La manipulación del pan

«El caso del pan ha llegado a una situación límite con la detención de los empresarios que encabezaron la anómala e ilegal disminución en su peso. No cabe duda que la medida adoptada unilateralmente entraba de modo claro dentro de la tipificación de los delitos de estafa por el Código Penal vigente. Intentar engañar al consumidor recortando la cantidad de pan entregada por el mismo precio es pura y simplemente una estafa. Nuevamente la víctima es el sufrido y apaleado consumidor español. La actitud de amenaza de huelga por algunos empresarios puede agravar todavía más la situación.Se habla ya, a nivel oficial, de un «precio justo» en el pan. Pero conviene precisar lo que debe entenderse por «precio justo». No cabe duda que, en una economía de mercado -la nuestra no ha renunciado a sus postulados- no hay más precio justo que el que resulte de la libre concurrencia de la oferta y la demanda en el mercado. Pero para ello, en primer lugar, sería preciso eliminar todo tipo de intervencionismos. El juego libre de la economía no admite la existencia de monopolios, oligopolios, ni de sectores que puedan tener peso suficiente sobre la fijación de los precios. En pocas palabras: se repudia la existencia de «mafias» más o menos encubiertas que imponen la ley del más fuerte.

El intervencionismo estatal ha creado en nuestra economía un sistema vicioso de protección -no a los débiles como sería lógico- sino precisamente a los fuertes, que de esta forma pudieron amasar una considerable fortuna y luego consolidarla sin riesgos de competencias. Buena parte del tráfico y el comercio del pan es un ejemplo elocuente de este intervencionismo y de la riqueza generada por el mismo.

Resulta intolerable que unos cuantos pretendan seguir manipulando en provecho exclusivo de sus propios intereses y en detrimento de todo un pueblo. Resulta indignante que sean los poderosos precisamente los que más se resistan a apretarse el cinturón cuando se pide a todos austeridad.»

17agosto