Cuba y USA hacia el entendimiento
ESTADOS UNIDOS y Cuba van a intercambiar observadores oficiales como paso previo a una normalización de relaciones. Se empieza a deshacer así un anacronismo histórico que ha durado ya más de tres lustros. El realismo ha avanzado un paso más.La realidad de¡ mundo presente se ha hecho a golpe de crisis, de las que Cuba ha sido protagonista destacado, junto con Estados Unidos y la URSS. La apreciación realista de los problemas no se ha producido siempre a tiempo. La gran crisis cubana, de octubre de 1962 y el bloqueo subsiguiente sirvió para recordar al mundo que el enfrentamiento nuclear era posible y, por lo tanto, improbable. Kennedy y Kruschef se convencieron, y convencieron al mundo, de que el botón atómico no podría ser apretado, salvo para un impensable aniquilamiento a escala planetaria. Desde entonces, las dos superpotencias condujeron sus relaciones sobre unas dosis de cálculo y seguridad informativa que dejaran el menor margen a las conductas imprevistas.
Faltaba, sin embargo, la aplicación de la misma sobriedad a las relaciones de Estados Unidos y Cuba, por un lado, y de Cuba con la URSS, por otro. La Cuba exportadora de la revolución en Latinoamérica, de los primeros ocho años sesenta, tenía a Estados Unidos no ya como enemigo ideológico, sino como enemigo material y, por lo tanto, imbatible. Mientras Cuba sólo podía alentar conflictos de baja intensidad en diversos focos, Estados Unidos ayudaba a apuntalar regímenes despóticos con poderes efectivos, que han obstruido definitivamente el camino de las revoluciones inspiradas por La Habana.
Como la línea revolucionaria independiente de Cuba había sido frenada, La Habana intentó su antiguo juego internacional como un complemento de la gran estrategia soviética. De ahí la activa cooperación de Castro y Brejnev en Africa y, sobre todo, en Angola. De ser el país vanguardia de la revolución latinoamericana, Cuba se presentaba a sí mismo como país latinoafricano. ¿Pero dónde? En Angola, donde dos facciones clientes de las superpotencias libraban una guerra civil. ¿Y cuándo?: durante unos meses en que la presión diplomática, militar y política de Kissinger había llegado a su paroxismo con la formulación de amenazas a numerosos miembros del Tercer Mundo.
Pero Angola es asunto hoy terminado, y en Washington ya no está Kissinger. Los parámetros del problema actual. son Rodesia y Mozambique, por un lado, y la Administración Carter, por otro.
Estados Unidos ha cambiado las formas de su diplomacia. Carter está presionando sobre los Gobiernos latinoamericanos que menosprecian los derechos humanos. Por ello siente que no se puede mantener ya una flagrante violación de los derechos de Cuba, como el bloqueo, la prohibición de visitas a la isla del Caribe por parte de ciudadanos norteamericanos y la suspensión de todo intercambio comercial.
Por otro lado, después de Angola, la lucha en Africa se ha desplazado a un terreno en que el antagonismo de las superpotencias no es tan explicable. En contra del mantenimiento de regímenes racistas en Suráfrica y Rodesia, pueden hallarse tanto la URSS y Cuba, como Estados Unidos. La invasión de Mozambique por parte de. tropas rodesianas es una bofetada a todos ellos en conjunto. En noviembre de 1976 La Habana había firmado un compromiso de defensa de Mozambique si se producía la agresión que ha tenido lugar. Si se produjese una intervención militar, Cuba y Estados Unidos no serían antagonistas en el fondo, si acaso en la forma.
Es signo de nuestro tiempo que los antagonismos deben librarse por la vía de la conciliación y el arreglo antes que la confrontación. El intercambio de observadores entre los dos países americanos es el primer paso para una nueva relación y un nuevo equilibrio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Guerra fría
- Jimmy Carter
- Opinión
- Cuba
- Angola
- Mozambique
- URSS
- Zimbabue
- Conflictos fronterizos
- Caribe
- Bloques políticos
- Fronteras
- Estados Unidos
- Acción militar
- Bloques internacionales
- Partidos políticos
- África
- Conflictos políticos
- Política exterior
- Gobierno
- Guerra
- Historia contemporánea
- América
- Administración Estado
- Conflictos