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La revitalizacion del Consejo de Economía Nacional no casa en la reforma política

El objetivo politico final del proyecto de ley orgánica del Consejo de Economía Nacional, que hoy comenzará a debatir la Comisión de leyes Fundamentales y Presidencia del Gobierno de las Cortes, no aparece suficientemente claro. En medios legislativos reformistas se considera que los intentos de revitalizar un organismo típicamente franquista no casan con los objetivos generales de la reforma política y estiman especialmente peligroso consolidar este Consejo en momentos preconstituyentes como los actuales.

Se recuerda en los citados medios que la propia reforma Arias-Fraga proyectó la supresión del Consejo de Economía Nacional, algunas de cuyas funciones asumiría un Consejo Económico Social. Sólo tras altas presiones se aceptó retrasar la fecha de supresión que figuraba en una de las últimas disposíciones , del correspondiente proyecto de ley.La llegada al Gobierno de Adolfo Suárez y sus primeros anuncios democratizadores hicieron creer que se mantendría e intensificaría el propósito del anterior Gobierno. A finales de octubre de 1976 llegó a conocerse un anteproyecto de ley sobre creación del Consejo Económico y Social, que no llegó a ser aprobado por el Consejo de Ministros. En cambio, a primeros de noviembre, el Gobierno remitió allas Cortes el proyectó de ley orgánica del Consejo de Economía Nacional, destinado a dotar de nueva vida al organismo creado por Franco en 1940, reestructurado en 1958 y en los últimos tiempos condenado varias veces a desaparecer.

La exposición de motivos del proyecto legislativo que hoy se somete a debate propugna la plena eficacia del Consejo de Economíoa Nacional, enriqueciendo sus funciones al convertirle en m arco adecuado para el diálogo y la participación de las fuerzas económicas y sociales. Se trata, según el propósito, legislativo, de hacer de él un órgano «de participación de empresarios, trabajadores y consumidores en la tarea de asesorar a los más altos órganos del Estado y, en especial, al Gobierno en cuanto se refiere a la política económica y social al servicio del bien común de la nación».

Para cubrir estos objetivos, la ,única solución políticamente aceptable, según los sectores reformistas de las Cortes, habría sido la supresión total de un organismo creado para otros menesteres y para otra época, y la Creación de, una tercera cámara económico-social a semejanza de algunos países democráticos.

El Consejo de Economía Nacional está en la actualidad presidido por el ex ministro de Relaciones Sindicales Enrique García-Rámal, quien mantuvo en el Gobierno Carrero, al que perteneció, posiciones contrarias al pluralismo sindical y de defensa a ultranza de la unión impuesta desde las jerarquías.

El secretario general es Higinio París Eguílaz, hombre próximo a Blas Piñar, y que el pasado jueves pronunció una, conferencia en Fuerza Nueva sobre «Nacimiento, vida y muerte del Movimiento Nacional», en la que acusó al Gobiera no dé haber renunciado a los principios del 18 de Julio y haber adoptado otros principios contrarios.

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Entre los consejeros del citado órgano consultivo en materia económica se encuentran personalidades que son tenidas como per tenecientes a los sectores más conservadores y franquistas de la política española: tales son Rafael Díaz-Llanos, José María Oriol, Julio Rodríguez (el ministro de Carrero, que inventó el calendario juliano); Salvador Serrats y Francisco Abella.

Otros consejeros están vinculados con sectores bancarios y económicos, y prácticamente, es desconocida la presencia de personas relacionadas de alguna manera con actitudes sociales o posiciones económicas progresivas.

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