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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La autenticidad de Ignacio Aldecoa

A varios años de su desaparición se hace actual la obra literaria de Ignacio Aldecoa con esta reimpresión de su obra menor -en páginas, no en calidad ni importancia-. Una relectura hoy no sólo confirma los valores con que se estima el escritor, sino que aumenta su interés; creo que las razones son dos, que vienen a parar a lo mismo: la autenticidad de su ser como escritor, la segura verdad de su vocación.Precisamente leyendo sus relatos primerizos -Alicia Bleiberg, que ha hecho la presentación y amplia selección, ha conservado el orden cronológico dentro de los grandes grupos en que ha reunido los cuentos- se advierte su afán de ser un escritor, es decir, de ver la vida con ojos de escritor, de buscar la materia que exige ser llevada a las cuartillas, no escribir porque sí, sino por la posibilidad de cumplir una tarea.

Cuentos completos

Ignacio Aldecoa. Alianza Editorial. Madrid, 2.ª ed., 1976.

Aldecoa, joven, estudiante todavía, novicio de escritor, se interesó por la busca de ambientes y tipos. No porque su afición le lleve al pintoresquismo o lo costumbrista, no. Mas bien porque quiere descubrir al hombre en la diversidad de sus actividades. Unas actividades que llamamos profesionales y que él llegó a definir como la modesta epopeya de los oficios. Sus cuentos son como pellizcos en la masa de esta gran epopeya.

El oficio puede nacer de la casualidad, pero lleva siempre en sí una postura. El oficio puede significar un pequeño universo para el hombre. Contemplar a éste en su dimensión de todos los días puede revelarnos victorias, derrotas, satisfacciones, dolores..., disueltos en el faenar cotidiano, en lo que no advertimos en todos aquellos con quienes nos cruzamos por la calle y que el escritor nos descubre y nos ofrece convertido en sustancia novelable.

La otra coordenada que fija la condición de escritor de Ignacio Aldecoa es su preocupación por la materia con que trabaja: el lenguaje. Los temas de sus primeros relatos le exigen una sencillez a la que se entrega. Dentro de la intervención incesante del novelista él quiere que los hombres y las mujeres de sus relatos hablen por sí mismos, como en la realidad hablan entre sí. Pero sin abandonar esta sencillez busca aquella palabra que cumple precisamente con la función exigida.

En el andar de prosista de Aldecoa se advierte, creciente, la preocupación por el léxico, la utilización de palabras y frases, resultado de una profunda inquietud por el estilo. Me atrevería a decir que a esta etapa sucedería otra en la que esta preocupación pasaría a un plano más secundario. Desgraciadamente no es posible comprobarlo. Aldecoa dejó truncado un camino de remotas perspectivas. Sin que esto quite importancia y calidad de obra lograda a estos cuentos, a los que dio personales acentos en la conjunción necesaria de temas y expresión.

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