Suarez, piensa que su viaje es el comienzo de una nueva etapa de cooperación hispano-marroquí
El presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez, regresó ayer a Madrid, procedente de Rabat, después de una visita oficial a Marruecos de un día de duración. El presidente español, en el aeropuerto de Rabat, declaró que esperaba que su visita constituyera el principio de una nueva etapa de amistad y cooperación entre los pueblos de España y Marruecos. Por su parte, el primer ministro marroquí, Ahmed Osman, quién acompañó a su homólogo español al aeropuerto, insistió en la idea de la cooperación, recordó que el 4 de julio se reunirá en Madrid una comisión bilateral de expertos para debatir «todos los temas pendientes» y se negó a comentar los temas del posible viaje de Suárez a Argel -«nosotros no tenemos nada que ver en este asunto»- y el futuro de Ceuta y Melilla -«ésta es una pregunta que concierne al señor Suárez».
Estos dos temas, Argelia y Ceuta y Melilla, fueron, sin duda, el marco político esencial que rodeó el, viaje de Suárez a Rabat. Dos diarios marroquíes despiden hoy al presidente Suárez con sendos editoriales en los que se habla de ambos temas: el diario conservador Al Magreb escribe en su primera página: «La paciencia y la sabiduría de nuestros dos Gobiernos frente a las campañas de intoxicación dirigidas por el lobby argelino en Madrid y por ciertas corrientes equivocadas durante algún tiempo, han coronado el éxito, demostrando la justa misión y su fe inquebrantable en la construcción del futuro común y en la defensa de la paz en la región»; el diario comunista Al Bayane, escribe también en su primera página: «Ceuta y Melilla y las islas Canarias son el presente y el futuro. Hay que decirlo francamente y sin rodeos. Para nosotros, que creemos firmemente en la distensión, en la paz y en la amistad, nosotros creemos también que la mejor manera de garantizarlas es la de suprimir todas las causas susceptibles de amenazarlas. Y lo más pronto, posible sería lo mejor.»El comunicado conjunto hispano-marroquí, publicado tras la visita del presidente Suárez, habla de la «voluntad de comprensión y de cooperación que anima a los dos países», así como su deseo de mantener un diálogo abierto, franco y leal sobre todas las cuestiones que les interesan «tanto en el plano bilateral como en el regional».
Dice también que «los profundos sentimientos de amistad que unen a su majestad Hassan II y su majestad don Juan Carlos I», constituyen la mejor garantía para el «desarrollo armonioso de los dos pueblos amigos», y se establece el criterio de que España y Marruecos actuarán de manera tal que no sean competidores mutuos, «sino que se complementen y que mediante acuerdos regionales contribuyan decisivamente a la paz y a la prosperidad». Igualmente se constata que la visita de Suárez ha servido para abrir nuevas perspectivas de cooperación entre España y Marruecos.
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