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Quedará limitada la colaboración nuclear europeo-norteamericana

La Administración Carter, durante la última visita a Moscú del secretario de Estado Cyrus Vance, el mes pasado, ha acordado con la Unión Soviética, en un texto aún por completar, un compromiso que limitará el grado de cooperación futura que Estados Unidos puede prestar a sus aliados en Europa occidental.Previamente, se sabía que tanto los soviéticos como los norteamericanos estaban de acuerdo en restringir todos los esfuerzos por modificar el tratado principal de las conversaciones SALT II, que de firmarse, está previsto que dure hasta 1985. El dato nuevo se basa ahora en que esta restricción también afectará a la. colaboración nortearnericano-europea en materia de armas estratégicas.

Al llegarse, en principio, a este acuerdo, que representa un compromiso entre las posiciones mantenidas al respecto por Washington y Moscú, funcionarios norteamericanos han declarado que están convencidos de que se ha eliminado uno de los más serios obstáculos que existían para la firma, antes de final de año, de un segundo acuerdo en las conversaciones SALT.

Pero los funcionarios están de acuerdo en que, pese a este compromiso, todavía quedan por solventar algunas cuestiones importantes cuya transferencia es vital para Europa y la Unión Soviética. La más destacable es si este acuerdo en principio permitiría a Washington transferir a Europa el misil Crucero u otras armas cuya cualificación como arma táctica o estratégica aún no ha sido determinada.

El compromiso al que se ha llegado, que ha quedado englobado en el artículo número 12 del segundo acuerdo SALT, establece que «para garantizarla viabilidad» del acuerdo que limita los misiles y bombarderos estratégicos de ambos lados, tanto la Unión Soviética como Estados Unidos se comprometen a no debilitar las posiciones de ambos mediante la transferencia de armas estratégicas a terceros países.

Funcionarios norte americanos justifican el compromiso alcanzado, que ha roto seis meses de punto muerto que existía en las negociaciones, sobre la base de que el texto vagamente acordado es considerablemente más débil y riguroso que el que exigían los; soviéticos. Asimismo, admiten que el texto contiene una referencia a «terceros Estados» que a Washington no le gustaba y que, teóricamente, prohíbe la transferencia de armas y de colaboración técnica a los países europeos.

Pero la prohibición, en opinión norteamericana, no es terminante ni afecta a todo tipo de armas. Para Washington, que ha comunicado a los europeos sus intenciones y ha recibido en principio su endoso, Estados Unidos todavía se reserva la opción de colocar en Europa tipos de armas sin especificar según determinadas condiciones no reveladas.

El secretario de Estado, Cyrus Vance, ha presentado a los aliados europeos el texto de este artículo 12 durante su reciente estancia en Londres, de vuelta a Moscú. Según los norte americanos, el asentimiento de los líderes europeos fue general.

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