El puente de Rentería era el objetivo

Con ocasión del cuarenta aniversario de la destrucción de Guernica, el primer canal de la televisión alemana (ARD) ha transmitido un amplio informe elaborado con testimonios de actores y testigos presenciales del hecho. Los autores del reportaje, Bittermann y Figge, aceptan como un hecho ya incontrovertible que fueron los Ju-52 de la Legión Cóndor hitleriana los que arrasaron la ciudad sagrada del pueblo vasco.Según Bittermann, el número de aviones que tuvieron parte en la operación «debe situarse en veintitrés, como mucho». En cuanto al número de víctimas como consecuencia de las bombas, más incendiarias que explosivas, los dos investigadores estiman que «debe situarse alrededor de 250 muertos».

Sobre el número de víctimas como consecuencia de la gresión no se han mostrado acordes los entrevistados por los autores del reportaje. Dado que la ciudad quedó destruida en su setenta por ciento, que el bombardeo se produjo un lunes, día de mercado, en el que el número de personas debe considerarse superior a las 15.000, que no pudo procederse a un recuento unificado de las víctimas (las tropas nacionalistas entraron en Guernica tres días después, el 29 de abril), resulta difícil precisar el alcance de la tragedia a efectos de víctimas humanas. Con todo, el cálculo de unos 250 muertos hace excesivamente reducidas las estimaciones de autores neofranquistas, como De la Cierva y Talón, para los que los muertos no llegarían a doscientos.

Los datos aportados por los jefes de escuadrilla de entonces, Karl von Knauer y el barón Von Beust, entrevistado en el reportaje, no dejan de tener interés. Según el primero, la expedición de la Legión Cóndor contra Guernica se puso en marcha «más como logro de un objetivo táctico, que como una expedición de castigo». Según Von Beust, el destino de las bombas, lanzadas desde una altura de 1.800 metros, era el pequeño puente de Rentería, situado en los mismos aledaños de Guernica. A pesar del lanzamiento de unos 15.000 kilos bombas, el puente no resultó afectado. El que la metralla fuese a caer a la ciudad debe atribuirse, según estos oficiales hitlerianos, a que el viento desvió su trayectoria.