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Aplazada la fijación de la cuota de captura de cachalotes

Con una serie de incidentes y violencia concluyó en Londres la reunión anual de la International Whaling Commission, el organismo que se encarga de cuidar la explotación comercial de los grandes cetáceos, después de que un conservacionista derramara un gran frasco de simbólica sangre de ballena sobre la cabeza de uno de los delegados japoneses.El nipón respondió violentamente y hubo un breve intercambio de golpes entre delegados y miembros del grupo de una treintena de defensores de las ballenas, que habían irrumpido y ocupado pacíficamente durante unos minutos el recinto.

Portavoces de los grupos conservacionistas (algunos de cuyos miembros asistieron, en calidad de observadores, a las sesiones técnicas de esta conferencia internacional) han destacado el carácter inoportuno y contraproducente para su causa de la acción ejecutada sobre el delegado japonés, justificándola exclusivamente como un acto de frustración individual, y en ningún caso como un plan concebido colectivamente.

En resumen, y como muestra del pequeño éxito logrado por los defensores de los grandes cetáceos, la comisión internacional acordó proteger a la llamada especie Sei de pequeñas ballenas, en toda la zona del Antártico, y ello a pesar de la oposición de la delegación japonesa.

Sin embargo, el acuerdo más importante -según estiman todos los observadores- ha sido aplazar, hasta que se celebre una reunión especial en diciembre próximo, la decisión sobre fijaciones de cuotas de captura de cachalotes en la zona del Pacífico norte.

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