_
_
_
_
Tribuna:DIARIO DE UN SNOB
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El parado

Iba yo a comprar el pan y me encontré con el parado, que estaba en su esquina leyendo en el Ya la cosa de Fuentes Quintana, que ha dicho el señor Fuentes Quintana que hay que arreglar el aro, o sea quitarlo.,-Todos los ministros, cuando entran, dicen lo mismo, don Francisco.

El parado, en su esquina, ha visto pasar ministros y Ministerios, y tiene ya el escepticismo esquinero del pueblo español, que sabe que e paro, como la crisis del teatro, a reforma fiscal, el martillo de herejes, Torrebruno y el Banesto son eternas cosas de la España eterna.

-Hombre, a lo mejor éste lo arregla.

-Sería una catástrofe. El paro es la base estabilizadora de la vida nacional.

Vale. La teoría del parado es que la derecha necesita el paro, y lo fomenta, porque el mejor indio es un indio muerto, como decía John Wayne en los westerns, y el mejor obrero es un obrero parado.-Aclarese, don Francisco. El obrero a pleno rendimiento no trae más que problemas, o sea subsidios, huelgas, dedos cortados por la laminadora, reivindicaciones y cosas. El obrero parado es más positivo, es una fuerza de energía de primer orden, porque con los parados se hacen las procesiones, los sanfermines, los referendums en la plaza de Oriente, los bailes de pueblo y la verbena de la Paloma. Por la cosa del turismo y por la cosa en general, a España le van bien los parados. El paro hace ambiente.

Yo creo que este parado ha acabado contagiándose del sentido wildeano-ácrata de la paradoja que le ha inculcado el abrecoches que es un Oscar Wilde con pata de palo, o mejor, medio Oscar Wilde.

-Pues a ver si va a estropearlo todo ese señor Fuentes Quintana.

-Como suprima el paro se carga el país, don Francisco.

Y es verdad que, según anunciara ex Reguera, cuerpo, el turismo está volviendo a la democrática España, que Ibiza estaba así de suecas la semana a pasada, según me ha informado Silvia, mi argentina particular, y oso supone una demanda masiva de macarras, hortera-lovers y, machos Ibéricos que sólo puede surtir el paro.

El otro día me ha escrito una falsa carta un falso parado, diciendo que yo frivolizó el tema y que él y sale todas las mañanas de su chabola a buscar un trabajo que no encuentra. Pero la carta es impecable de redacción y mecanografía, y termina traicionándose con una alusión «al prmer socialista de la Historia: Jesucristo», y a la última cena. Debe ser un parado que tiene la chabola llena de secretarias, mecanógrafas, crucifijos de nácar, crucifijos de Nácar-Colunga, retablos barrocos y cosas.

-A España la sostenemos los parados y los ociosos -dice el parado, mi parado.

Efectivamente, los parados nutren el folklore nacional, la coreografía de derechas y las demostraciones sindicales (que las van a poner otra vez en seguida). Y los ociosos ejercen ese magisterio de costumbres que les asignara José Antonio Primo de Rivera, y que consiste en ligar bronce en Navacerrada, ligar marquesas en Puerta de Hierro y ligar millones en Puerto Banús.

No lo arregle usted, señor Fuentes, que usted es un gran economista y la economía es una ciencia racional, pero el typical spanish cantado por Marisol antes de hacerse roja es puro irracionalismo. Ni eso ni la reforma Fiscal, aunque yo creo que sobra el consejo, porque la reforma Fiscal no la ha arreglado ni la va a arreglar nadie nunca, que llevo oyendo hablar de eso desde que Girón era flecha y yo tenía el piojo verde.

-Como le metan mano a la reforma fiscal, se cargan la clase ociosa y el magisterio del costumbres -dice el parado.

Y como le metán mano al paro, se cargan el millón de parados, o sea la gracia natural del pueblo español,

-Voy a cambiar de esquina -dice el parado-, porque de todos modos no me fío, y a lo mejor viene a verme el señor Fuentes Quintana y me ofrece un puesto de trabajo. Tengo que decirle que yo me debo a don Cristino Martos y que respete las tradiciones españolas como las respetaron los ministros de Franco.

O sea, el ocio por arriba y el paro por abajo. La España eterna. Y España, como dice Fraga, es lo único importante.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_