximo viaje a tierras americanas.
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