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El control de las rutas marítimas evitaría las grandes catástrofes

Controlar las rutas marítimas, al menos en las zonas costeras, con el mismo rigor que se aplica a la navegación aérea es una de las medidas propuestas a la CEE por la Conferencia de Regiones Marítimas Europeas para impedir las grandes catástrofes del mar y, más concretamente, las mareas negras ocasionadas por los accidentes de los petroleros.El tema ha sido replanteado estos días en Bilbao por expertos de Gran Bretaña, Francia, Portugal y España, países que a lo largo de la última década han sufrido en sus litorales las consecuencias de tales accidentes. Pese a que estos trabajos dependen de la CEE, nuestro país, al igual que Portugal y Grecia, participa en ellos en calidad de asociado.

La legislación más avanzada en este campo la tiene Francia, después de haber sufrido hace año y medio en sus costas de Bretaña el accidente del Amoco Cádiz, cuyos daños se han cifrado por encima de los 25.000 millones de pesetas.

Entre los instrumentos legales arbitrados por el vecino país figura la obligatoriedad de que todo petrolero que se encuentre a menos de 150 millas de la costa comunique su situación y su ruta, de modo que se conozca en tierra cualquier dificultad que pueda atravesar. En definitiva, algo similar al control aéreo.

Barcos de la armada francesa vigilan el cumplimiento de estas normas. El senador bretón Georges Lombard, presidente de la comisión que estudia estos temas, dedclaró que las patrullas francesas habían detectado hasta cincuenta infracciones diarias durante los primeros días, aunque en la actualidad habían bajado a dos o tres. Entre las infracciones más frecuentes figuraban algunas tan peligrosas como las de no respetar los pasillos de subida y bajada, lo que podia dar lugar a colisiones.

Estas medidas de control son aplicadas también en Gran Bretaña, aunque en una franja de sólo tres millas. En el caso español no existen todavía unidades de vigilancia, según manifestó el capitán Ignacio Arnáiz, aunque están en fase de construcción patrulleras que entrarán próximamente en funcionamiento.

Medidas de difícil aplicación

Las diferencias entre las legislaciones de los distintos países dificultan precisamente la aplicación de medidas uniformes en el ámbito europeo no ya sólo por lo que respecta al control del tráfico, sino también al diseño de los propios barcos, a la cualificación de las tripulaciones y al establecimiento de rutas alejadas de las costas.

Los asistentes a la conferencia no tuvieron inconveniente en reconocer que los países europeos no están suficientemente preparados para combatir los grandes accidentes del mar, pese a las mejoras sustanciales conseguidas después de las catástrofes de varios superpetroleros.

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