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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

"No nos intereses nunca"

En 1968, en la ciencia ficción, se produce un, al menos, interesante acontecimiento. En los números correspondientes al mes de junio de las revistas especializadas en el género If y Galaxy, aparecen las páginas 4 y 5 con textos cuyo espacio fue pagado, a razón de unos cinco dólares por cabeza, por dos grupos de autores de ficción científica. Uno de estos grupos, formado por ochenta escritores (John W. Campbell, Paul Anderson, Robert A. Heinlein, Fredric Brown...), expresa así su postura: «Los abajo firmantes creemos que los Estados Unidos deben permanecer en Vietnam para cumplir sus responsabilidades hacia el pueblo de ese país».. El otro grupo, formado también por ochenta y dos escritores (Ray Bradbury, lsaac Asímov, Forest J. Ackerman, Daniel Keyes ... ), haciéndoles frente, firman el siguiente texto: «Nos oponemos a la participanción de los Estados Unidos en la guerra de Vietnam». Por primera vez, en la historia de las revistas de ciencia ,ficción, como señala Jacques Sadoul en su estudio de este género literario, la política hacía su entrada. O, quizá, algo más. Los más importantes autores de.ciencia fieción estadounidenses, agrupándose según sus criterios, daban conocimiento público de su pensamiento político acerca de Vietnam. Uno de los que hicieron posible este acontecimiento, que tuvo gran repercusión, fue Philip K. Dick, que fue firmante del segundo texto de los reseñados.Philip K. Dick está considerado como uno de los más importantes escritores de ciencia ficción estadounidenses. Paradójicamente, también, uno de los más mediocres. Aclaremos esto, puesto que puede dar lugar a equívocos, que no serían perdonados por sus seguidores. Y, para hacer la aclaración, resulta imprescindible referirnos a su vida, muy posiblemente digna deser llevada a novela.

Fluyan mis lágrimas, dijo el policía, de Philip K

Dick. Ediciones Acervo, Barcelona, 1976. 282 págs.

Ejerció varios oficios

Philip Kindred Dick nació en Chicago, en diciembre de 1928, poco después de que Hoover fuera reelegido presidente de los Estados Unidos y poco antes de que Trots ky fuera desterrado de Rusia. Comenzó a escribir en 1952, después de ejercer diversos oficios, alentado por Anthony Boucher, otro nombre de relieve en la ciencia Ficción, del cual fue discípulo. Sus primeros textos eran de escaso interés. Convencionales, tendien do a lo comercial. Pero, Philip K. Dick fue mejorando, depurando su estilo, buscando originalidad en los temas. Se convirtió en un auténtico creador. Así, tras ya unos éxitos, sorprendería en 1963 con una gran novela, El hombre en el castillo, (Ediciones Minotauro) que ajuicio de John Brunner se debe a un maestro de la ciencia ficción «que ha conseguido transformar de un modo que nunca hubiéramos creído posible los temas y símbolos más funilament.ales del.género».

Realmente, El hombre en el castillo, es una novela importante, tanto por su calidad literaria como por la gran originalidad del tema. Philip K. Dick, que por la obra méncionada recibió el Premio Hugo, se convertiría al año siguiente en uno de los escritores más admirados por sus obras The simulacra y The three stigmata of Palmer Eldritch. Ya por este año, 1964, Philip K. Dick escribe bajo la influencia de drogas, anfetaminas y alucinógenas. En 1969 publica Ubik, la última de sus grandes novelas en opinión de muchos. Su mejor obra también en opinión demuchos. Trata de uno de esos sueñospsicodélicos en que todo se degrada alrededor de uno, corno resume muy certeramente Jacques Sadoul. Las drogas, sobre Philip K. Dick, comenzaron su efecto destructor, causándole námerosas crisis, llevándole a escribir productos muy mediocres. En 1974, tras sufrir una de sus crisis, acabó y publicó el original de Fluyan mis lágrimas, dyo elpolicía, que ahora se publica en nuestro país.

Un universo particular

Creo que, Fluyan mis lágrimas, dijo el policía, ante todo, nos sirve de forma extraordinaria para conocer el universo particular que se ha ido elaborando Philip K. Dick. Para unos, ha sido la prueba definitiva de su decadencia; para otros, la expresión totalizadora de su proceso de creación. En el Premio Nebula quedó finalista, que ya es toda una honra.

El Philip K. Dick de El hombre en el castillo, por ejemplo, donde se nos dice que los alemanes ganaron la segunda guerra: pero no en el ,mundo real, es muy distinto al de Fluyan mis lágrimas, dyo el policía, donde el drogadicto, por ser el autor, nos habla del mundo de las drogas. O, mejor, de otro posible mundo al que se puede llegar por medio del uso de las drogas. No cabe duda de que, las perturbaciones psicológicas sufridas por el propio Philip K. Dick, de alguna forma quedan plasmadas en el libro, que pertenece al rumbo tomado ya antes de Ubik; es decir, un mundo de obsesiones, alucinado, psicodélico...

En Fluyan mis lágrimas, dijo el policía, se nos relatan las desventuras de Jason Tavernerl, astro de la TV, cuyo programa es seguido todas las semanas por treinta millones de telespectadores. Jason Taverner, un rostro difícilmente desconocido por alguien. Pero, tras un extraño suceso, despertará en la habitación de un infecto hotel. Se encuentra en uno de los bolsillos con cincuenta mil dólares. Pero, por másque busca, carece de todo documento de identidad. Y esto, en el mundo que nos describe Philip K. Díck, es peor que no existir. Sin documentos, sobrevivir es muy difícil, casi imposible.

Interés.

Decir algo más del argumento d la novela me parece una incorrec ción hacia el posible lector de la misma. Pero, lo que si les puedo asegurar, es que la trama tiene el suficiente interés como para cautivarnos. No obstante, Philip K. Dick,.no sólo ha pretendido hacer una novela de entretenimiento. Se le podrá discutir, en este caso, su escasa calidad literaria, bastant alejada de sus obras maestras. Pe ro, lo que es innegable es que nos está hablando de una situación posible, de una sociedad hoy fic ción pero que mañana puede llegar a ser realidad, de algo queindudablemente ha comenzado a amena zar a la persona. En esto, vuelve a ser el gran Philip K. Dick, a sus cuarenta y ocho años, es un escrito polémico, contradictorio. Quizá esté ahí su gran secreto. Aún tiene edad para superar sus obras maestras. Todo depende de que, un día logre superar ya para siempre sus crisis psicológicas. Creo que, lo que principalmente nos quiere decir Philip K. Dick en Fluyan mis lágrimas, dyo el policía, se resume en un monológo del policía Buckinan: «Mientras vayas a tu tumba, aún tendrás la boca abierta para preguntar: ¿Qué es lo que he hecho? Y serás enterrado así: con la boca abierta. Y nunca podré explicártelo. Sólo podré decirte una cosa: no llames jamás la atención de las au toridades. No nos intereses nunca No hagas que deseemos saber cosas acerca de ti ( ... ) Algún día quizá haya una investigación post mortem y entonces se sepa que, de hecho, tú no hiciste ningún daño, que, en realidad, no hiciste otra cosa más que conseguir que nos fijásemos en ti». De esto, Philip K. Dick, debe saber mucho.

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