Moscú trata de acelerar la reducción de tropas en Europa central

La Unión Soviética ha hecho una propuesta a Estados Unidos para reducir mutuamente el número de tropas estacionadas en Europa central y fijar un tope máximo a los efectivos militares de cada bloque en ese área, lo que abre la posibilidad de un futuro acuerdo, se supo ayer en Washington.

La propuesta de los soviéticos se considera en medios de la Administración Carter como un importante avance en las conversaciones de Viena, que desde 1973 han intentado, con escaso éxito, conseguir una reducción mutua y equilibrada de tropas (MBFR) en Europa Central.El número máximo de tropas de tierra quedaría limitado en cada bloque a 700.000 hombres, según la propuesta de Moscú, que fija también en 900.000 el tope máximo por cada parte a las tropas de tierra y aire conjuntamente.

Aunque funcionarios norteamericanos consideran «prematuro» hablar de un próximo acuerdo de reducción de fuerzas en Europa, se destacó el hecho de que, por primera vez, los soviéticos hayan incluido en sus ofertas la fijación de un número máximo de tropas, en vez de pedir reducción en tantos por ciento. Esta última fórmula venía siendo rechazada por los occidentales, ya que consideran que beneficia a las fuerzas del Pacto de Varsovia, más numerosas.

El primer problema que se plantea ante la propuesta soviética consiste en fijar el número exacto de tropas que los países del Este tienen desplegadas en Europa central. Los soviéticos dicen que son unos 805.000 hombres, mientras que el espionaje norteamericano estima en 950.000 los efectivos del Pacto de Varsovia.

Problemas pendientes

Por otra parte, en Washington se alega que la retirada soviética de Europa central podría consistir simplemente en replegar sus tropas hasta la frontera occidental de la URSS, mientras que los norteamericanos deberían retirarse mucho más lejos, hasta su propio terrítorio, más alejado del hipotético campo de batalla.Otras posibilidades a negociar en orden a un futuro acuerdo serían la retirada por parte de Estados Unidos de mil armas atórnicas de Europa central a cambio de que los rusos retiraran 1.700 tanques estacionados en Alemania del Este, Polonia y Checoslovaquia, principalmente.

En cualquier caso, ambas partes comenzaron hace tiempo a mejorar la capacidad combativa de sus tropas estacionadas en Europa, con vistas a una posible reducción mutua, que serviría más para alivilar los presupuestos militares que para desterrar una amenaza de guerra en Centroeuropa.

La propuesta soviética no especifica qué límites, dentro del general, deberían fijarse a las tropas de cada país encuadrado en los dos bloques, pero en Washington se piensa que los rusos exigirán importantes reducciones en las fuerzas de la República Federal de Alemania, algo a lo que Bonn ha venido oponiéndose sistemáticamente.

Definida como una «base real para negociar» por funcionarios del Gobierno Carter, la oferta soviética se produce en un momento en que las relaciones entre las dos superpotencias atraviesan por un momento difícil, que ha hecho dudar incluso de la continuidad de la política de distensión y augurar el retorno a la guerra fría, y cuando las conversaciones SALT II sobre limitación de armas estratégicas vuelven a encontrarse en un impasse.