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Castro descarta relaciones diplomáticas plenas con Washington a corto plazo

Fidel Castro calificó ayer a la Unión Soviética como el país «más libre del mundo», ante millones de telespectadores norteamericanos, y definió a Richard Nixon como «un hombre falso y un político mediocre», y al presidente Carter como «idealista e inteligente».

En una entrevista televisada con la popular periodista Bárbara Walters, de la cadena nacional A BC, el líder cubano resaltó las diferencias que aún existen entre Washington y La Habana, que harán imposible la normalización plena de relaciones diplomáticas por lo menos en los próximos cuatro años, aunque admitió que quizá podría alcanzarse esta normalización durante el segundo mandato presidencial de Jimmy Carter, entre 1980 y 1984.Parte ' de la entrevista transcurrió a bordo de un jeep conducido por el propio Castro, que mostró a la periodista norteamericana lugares de la isla como playa Girón, donde fueron derrotadas las tropas invasoras en 1962, y la Sierra Maestra, donde se fraguó la revolución cubana en los últimos años cincuenta. Castro comenzó hablando en inglés, pero después optó por utilizar los servicios de un intérprete, sobre todo cuando la entrevistadora llevó la conversación a temas delicados o de carácter personal. Por ejemplo, Bárbara Walters insistió mucho en que Fidel Castro hablara de sus relaciones con las mujeres, pero este eludió las preguntas y se limitó a responder que no estaba casado.

Durante la entrevista, el presidente del Consejo de Estado cubano elogió en repetidas ocasiones a la Unión Soviética y atacó a la República Popular China, de la que dijo que era una potencia aliada de Estados Unidos. Castro recordó el sacrificio de veinte millones de soviéticos durante 1 a segunda guerra mundial en defensa del socialismo y dijo que no creía que Norteamérica pudiera haber sobrevivido a una prueba similar, para acabar definiendo a la URSS como «el país más libre del mundo».

Respecto a los presos políticos existentes en la isla, Fidel Castro los cifró en «dos o tres mil», aunque en los primeros días de la revolución llegaron a ser 15.000. El líder cubano admitió que en su régimen no existen algunas libertades que se dan en Norteamérica, pero aclaró que «no tenemos el mismo concepto de la libertad que ustedes».

Castro dedicó sus más duros ataques a la CIA y al ex presidente Nixon. De este último dijo que, cuando se entrevistó con él, hace dieciocho años, ya pudo comprobar que era «un hombre falso y un político mediocre». Para el dirigente cubano, las buenas relaciones entre La Habana y Washington durante la Administración Nixon fueron imposibles, porque Nixon odiaba a Cuba

El tema de la presencia militar cubana en Africa ocupó sólo una pequeña parte de la conversación, pero Fidel Castro afirmó que había ordenado detener la retirada de sus tropas, en Angola cuando comenzó el conflicto de Zaire.

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