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La burocracia dificulta penosamente las tareas de socorro

, ENVIADO ESPECIAL El estado de los pueblos y municipios de la provincia de Udine es desoladora. Diecisiete ayuntamientos han declarado su situación como algo más qüe trágica. Mientras tanto, el Gobierno de Roma tiene volcada toda su atención en suministrar ayuda a la región siniestrada.Todo ello agravado por el hecho de que el Friuli es la zona del, Noroeste de Italia más deprimida. Es una región que vive casi exclusivamente de la agricultura, siendo el minifundio de la vid el principal sustento de sus habitantes.

Tierra de emigración

Se dice por todo el país que los friulanos se hallan repartidos por todos los rincones del mundo. Y es que de antaño esta región mantiene por su pobreza, una tradición emigrante. Muchas de las familias que hoy se ven desprovistas de sus casas por el terremoto que las abatió, las construyeron con los ahorros de muchos años de trabajo en las minas de carbón de Bélgica y de la Alsacia-Lorena.

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Más de diez mil terremotos

Se estima que la zona más afectada por el seísmo corresponde a. luna figura rectangular de 25 kilómetros, de,largo por 15 de ancho, es decir, el doble de la extensión que tiene la ciudad-de Milán. En total, han sido 31 los rhovimientos sísmicos-que,han afectado a dicha zona. Tres antes del que causó la tragedia y 27 después, en un espaciode menos de 24 horas. Las autoridades calculan en un 50 por 100 el número de casas destruidas en toda la región.

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En Buia, población de 6.000 habitantes, por lo menos cinco mil se han quedadosin hogar, lo que -demuestra la intensidad del terrmoto, en algunos puntos. Pero la peor parte del drama está, por decirlo de alguna, manera, en el servicio de asistencia.

Un riguroso proceso burocrático hace en muchas ocasiones penosísimo el trasladar al lugar la ayuda necesaria. Se ha dado el caso de una pequeña aldea, donde a la dos de la madrugada de ayer llega ron 350 tiendas de campaña para los refugiados y por. no hallarse en el lugar el coronel al cargo de la operación, que debía firmar la entrega, tuvieron que ser almacenadas. Los médicos de la zona y del país que han asistido para prestar sus auxilios, al toparse con tal falta de organización, han decidido en muchas ocasiones actuar por su cuenta. Gentes de aldeas pequeñas se acercaban a la carretera a solicitar ayuda de las oleadas de camiones con pertrechos, sin poder pararlos para que éstos les asistieran. Se espera que con la visita a la provincia de Udine del presidente de la República, Leone,, y de los ministros del Interior y Trabajo, se imponga un sistema de asistencia más ecuánime y se gane mayor rapidez.

Muchos cadáveres por rescatar

Los habitantes de la zona.han preguntado al presidente si no ocurrirá con la ayuda económica para rehabilitar el lugar, lo mismo que ocurrió en Belice (Sicilia), donde, después del terremoto de 1969, fueron desapareciendo no se sabe cómo los fondos destinados a reconstrucciones. Mientras tanto, es la madrugada pasada se han ido restableciendo las comunicaciones telefónicas y el tendido eléctrico en la zona. La Radiodifusión Italiana está aunando sus esfuerzos para que las emisoras de radio puedan emitir los partes y llamadas de ayuda que requiere la situación. Sangre, plasma, material esterilizado, vacunas antitifoideas y antivariólicas, son algunas de las necesidades más urgentes, teniendo en cuenta las altas temperatura de estos días y el número de cadáveres sin rescatar de entre los escombros que aún quedan. El Gobierno se niega a dar más cifra de muertos que las que van apareciendo en los trabajos de desescombro.

Un dato, importante a resaltar es el papel desempeñado por los radioaficionados, que son los que desde el primer momento han mantenido la única comunicación telefónica con el exterior. También se sabe,que son numerosos los militares muertos o desaparecidos porque la región del Friuli cuenta con gran número de cuarteles.

En definitiva, el pueblo italiano vive días de luto pero, como mucha gente dice por aquí, «no es momento para llorar, sino para reconstruir». Miles de personas trabajan día y noche en las condiciones más precarias mientras esperan que lleguen los auxilios de todas partes del país.

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