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Sesenta mil personas, contra la central nuclear de Lemóniz

Ni la lluvia ni la larga caminata de siete kilómetros pudieron con el ánimo de las 60.000 personas que se dieron cita el domingo en la localidad vizcaína de Lemóniz, para decir no a la central nuclear que Iberduero construye en este término municipal. No habrá sido, como esperaban sus promotores, la mayor concentración antinuclear a escala planetaria, pero sí es probable que en ninguna como en esta se haya puesto a prueba la voluntad de todos y cada uno de los manifestantes.

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Bajo la lluvia dio comienzo un acto en el que la consigna más repetida fue sin lugar a dudas ETA, Lemóniz, goma-2, que una y otra vez interrumpió las intervenciones de quienes tomaban el micrófono. En segundo término se daba el grito de Ez, ez, ez, central nuklearik, ez (No, no no, centrales nucleares, no).En este clima dio comienzo el mitin propiamente dicho con la lectura de un manifiesto de la Coordinadora de Comisiones Antinucleares de Euskadi. Después de recordar otras movilizaciones, la coordinadora insistió en su denuncia a la Administración, que durante estos cuatro años ha guardado un silencio cómplice a pesar de las numerosas y graves irregularidades denunciadas en la construcción en la central de Lemóniz.

A la pregunta de qué es lo que queda en estos momentos por hacer, la multitud contestó una vez más con la referencia a ETA y a la goma-2. Los comités entienden, sin embargo, que el pronunciamiento de los partidos puede dar, aunque tarde, sus frutos para impedir la nuclearización de Euskadi.

En esta línea y casi al término del acto, se dio lectura a un comunicado suscrito por trece partidos políticos (toda la Oposición excepto PNV y PSOE), que invitan al pueblo vasco a que incremente las movilizaciones hasta conseguir que se paralicen las obras de Lemóniz y se abra un debate popular que haga posible más adelante una decisión democrática sobre la alternativa nuclear.

Entre la Coordinadora de Comités Antinucleares y los partidos tomaron la palabra representantes de Cataluña, Galicia, Extramadura, Euskadi Norte y Alemania, para dejar paso, finalmente, a los dos parlamentarios de Euskadiko Ezkerra, únicos presentes en la concentración. El senador Bandrés manifestó que el pueblo había zanjado ya el pleito nuclear con un rotundo no y que esta decisión iba a transmitirla ayer, lunes, al Consejo General Vasco para que decidiese en consecuencia.

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El diputado Letamendía recordó, por su parte, al «primer mártir antinuclear vasco», José David Álvarez, muerto a consecuencia de las heridas que sufrió en el asalto de un comando de ETA a las dependencias que tiene la Guardia Civil en Lemóniz. Letamendía insistió en que está en peligro la propia supervivencia del pueblo vasco y que es hora de juntar los codos para defender a Euskadi.

El mitin terminó con una simbólica votación bajo los paraguas. Los manifestantes levantaron la mano para mostrar su acuerdo con un escrito dirigido a los ayuntamientos de Lemóniz y Munguía, en el que se les pide que decreten la paralización de las obras en base a las innumerables irregularidades cometidas durante su construcción. Solamente un incidente en el transcurso de la jornada: las oficinas que Iberduero tiene en Gorliz quedaron destruidas al paso de una de las columnas, a pesar de las persianas de acero que habían sido colocadas unos días antes.

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