Prácticas ilegales de la industria congeladora para aumentar los precios de mercado
En las últimas semanas, el desabastecimiento de pescado congelado y el espectacular alza de sus precios alcanzó su éota máxima al llegar a diecisiete las provincias con graves problemas de suministro. Esta situación motivó la reacción oficial de suprimir los derechos compensatorios a la importación de una serie de especies y lograr así una más transparente competencia. Aunque algunos empresarios han señalado que el Gobierno aplazaría por diez días la relación de los4erechos arancelarios a la importación, medios de la autorización precisaron que no seha suspendido la medida, sino que el Ministerio. se comprometió a no conceder licencias de importación en el plazo de diez días.
La disposición fue recibida por los industriales congeladores con aspereza y acritud. Estos señalaron, además, que sus stocks eran suficientes para cubrir la demanda interna. La Administración, según ha podido saber EL PAIS, la justifica en base a cuatro factores: la elevación de los precios, el desabastecimiento, el tráfico ilícito desde Canarias y la incidencia de la devaluación en las importaciones de pescados congelados.
El monopolio incrementa los precios
Los más graves problemas residen en el desabastecimiento y el alza de los preciosforzados por los industriales congeladores que pueden manejar el mercado a su gusto, forzando las situaciones que les eran más propicias.
Las técnicas seguidas por los armadores congeladores es sencilla y entra de lleno en la ilegalidad más flagrante supuestamente perseguida por la ley, pero permitida por la Administración y más concretamente por el Ministerio de Comercio, que ha preferido mantener el abastecimiento a encontrarse con una demanda interna no cubierta.
El mecanismo sejuido por los industriales consiste en vender a los mayoristas la merluza, cuyos precios están bajo el régimen de vigilancia especial, a unos precios muy superiores a los permitidos por el Ministerio de Comercio. Las cantidades demandadas por los congeladores a los mayoristas son satisfechas, según han manifestado fuentes oficiales y de los mayoristas a EL PAIS, de forma desglosada. El precio fijado por el régimen de vigilancia especial se hace efectivo mediante factura, mientras que el sobreprecio es ingresado por los mayoristas en las cuentas bancarias que previamente abren los industriales congeladores.
Sobre este tema, los mayoristas han informado que no les queda más remedio que aceptar las condiciones de los industriales congeladores, ya que de lo contrario éstos reducen la oferta y desabastecen el mercado. Este caso es el que se ha producido en las últimas semanas y ha motivado el desabastecimiento de las diecisiete provincias. Mientras tanto, el incremento ilegal repercute en los minoristas, que se ven obligados a subir los precios de venta al público, con el consiguiente peligro de ser denunciados y multados por los inspectores de mercado del Ministerio de Comercio, ya que son con frecuencia estos escalones de la comercialización los que sufren las consecuencias del fraude.
Toda esta operación ha estado avalada en los últimos años por los fuertes intereses que el sector pesquero ha tenido representados en el Ministerio de Comercio, de quien dependía la Dirección General de Pesca, ocupada por gente muy unida económica y sentimentalmente al sector. Esta situación ha cambiado radicalmente desde que la citada Dirección General ha pasado a depender del Ministerio de Transportes, lo que ha permitido una mayor libertad de acción a los responsables de Comercio.
Desde Canarias, con pescado japonés
Otra de las prácticas, denunciada por diferentes fuentes, utilizadas por los industriales congeladores es menos complicada y tan lucrativa como el primer método.Industriales congeladores compran en Canarias merluza y cefalópodos a la flota japonesa y coreana conforme a los precios internacionales -más bajos que los oficiales en España-. El pesado, tras un cambio de embalaje, es introducido en la Península sin pagar derechos compensatorios y aranceles como capturas propias.
Una vez en la Península, la comercialización sigue la mecánica antes señalada, aunque con el agravante de que los beneficios son todavía mayores.
Abrir la importación
La medida adoptada por el Ministerio de Comercio consiste en rebajar los derechos compensatorios de merluza, túnidos y cefalópodos congelados de 15.000 pesetas la tonelada a diez pesetas, descenso que permitirá la entrada masiva de pesquerías extranjeras con repercusión en los precios por aumento de la oferta.Es importante señalar que pese a que los precios fijados por la Administración para la merluza son en alguna variedad un 200 % inferiores a los practicados en la realidad, la oferta internacional rebaja estas cifras y puede suponer un serio correctivo a los industriales congeladores de nuestro país.
En este sentido, la Administración tiene en proyecto dispersar la concesión de licencias para la importación de pescado de cara a conseguir una mayor competencia del mercado.
Un sector protegido
Cabe preguntarse cómo es posible que con los niveles de precios internacionales, los industriales congeladores incrementen sus ventas al exterior, prefiriendo la colocación de sus mercancías en el exterior antes de comercializarlo en España. La respuesta es simple: las exportaciones de este tipo de pescados congelados gozar. de ayuda oficial a través del crédito a la.exportación que finarcia las ventas al exterior en un 35 %, debiendo realizarse la devolución dos años después de la operación.No acaban aquí los favores oficiales de que goza este sector.
La flota congeladora española una de las mayores y mejor dotadas del mundo, se construyó con: 70 % del valor total de crédito oficial; primas a la construcción y desgravaciones fiscales. Resulta además que muchos de estos créditos no han sido reintegrados al Tesoro a pesar de que muchos han cumplido sus plazos. La razón que los industriales congeladores dan reside en el mal momento del sector, mal momento que es en buena parte ficticio, ya que la crisis pesquera no ha afectado en la misma proporción a los congeladores que a otro tipo de pesquerías, que se han visto hundidas por la extensión a doscientas millas de las aguas jurisdiccionales de numerosos países.
Tampoco termina aquí el favoritismo con que ha sido tratado este sector que, como muchos otros en España, descubrieron durante los cuarenta años del Régimen su mina de oro. En este sentido, cabe recordar un crédito oficial de doscientos millones de pesetas concedido por el Consejo de Ministros en diciembre de 1968 para ayudar a la financiación de los stocks que por aquella época tenían los industriales. A pesar de que la devolución se concertó de manera hartojugosa para los congeladores, fuentes dignas de crédito han copifirmado a EL PAIS que dicho crédito no había sido reintegrado todavía ni en un 30 %.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.