Schmidt apoya el plan defensivo de Carter
Tras una noche de insomnio, en vuelo de regreso a Bonn, el canciller alemán, Helmut Schmidt, presentó ayer ante el Parlamento una declaración de gobierno sobre las dos reuniones de alto nivel en que ha tomado parte durante su estancia en Estados Unidos: la asamblea general extraordinaria de la ONU sobre el desarme y la cumbre de la OTAN.
El nuevo criterio del presidente Carter respecto de la Alianza Atlántica ha hecho mella, como era de esperar, en la República Federal de Alemania, hasta el punto de que el canciller utilizó en el Bundestag un lenguaje que no recuerda el espíritu de la asamblea de la ONU sobre el desarme. Según Helmut Schmidt, «la disparidad existente entre la OTAN y el Pacto de Varsovia en el sector de las armas convencionales lleva a Bonn a reservarse el derecho a adoptar, junto con sus aliados, las medidas pertinentes que conduzcan a incrementar la seguridad de la Alianza Atlántica, en tanto no sea efectivo, un equilibrio de armamento entre los dos bloques».Este nuevo espíritu, que se materializará en un aumento presupuestario anual para defensa de hasta el 3% (actualmente la RFA destina a este fin novecientos millones de dólares), recibirá forma política en las dos reuniones próximas de la OTAN sobre la situación africana tras las últimas escaramuzas en Shaba.
Africa ha sido precisamente el gran tema de fondo de la declaración gubernamental, en cuanto es escenario de confrontaciones entre el Este y el Oeste. El lenguaje de la prensa conservadora alemana es claramente intervencionista, tras los nuevos estimulos prestados por el presidente Carter a un mayor compromiso armado de los países de la OTAN en el continente negro.
A este respecto, el diario Die Welt, bajo el título «El redescubrimiento de Africa», señala que «un par de millones de petrodólares sauditas y un par de centenares de paracaidistas franceses y belgas han logrado frenar, al menos en los casos de Somalia y de Zaire, lo que parecía la inevitable formación de una Africa roja». El mismo diario ve, en la actual situación, una buena ocasión para que la OTAN supere su actual «desintegración interna».
Según Helmut Schmidt, los aliados occidentales están de acuerdo en que no hay contradicción alguna entre limitación de armamento y fortalecimiento de la OTAN. La oposición democristiana no ha presentado graves objeciones a la nueva postura de Carter y Schmidt, y ha insistido en que este espíritu debe hacerse efectivo. El diputado cristiano-social Zimmermann declara que, de todas formas, la cumbre de Washington ha ofrecido tan sólo una «imagen brigadista» de una posible intervención en Africa.
A pesar de que el activismo político es estos días el tema número uno en la política interior alemana, el canciller lo ha tratado tangencialmente en su intervención. Schrnidt ha respaldado al jefe del Gobierno berlinés, Stobbe, y a su «ministro» de Justicia, Baumann, cuya dimisión insisten en pedir los democristianos. El sábado el Senado berlinés votará una moción de censura contra ambos políticos en relación con la liberación armada del activista Meyer de la cárcel de Moabit.
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