Carter, preocupado por los avances del eurocomunismo

Para el presidente electo, Jimmy Carter, «la mejor manera de minimizar la influencia comunista en Francia e Italia es hacer que funcione el proceso democrático y restaurar la confianza de los ciudadanos en el Gobierno».

En su primera declaración amplia sobre política exterior desde que fuera elegido presidente, el pasado 2 de noviembre, contenida en una entrevista publicada ayer por el semanario Time, Carter expresa su preocupación por el avance de los comunistas en Europa, y principalmente en Italia y Francia, donde, según un estadista europeo, los comunistas podrían entrar en el Gobierno en 1977 y 1978, respectivamente.Carter, que fue nombrado hombre del año por Time, dice en la entrevista citada que su grado de preocupación dependerá del grado de participación de los comunistas en esos Gobiernos y de la pérdida «del respeto y confianza de los ciudadanos de esas naciones en el proceso democrático, que nosotros preferimos al comunismo».

«Otro factor -continúa Carter- es el grado de libertad que puedan mostrar los líderes comunistas al respecto a la Unión Soviética, en relación con nuestro país y con la OTAN».

En sus declaraciones a Time, el presidente electo afirma que se entrevistará con Brejnev, posiblemente en septiembre próximo y muy probablemente en Estados Unidos. Y reconoce que ha mantenido contactos indirectos con el dirigente soviético, a través del embajador ruso en Washington. Con relación a las conversaciones Salt II, sobre limitación de armas estratégicas, Carter se muestra partidario de un nuevo acuerdo que parta de la base de lo tratado por Ford y Brejnev hace dos años en Vladivostok.

La reducción mutua del número total de armamentos atómicos, la congelación del arsenal de misiles y cabezas nucleares, y la supresión de todas las pruebas atómicas, son otras de las propuestas que Carter hará a soviéticos, según reveló a Time.

Con respecto a China Popular el presidente electo se muestra muy cauto. y afirma que de moverse entre la existencia de un pacto de defensa con Formosa y la necesidad de mantener buenas relaciones con China continenttal, Carter considera una de sus mayores responsabilidades el proseguir los contactos personales con los dirigentes de Pekín y las relaciones pacíficas con Formosa y China Popular.

Otro tema que preocupa especialmente al nuevo presidente de Estados Unidos es el del Canal de Panamá, lo que le lleva a afirmar que «el tratado debe ser resuelto muy rápidamente, porque es casi únicamente nuestra responsabilidad».

Para informarse a fondo de la crisis de Oriente Próximo, otro de los temas prioritarios de su política exterior, Carter está dispuesto a entrevistarse lo antes posible con Rabin, primer ministro israelí; con el presidente egipcio, Sadat, y con el sirio, Assad, así como con otros diriaentes de la zona, para posteriormente hacer alguna propuesta de conversaciones de paz.

Preguntado por su concepto de «moralidad en política exterior», un término que empleó con mucha frecuencia en su campaña electoral frente al presidente Ford, Carter responde: «Me gustaría que al dejar la oficina la gente pueda decir de mí que siempre dije la verdad. Me gustaría continuar jugando un papel de liderazgo en la consecución del respeto a los derechos humanos. Me gustaría hacer todo lo que pueda como presidente de Estados Unidos para asegurar la paz mundial y la reducción en la carrera de armamentos. Esto no significa presionar a otros países. No voy a intentar imponer un modelo standard en el tipo de gobiernos que las demás naciones deben tener».

Carter, que declara que no viajará mucho por el extranjero, al menos durante su primer año de mandato, y que utilizará a su mujer, Rosalynn, y a otros miembros de su familia como embajadores volantes y extensiones de mí mismo, se muestra también cauto en los cambios a efectuar en la llamada comunidad de inteligencia, que agrupa a todos los servicios de espionaje y contraespionaje. «Mi conocimiento de la comunidad de inteligencia, fuera de la CIA, es muy limitado», afirma.