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Extraños secuestros en el País Vasco

Tres secuestros de características muy similares y de una duración que en ningún caso ha excedido de las cuatro horas, se han producido durante la presente semana en el País Vasco, dos de ellos en Vitoria y el tercero en la población vizcaína de Amorebieta.

Dado el rápido desenlace de los tres sucesos, sin que ni siquiera llegara a plantearse la posibilidad de exigir un rescate, sólo cabe hablar de errores o de una campaña de intimidación.

A pesar de todo, la agencia Logos asegura que la policía ha identificado a José María lturrioz Garmendia, presunto miembro de ETA, como uno de los dos jóvenes que intervinieron en el primer secuestro, ocurrido el martes en Vitoria, y en medios próximos a la Investigación se cree que pudiera también haber intervenido en el segundo.

Pero conozcamos primero los hechos ateniéndonos a un orden cronológico. El joven de veinticuatro años Rafael Sáez Rodríguez, contable de la empresa Coromina Industrial, e hijo de un concejal de la capital alavesa, era abordado por dos desconocidos a eso de las once de la mañana del martes día 4 junto a la pastelería Jesús, en la esquina de las calles Herrán y Senda de los Canónigos.

A punta de pistola le obligaron a entrar en un Seat 1430, matrícula de Vitoria, que se encontraba aparcado en las inmediaciones, para enfilar seguidamente la carretera Vergara-Arechavaleta.

Después de llenar el depósito de gasolina se desviaron por caminos vecinales hasta aproximarse a la zona de Mondragón, ya en la provincia, de Guipúzcoa. Tras dirigirse a un caserío abandonado, en el que aparecieron otras tres personas, le exigieron el documento nacional de identidad.

A eso de las tres y media de la tarde le dejaban nuevamente en Vitoria, frente a la sala de Fiestas El Elefante Blanco. Creyó oír a uno de sus secuestradores que la operación no se había podido realizar. Antes de dejarle en libertad le aconsejaron que no diese publicidad al asunto.

Nuevo secuestro en Vitoria

El segundo secuestro ocurrió veinticuatro horas más tarde, sobre las once y media de la mañana del día 5, Javier Barrenechea Eriz, director de la sucursal del Banco de Santander en Llodio, fue abordado por dos desconocidos que dijeron estar armados. a la altura de la Jefatura Provincial de Sanidad de Vitoria. En ningún momento llegaron a mostrar armas.Después de obligarle a introducirse en el coche de su propiedad (un Seat 124, matrícula VI-7256-B) le condujeron hasta Escoriaza. A las afueras de esta población guipuzcoana le abandonaron en un descampado, después de que el secuestrado les manifestase que se encontraba enfermo, ya que acababa de ser operado de apendicitis.

El tercer secuestro, también en las mismas circunstancias extrañas, se registró el mismo día 5, en la localidad vizcaína de Amorebieta. Sobre las cinco y media de la tarde un joven subió en la parada de taxis que hay en la plaza al vehículo propiedad de Santos Ibarra, un Chrysler matrícula BI-5775-L.

El desconocido le indicó que se adelantara unos metros para coger a un compañero. Después de esperar unos minutos frente al cuartel de la Guardia Civil llegó, en efecto, una segunda persona que transportaba cuatro paquetes como de tienda, cuyo contenido desconoce el taxista.

Los dos individuos le pidieron que les trasladase a Santa María de Lezama, en cuyas inmediaciones ya de noche, le ordenaron detenerse bajo la amenaza de una pistola.

Después de maniatarlo le introdujeron en el maletero del taxi.

El taxista recuerda que caminaron por carreteras infernales, con muchos baches, pese a lo cual el vehículo estaba inmaculado. Finalmente lo dejaron abandonado en la Gran Vía de Bilbao.

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