Los disidentes ganan terreno a sus regímenes
El ex secretario del Comité Central del PC checoslovaco Zdenek Mlynar ha lanzado un llamamiento a los jefes de Gobierno y de los partidos de Europa Occidental, pidiéndoles que no se desentiendan de la defensa de los derechos humanos en Checoslovaquia. De ellos depende, dice en su comunicación, que «por segunda vez en diez años los defensores de los derechos fundamentales de la persona y del ciudadano no sean reducidos al silencio».Pero la contestación política en la Europa del Este debe. contemplarse a estas alturas como un fenómeno que engloba juntamente a la oposición en la misma Checoslovaquia, Polonia, la Unión Soviética y la República Democrática Alemana. Eso es lo que piensa el semanario alemán Der Spiegel, que al analizar la uniformidad en los métodos de los disidentes de los cuatro países ha sacado algunas conclusiones en el número de esta semana en base a observaciones concretas: los órganos de poder de los cuatro países socialistas se tambalean ante el empuje de la iniciativa popular que actúa desde posiciones socialistas y se apoya en la declaración final de la conferencia de Helsinki. Estos grupos parecen actuar dentro de un movimiento coordinado. Los críticos intelectuales mantienen una vinculación estrecha con las masas. Los disidentes se sienten respaldados por los partidos comunistas de la Europa Occidental. Además, se mueven dentro de los márgenes que establecen las leyes de sus propios países.
Así, Checoslovaquia ha tolerado en las últimas horas la difusión ciclostilada del protocolo oficial sobre la condena dictada contra los componentes de dos conjuntos musicales pop.
También casi al mismo tiempo el Gobierno polaco ha aconsejado a los miembros del Comité para la Defensa del Trabajador que abran una cuenta bancaria para «facilitar» el depósito de las aportaciones que se reciban.
Y en Moscú, agentes soviéticos de policía devolvieron a su domicilio al célebre pintor contestatario ruso Oscar Rabin y a su hijo, después de interrogarles e impedirles que se trasladasen a Leningrado para asistir a una exposición de arte ruso no-oficial.
Entretanto, la esposa del escritor disidente yugoslavo Mijailo Mijailov dirigió ayer una carta al vicepresidente del Consejo de Estado yugoslavo,Vidoje Zarkovic, en la que solicita que su marido sea trasladado de la cárcel de Srmeska Vitrovica, donde se encuentra, a un hospital, puesto que la huelga de hambre que Mijailov mantiene desde finales del mes de noviembre le ha provocado «un estado de salud crítico».
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