Dificultades para los partidos de la izquierda

Quizá la democracia logre erradicar de Extremadura el mito de caciquismo, pero de momento aún quedan unas cuantas «familias» que pesan lo suyo a la hora de las influencias. Sin llegar a la fuerza de «los Albarranes», que tuvieron su propio partido político, podríamos citar, en Badajoz, a los Ambrona, los Bardaqui, los Navarretes; en Montijo y Puebla, los Grajera, los Pacheco; los López de Ayala, en Merida; los De la Hera, García de la Peña, Iglesias Segler, en Almendralejo; los Dobla, los Mendoza, en Zafra; los Carandes, en Higuera de la Serena, y otros.Pero si la influencia de los prepotentes económicos de apellidos ilustres tiende a desaparecer en los pueblos extremeños, aún perdura el clásico alcalde cuyas decisiones influyen poderosamente entre los habitantes del municipio; tan es así, que antes de presentarse Suárez existía una rivalidad entre Alianza Popular y Arex (Acción Regional Extremeña), de Sánchez de León, integrada actualmente en UCDE, para disputarse los alcaldes. En realidad podríamos decir que las fuerzas están niveladas con una minoría importante que son de Alianza Nacional 18 de Julio. Por localidades, el de Mérida es de Centro, al igual que el de Badajoz el de Don Benito, de Alianza Popular; el de Zafra dimitió para presentarse candidato en Alianza Popular, y el de Jerez de los Caballeros, de, Alianza Nacional 18 de Julio.

El presidente de la Diputación es claramente de Alianza Popular e incluso se barajó su nombre como posible candidato; en cuanto al gobernador civil, fue nombrado por Fraga en abril de 1976, pero es un ferviente admirador de la política de Suárez, suele mantener conversaciones con su ex jefe inmediato, el director general de Política Interior, Enrique Sánchez de León.

En Cáceres para, nadie es un secreto que apenas de convocarse las elecciones determinados partidos y coaliciones, sobre todo Alianza Popular, se lanzaron a «fichar alcaldes», pensando que ellos podrían muy bien allanar el terreno a sus candidatos.