No hay acuerdo URSS-USA sobre reducción de armamento estratégico

El secretario general del Partido Comunista Soviético, Leónidas Brejnev, recibió ayer en el Kremlin al secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, para entregarle una respuesta a sus propuestas sobre limitación de armas nucleares, en la que el dirigente soviético explica que le parecen inaceptables tal y como están formuladas.

Por su parte, los norteamericanos rechazaron categóricamente la contra propuesta formulada por Brejnev. «Siento extraordinariamente -dijo Vance- el que no hayamos conseguido progresos en el punto más importante de nuestras negociaciones, como son las armas nucleares.» Vance y Gromiko se volverán a reunir en algún lugar, no precisado, en el próximo mes de mayo para proseguir las negociaciones SALT y perfilar sus posibles acuerdos sobre el Oriente Próximo.En relación con entrevistas anteriores, Brejnev se mostró ayer frío con Vance y con los periodistas que le acompañaban, de tal forma que cuando los periodistas le preguntaron si podían hacerle alguna pregunta, las bromas acostumbradas de Brejnev fueron sustituidas en esta ocasión por un profundo silencio.

Algunos periodistas, tanto soviéticos como norteamericanos, insistieron en las preguntas, pero Gromiko y los agentes de seguridad les pidieron que se callaran.

Sin embargo, la falta de acuerdo en cuanto a la limitación de armas estratégicas no se reflejó en la entrevista que en la mañana de ayer sostuvieron Gromiko y Vance y que trató sobre la situación en el Oriente Próximo. Al final de las conversaciones, el secretario de Estado declaró que estaba convencido de que la Unión Soviética desea jugar un papel «constructivo y activo» en una solución del conflicto árabe-israelí desde su posición de copresidente de la conferencia de Ginebra.

Por otra parte, coincidiendo con las conversaciones de Moscú,

China advertió a los Estados Unidos sobre el peligro de un «apaciguamiento» en la disputa sobre limitación de armamento estratégico, comparando tal medida a la adoptada por la democracias europeas ante Hitler. La URSS reaccionó comentando que China había adoptado «una postura indebida en el constructivo diálogo soviético-norteamericano».