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Arias y algunos de sus ministros, convocados a informar sobre descolonización del Sahara

La Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso aprobó ayer la resolución del grupo socialista por la que se requiere, ante dicha Comisión y para informar sobre el proceso de descolonización del Sahara, a las siguientes personas: Carlos Arias Navarro, José Solís, Antonio Carro, Pedro Cortina, Luis Rodríguez de Viguri, Federico Gómez de Salazar, José María de Areilza, Eduardo Blanco, Vicente Piniés, Adolfo Martín Gamero, Sobredo y Alfonso Alvarez Miranda. La resolución, adoptada por dieciséis votos a favor y trece en contra, consiguió la mayoría por la indisciplina de voto de cuatro diputados de UCD -Lasuén, Meilán, Monsonís y Otero Madrigal-, que decidieron apoyar la propuesta socialista.

La Comisión aprobó, también, una resolución sobre el proceso de descolonización del Sahara y otras dos sobre la situación de la flota pesquera española en el Atlántico norte y en el Cantábrico. La Comisión rechazó la resolución sobre la violación de los derechos humanos en Chile. El portavoz de UCD retiró los proyectos de resoluciones sobre el Sahara y Argelia.El desorden y la confusión reinaron en los debates de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, reunida en la mañana de ayer bajo la presidencia de Ignacio Camuñas y dedicada en la mayor parte de su tiempo a discusiones sobre el reglamento y a continuos y largos recesos (cuatro), en los que se intentó, sin mucho éxito, ordenar las discusiones.

Sirvan de ejemplo del desconcierto los siguientes elementos: al subsecretario de Asuntos Exteriores, Miguel Solano, y a una delegación de altos funcionarios del mismo Ministerio les fue negada la entrada en la sala; la sesión se desarrolló sin la presencia de taquígrafos, con lo que los continuos «que conste en acta» del debate quedaron en el aire; la lista de los presentes y de los suplentes estuvo plagada de errores.

Las resoluciones sobre pesca aprobadas, presentadas por la minoría vasca, pasaron sin problemas por la Comisión, y en ausencia de los expertos de Asuntos Exteriores.

Las resoluciones piden al Gobierno que «exija a los responsables comunitarios una inmediata mejora sustancial de las condiciones en que se desarrollan en la actualidad las actividades pesqueras españolas», y que dirija a las autoridades francesas la petición inmediata de «cese de las arbitrariedades que sufren los pesqueros españoles en aguas vecinas».

Seguidamente entró a debate la propuesta socialista sobre la situación de los derechos humanos en Chile, en texto similar al aprobado por las Naciones Unidas, más una denuncia sobre el reciente referéndum convocado por el general Pinochet.

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Por el grupo socialista, Luis Yáñez presentó la moción y declara que «el golpe chileno de 1973 constituye un símbolo de la violación de los derechos humanos», y añade que la situación actual de Chile está «ampliamente documentada por la ONU». Destaca la contradicción de las declaraciones del ministro señor Oreja en defensa de los derechos humanos y la abstención española en las votaciones de la ONU, e insiste en que no se trata de una moción de censura al Gobierno.

Toma la palabra Federico Silva (AP), quien se declara favorable a la defensa de los derechos humanos, a la vez que anuncia el voto en contra de su partido por «la dureza del texto para con cualquier Estado con el que se mantienen relaciones» e insistiendo en que si se trataba de «una cuestión de principios» habría que tener en cuenta a otros regímenes «incluso del continente americano».

Se entra en la votación, nominal a petición del grupo socialista, y la propuesta es rechazada por dieciséis votos en contra, once a favor y una abstención, la del presidente de la comisión, Ignacio Camuñas, quien en seguida insta en voz baja al portavoz de UCD a que solicite la palabra para explicación del voto de su grupo. El señor Ruiz Navarro, en nombre de UCD, declara que, a pesar del voto contrario, su partido «rechaza las prácticas de violación de los derechos humanos por el Gobierno chileno» y propone una condena no discriminatoria para todos los regímenes que violen estos derechos o una declaración general de principios.

Luis Yáñez interviene de nuevo y dice que el grupo socialista no ha ,encontrado ninguna propuesta de resolución sobre derechos humanos en otros países, y declara que «los diputados de UCD votaron en contra del texto de Naciones Unidas, mientras el, Gobierno sólo se abstuvo en la ONU».

El Sahara ocupó el tercer lugar de los debates. La propuesta del PCE pidiendo la autodeterminación del pueblo saharaui fue aceptada por unanimidad, una vez que socialistas y comunistas; aceptaran la exclusión de la mención al Frente Polisario que se hacía en el texto inicial. El señor Yáñez explicó el voto declarando su grupo favorable a la representatividad del Polisario.

La última votación, presentada por el diputado socialista Manuel Marín, causó la sorpresa de la jornada. Se acogió a las declaraciones de Marcelino Oreja de que «no tenemos información completa» sobre el proceso de descolonización del Sahara para apoyar la resolución que requiere la presencia de doce personas -antes mencionadas- afectadas por dicho proceso.

Responde, en. nombre de UCD, Blas Camacho y dice que su partido está dispuesto a aportar toda la documentación en manos de la Administración, y que la propuesta socialista constituye más una «investigación» que una iniciativa informativa. Concluye el diputado diciendo que «el grupo parlamentario de UCD votará en contra», y viene la sorpresa: los señores Meilán, Lasuén, Otero Madrigal y Monsonís rompen la disciplina de voto y se aprueba la resolución. En contra votan el resto de UCD, AP y Cañellas.

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