La cuestión navarra retrasa la preautonomía de Euskadi
El decreto- ley sobre preautonomía vasca no irá, definitivamente, al Consejo de Ministros de hoy, pese a que los negociadores de Euskadi mantuvieron ayer, de cinco a siete de la tarde, una nueva entrevista con el ministro Clavero, en la que quedó cerrada la negociación, aunque la cuestión navarra sigue sin solución. Al término de la entrevista, los diputados Benegas y Ajuriaguerra declaraban a EL PAIS que por su parte habían terminado ya el mandato de negociación que les había sido otorgado por la Asamblea de Parlamentarios. «Ahora - añadieron -, el decreto ley está en manos del Gobierno.»
En el transcurso de la entrevista de ayer se dio forma definitiva al decreto ley, en el que se introdujeron pequeñas modificaciones técnicas y se redactó, asimismo, el decreto complementario, que establece un plazo de diez días para la constitución del Consejo General y un mes para el de la comisión mixta, integrada por dieciséis miembros designados por el 6obierno y otros dieciséis por el Consejo General. También se determina el procedimiento de elección del presidente del Consejo: mayoría de dos tercios en la primera votación y mayoría simple en la segunda.La comisión mixta Gobierno- Consejo estudiará no sólo la transferencia de competencias, si no también de medios personales y financieros para atenderlas. El decreto complementario establece, por último, la creación de comisiones mixtas Consejo- diputaciones.
El hecho de que las negociaciones se hayan cerrado no significa de forma automática que estén superadas todas las dificultades de la preautonomía vasca. Los negociadores no salieron muy optimistas de la entrevista de ayer. El tema de Navarra no está todavía resuelto en el seno de la UCD, que pide tiempo para llegar a un acuerdo entre sus propios parlamentarios, un tiempo que los vascos no están muy seguros de poderlo dar.
Pese a todo, y una vez que los vascos consideran cerrada la negociación preautonómica con Madrid, al menos en lo que a cuestiones de fondo se refiere, vuelve a suscitarse la guerra entre los partidos mayoritarios por la presidencia del Consejo General.
A expensas de la reunión que mañana van a tener en San Sebastián representantes de los dos partidos mayoritarios (PNV y PSOE) para dilucidar sus diferencias en este tema - existe el propósito común de elegir un presidente por consenso -, ambos partidos han hecho público Su propósito de luchar por el cargo.
Lo curioso es que, tanto PNV como PSOE, se apoyan en la misma razón para justificar sus pretensiones: su condición de partidos mayoritarios. El PSOE lo es en el conjunto de las cuatro provincias, mientras que el PNV esgrime tener más votos y diputados en las tres provincias que inicialmente se van a integrar en el Consejo General.
Ajuriaguerra y Rubial
Los nacionalistas añaden que la presidencia de esta institución debe recaer en una persona que tenga una Inequívoca imagen autonomista y proponen para ello a su diputado, Juan Ajuriaguerra, auténtico hombre fuerte del partido. Por parte socialista parecen crecer las posibilidades del senador Ramón Rubial.Tras estas escaramuza entre los dos partidos mayoritarios vascos, conviene aclarar que, de acuerdo con las elecciones del 15 de junio, al PSOE le corresponderán seis puestos del Consejo General en la primera fase, cinco al PNV, tres a UCD y uno a Euskadiko Ezkerra. Los votos de UCD, que ha hecho proclamación pública de neutralidad, serán finalmente los que decidan el contencioso, si antes no se llega a un acuerdo entre nacionalistas y socialistas. Los compromisos que a nivel estatal puedan tener UCD y PSOE, así como sus diferencias podrían, en última instancia, inclinar la balanza de la presidencia del Consejo General hacia el PNV o hacia el PSOE.
Estos temas fueron analizados el martes por la tarde por nacionalistas y socialistas en reuniones de sus respectivos comités ejecutivos. El PSOE hizo público un comunicado en el que señala que aceptan por disciplina la decisión del Gobierno vasco de continuar en el exilio hasta que sea plebiscitado un nuevo estatuto de autonomía, aunque discrepaba con la concepción de Parlamento vasco de las Juntas Generales. Estas no constituyen, a juicio de los socialistas, más que asambleas de carácter regional, ya que el verdadero Parlamento vasco deberá configurarse en el futuro estatuto de autonomía.
Por su parte, el PNV dedicó esta reunión fundamentalmente a analizar los contenidos autonómicos de la Constitución. Entre las reservas que plantean los nacionalistas figuran los siguientes: olvido total de los conciertos económicos, incluso de aquellos que han sobrevivido al franquismo, y de las realidades forales específicas del País Vasco.
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