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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La moderna sociedad industrial

Quien haya seguido de cerca la aventura intelectual de García-Pelayo discierne en ella un principio de acción que la trasciende: el desvelamiento de las verdades de la realidad social -pasada o presente-, a fin de aprehender su sentido y descubrir los principios de la vida colectiva en orden y libertad; es también perceptible en ella la convicción de que nada acontece al margen de la razón histórica. De este modo, toda la obra de García-Pelayo se halla configurada desde la doble vertiente de un talante liberal y de un approach historicista, en sus sentidos más latos.En el volumen que ahora comentamos se incluyen varios ensayos en torno a la moderna sociedad industrial. El más extenso, que da título al libro, y al que limitaremos nuestro comentario, se propone mostrar «algunos de los efectos de la civilización tecnológica sobre el sistema político y, especialmente, sobre el nacimiento y expansión de la tecnocracia». Para ello, Garcia-Pelayo establece, como supuesto metodológico, una distinción entre los conceptos y realidades tecnocráticos y la burocracia, en cuanto aquéllos han venido a sustituir a ésta o a integrarse con ella en la estructura estatal, orientada hasta entonces según los métodos de gestión y principios de acción burocráticos, para configurarla definitivamente como una nueva forma política.

Burocracia y tecnocracia, y otros escritos

Manuel García-PelayoAlianza Universidad, Madrid, 1975

Se abre así el ensayo con una primera parte que ofrece un original análisis de los contenidos jurídicos y técnicos de aquel tipo de racionalidad en referencia al cual se constituyó el sistema de gestión y administración burocráticas en tanto que componente de la realidad estatal. De la dialéctica entre procedimientos jurídicos y técnicos surgen dos estructuras diversas (la jurídico-institucional y la tecnoeconómica) que, integradas en un principio en el orden global del Estado burocrático, terminaron por enfrentarse entre sí al acentuarse el momento racional de las finalidades tecno-económicas.

La segunda parte abordá el análisis de los supuestos históricos que han determinado el surgimiento de la tecnocracia, entendiendo ésta como sistema de dirección política sustentada sobre supuestos técnicos dentro de cuya estructura las decisiones se hallan condicionadas por los tecnócratas. Se manifiesta así ante nuestros ojos la dialéctica interna de la civilización tecnológica sobre la que se asienta el sistema, dialéctica que se expresa a través de una casualidad «circular» entre la infraestructura y la supraestructura de tal civilización cuyos rasgos más salientes va identificando Garcia-Pelayo de modo riguroso. En primer lugar, la unidad indisoluble entre ciencia y técnica, con su correlativa conversión del saber en instrumento praxiológico, orientado a la acción y que opera como principio organizador de las instituciones; en segundo lugar, la irrupción en el entorno del hombre de una nueva realidad constituida por una pluralidad de medios técnicos articulados en sistemas organizativos que dan lugar a una específica legalidad global que se impone, mediante una dialéctica circular o de retroacción, al propio hombre, quien para dominarlo ha de someterse previamente al mismo. La transferencia en el plano del pensamiento de la realidad tecnológica ha producido una filosofía (la teoría general de los sistemas) con la pretensión de dar razón de todo lo existente mediante un instrumento mental abstracto capaz de captar y controlar la realidad en toda su variedad.

Se plantea el autor, a continuación, los problemas que resultan del impacto de la civilización tecnológica sobre el orden político. Por un lado, el Estado ha debido adaptarse en su estructura y funciones a las exigencias de la nueva civilización y, por otro, se ha desarrollado como consecuencia de estas implicaciones un nuevo principio de legitimidad política en virtud del cual el marco institucional y los valores tradicionales se han subordinado a la eficacia; de esta forma, la legalidad tecnológica proyecta su presencia sobre el campo de la decisión y gestión políticas.

Tras de analizar en sus manifestaciones más generales los tipos de relación entre el político y el técnico, siguiendo de cerca los modelos presupuestos por Habermas, la parte final de este estudio examina las formas de articulación de la tecnocracia a distintos regímenes políticos (tecnodemocracia, tecnoautoritarismo y tecnosocialismo), todos los cuales, por encima de sus diferencias, coinciden en unos supuestos y rasgos comunes. Se examinan desde esta perspectiva las transformaciones operadas bajo las supraestructuras institucionales de la democracia hasta dar lugar a un «pluralismo de grandes organizaciones», con la consiguiente pérdida de poder por el parlamento y la difusión del poder efectivo a través de las fuerzas económicas del sistema. Especialmente sugerente nos parece la exposición del modelo tecnoautoritario que identifica el objetivo político global con la expansión económico-social de la nación en el marco de países en vías de desarrollo que excluyen las instituciones democráticas; el instrumento ideológico que pone en marcha los grupos tecnocráticos aliados con el estamento militar es la «doctrina de la seguridad nacional», curiosa trasposición a los problemas del desarrollo de la «gran estrategia», cuyo ejemplo más manifiesto lo constituye el actual Brasil.

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