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Alejo Carpentier, premio Cervantes 1977

Lo concede el Ministerio de Cultura y está dotado con cinco millones de pesetas

El escritor Alejo Carpentier ha sido galardonado con el Premio Cervantes de 1977. El Premio Cervantes, instituido para premiar el conjunto de una obra literaria a propuesta de las Reales Academias de la Lengua de España e Hispanoamérica, está dotado con cinco millones de pesetas.

El jurado de esta segunda edición - el del año pasado le fue concedido al escritor español Jorge Guillén - estuvo presidido por el ministro de Cultura, Pío Cabanillas, y compuesto por José María Moro, presidente del Centro Iberoamericano de Cooperación; Alonso Zamora Vicente, secretario perpetuo de la Real Academia de la Lengua Española; Juan Quirós, director de la Academia Boliviana de la Lengua; Juan Puig de la Bellacasa, director general - de Servicio Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores; José Terceiro, director general del Libro y Bibliotecas; Juan Antonio Gallego, rector de la Universidad de Granada, y Luis Rosales, académico de la Española, que actuó en sustitución del premio del año pasado, Jorge Guillén.La candidatura al premio de Alejo Carpentier fue presentada a propuesta de la Real Academia Española. Los otros cinco escritores, propuestos por las Reales Academias Hispanoamericanas, eran: José Rumazo, Ricardo Molinari, Francisco Azuela, Fernando Paz Castillo y Carlos Sabat Ercasty.

El señor Cabanillas, presidente del jurado, ha declarado a EL PAIS, después de ser proclamado oficialmente el nombre de Alejo Carpentier como ganador del premio Cervantes de 1977, que se trata, en este caso, de «un premio concedido fundamentalmente a una de las grandes figuras literarias de la lengua española. Se trata de una obra completa en la que el análisis de la americanidad llega a uno de sus puntos más finos y agudos, inserta dentro de una constante de lo temporal, tanto en las vidas humanas como en los pueblos. Pienso, a título de puro lector elemental, que dos o tres de sus últimas novelas son verdaderamente antológicas. Ha sido, además, un acuerdo unánime, y es también una gran satisfacción que la propuesta haya sido hecha por la Real Academia de España».

Preguntado sobre la trascendencia que podría darse al hecho de que el premio hubiera recaído este año en un escritor cubano, el señor Cabanillas precisó que «el Premio Cervantes se concede a la universalidad de una cultura que comprende a medio continente y a un país europeo y, desde luego, está más allá del tema concreto de las relaciones con un país específico».

Alejo Carpentier fue el primer sorprendido de la noticia, puesto que cuando EL PAIS se puso en contacto con él, en su domicilio de París, no había recibido ninguna notificación oficial del premio. «También es cierto que soy un hombre muy poco enfermizo y que estos días, por primera vez en diez años, he faltado unos días a mi trabajo. Si, como usted me explica, se enteraron de la concesión del premio a primeras horas de la tarde de ayer, no creo que me llegue ningún telegrama a la oficina hasta la mañana de hoy, puesto que por la tarde está cerrada»

El señor Carpentier desconocía el premio, su historia y su cuantía económica -a la que dio una importancia secundaria -, pero se mostraba contento del fallo.

«Déjeme usted tomar conocimiento de la comunicación oficial y después les concederé, con mucho gusto, unas declaraciones para su diario.»

Mañana intentaremos ofrecer a los lectores de EL PAIS las impresiones del nuevo Premio Cervantes de Literatura.

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