_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Alberti: "magia de la pintura escrita"

La poesía de Alberti, en líneas muy generales, es una rara y equilibrada conjunción entre forma y contenido. Pero si hemos de ser más precisos en nuestra aproximación tendremos que señalar no pocas particularidades: la deliciosa asimilación de los cancioneros y del turbulento lenguaje gongorino, su emoción luminosa y sureña junto al verso astillado y sangrante que brota de la modernidad ciudadana y de la guerra, el malabarismo de la forma y la destreza del rimador junto al hermético contemplativo de realidades sonámbulas, clasicismo y vanguardia, pasado y realidad, y ausencias...Hay, sin embargo, un libro suyo en el que con suma delicadeza se resuelven todas las tensiones de su larga carrera de poeta, de sus predilecciones y de sus obsesiones. Me refiero a ese fruto de la serenidad y del equilibrio que es A la pintura. Para empezar, Alberti resuelve con este libro, aunando temas, unificando sueños, la grata disyuntiva entre poesía y pintura que en él se ha dado. En A la pintura hay mucho de autobiografía y esperpéntica o sublime -Goya o Fray Angélico-, pasa por sus páginas la historia de los hombres. El dístico, el soneto, los poemas libres de los que las palabras caen enredadas y rumorosas como de una cascada nos llevan al desnudo, al pincel, a Guernica, a los colores, a Solana, a ninfas y a monstruos, a una patria de cielos demasiado altos y de sueños demasiado rotos, a una Europa excelsa que ama el claroscuro y la divina proporción.

Pero, por encima de sus significados más concretos, A la pintura es un poco como, el libro-clave que explica todos los demás y, en consecuencia, el círculo de los sueños y de la vida de Rafael Alberti. Su obra se abre con la luz de la bahía y, a través de la América Latina y de la Italia de que habla su apellido florentino y su exilio, tiende a cerrarse tardiamente en el mismo solar que le viera nacer. A la pintura nace en la orilla americana y en ese momento álgido, enajenado, de las heridas pasadas que no dejan de arder, del recuerdo nostálgico y penetrante. A la pintura y Retornos de lo vivo lejano, esa otra «orgía de la añoranza», como lo ha llamado algún crítico, surgen de la serenidad y del misterio, de un mundo ausente: el de las lecciones aprendidas en los museos de Europa y en las playas y huertos submarinos de su infancia.

A la pintura aparece también dentro del panorama global de su obra como un reto, como el «terna perfecto» que es necesario abordar -más allá de un voluntarioso empeño- con una riquísima inspiración. En verdad la Europa de los pintores -especialmente de los italianos y de los españoles- se merecía esa apoteosis de la destreza, ese delirio de agudezas, definiciones y ensueños. Con A la pintura Alberti vuelve a aproximarse a su tierra, a su primitivo paraíso, a su «arboleda perdida». Alberti canta en definitiva a un arte y con un arte que sólo se puede aprender con Botticelli y Piero della Francesca bajo los cielos limpios de Florencia, o, con Velázquez y Zurbarán, bajo los cielos arrasados de Castilla.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_