Posible extrañamiento de los líderes socialistas chilenos

El secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Felipe González, regresó ayer a Bogotá tras una estancia de tres días en Santiago de Chile. El motivo concreto del viaje era gestionar la conmutación de las penas de prisión que pesan sobre Eric Schnake y Carlos Lazo, dirigentes del Partido Socialista chileno, por las de extrañamiento en un país extranjero. Ambos han indicado a Felipe González que les gustaría residir en España, y el líder socialista español nos dijo ayer que piensa completar la operación con una gestión en el Ministerio de Asuntos Exteriores para que el Gobierno tramite la aceptación de Schnake y Lazo a través de la embajada en Santiago.Junto a los aspectos meramente profesionales, Felipe González ha mantenido discretos contactos políticos, para los que no ha tenido obstáculos de ningún tipo. De estos contactos, que por nuestra parte hemos podido mantener, se deduce la existencia de tres hipótesis de salida a la situación chilena, desde la perspectiva de la oposición:

Primera: formación de un Gobierno cívico-militar, que consistiría en inyectar al actual Gobierno militar algunas personalidades civiles, probablemente democrata-cristianas, en una operación que recuerda la que llevó a Ruiz-Giménez al Gobierno de Franco en los primeros años de la década de los cincuenta.

Segunda: creación de un frente para la conquista de objetivos democráticos, compuesto por la Democracia Cristiana y otros partidos políticos. La dificultad para ello es que la DC no acepta una relación bilateral con la Unidad Popular.

A este respecto hemos oído la siguiente frase: «La democracia chilena tiene que pararse sobre dos patas: democracia cristiana y socialistas.» Ello supondría la exclusión de los comunistas.

Tercera: añadir a la Unidad Popular -tal como ésta se configuraba en época de Allende- la Democracia Cristiana. Esta parece la solución propugnada, en cierto modo por los sectores socialistas del exterior, en especial Carlos Altamirano.