De opinión personal a evidencia científica por un fallo en cadena
Un cúmulo de errores llevó a presentar como médico a un entrevistado y elevó la categoría de sus afirmaciones
Rafael Guzmán es el director del centro Metódica, de Córdoba, al que acuden famosos como Miguel Ángel Silvestre, Santiago Segura o Bertín Osborne porque, según su web, está especializado en “medicina de vida”. Acaba de publicar un libro, Tu cuerpo, tu hogar (Espasa), y está de gira por diferentes medios para promocionarlo. Por esta razón, el lunes protagonizó una entrevista en la última página de la edición de papel, con este titular: “No es normal comer cinco veces al día”.
“Me dirijo a usted para manifestarle el desconcierto que me ha causado el contenido de la entrevista”, escribió Carlos García Aguado al buzón de la defensora. “En primer lugar, me parece llamativo que no se indique la formación básica del entrevistado: ¿es médico?, ¿en qué universidad se formó?”. Tras un extenso análisis sobre el contenido de la entrevista, este lector finalizaba: “Creo que el periódico no debería contribuir a difundir bulos o informaciones sobre nuestra salud que no estén científicamente demostradas por muy sugerentes y atractivas que puedan parecer”.
“Me indignó leer este artículo; es como darle lugar a un astrólogo”, se quejó también Paloma Pérez, quien considera que el párrafo dedicado al sol, los electrones y la energía “es un atentado a la ciencia”.
Con argumentos similares, la sección de Ciencia, que no fue consultada sobre la idoneidad de la entrevista, recibió mensajes de protesta de algunas de sus fuentes el mismo día de la publicación. La redactora jefa, Patricia Fernández de Lis, se quejó ante la dirección, y la entrevista fue retirada de la portada de la edición digital.
Es un caso de fallo en cadena de todos los controles del periódico. La entrevista fue fruto de un encargo de la dirección a una colaboradora, elegida por razones de proximidad y no por su trayectoria, ya que ella escribe habitualmente de cultura y no de divulgación médica. Además, la entrevista tuvo dos ediciones diferentes, a cargo de dos secciones distintas, de tal forma que no coinciden las versiones de la web y el papel. El responsable de la última página y de haberla encargado no leyó la entrevista antes de que se publicara porque ese día no trabajaba. Pero los editores que supervisaron el texto dieron por hecho que ya tenía su visto bueno.
En este cúmulo de errores, el más grave fue presentar al entrevistado como nutricionista ―añadido al titular durante la edición de la versión digital― y dar la apariencia de que era un experto cualificado. El texto recoge que es un “referente de la medicina preventiva y el nutricionismo en España”. Pero Rafael Guzmán no es médico, ni él se presentó como tal, sino como “psiconeuroinmunólogo clínico”, título que obtuvo por la Universidad Pontificia de Salamanca, según su currículo, publicado en la web de su empresa y en la de su editorial.
“No existe ni como especialidad ni como grado”, explica Javier Arias, decano de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, quien recuerda que los títulos oficiales siguen un itinerario formativo que establece la ley. En cambio, abunda, algunas universidades privadas ofrecen títulos propios, que reciben el nombre de máster de formación permanente, pero que no se deben confundir con un máster oficial. Es el caso de los estudios del entrevistado.
Esta confusión en la presentación del protagonista elevó automáticamente la categoría de sus afirmaciones, que además estaban muy alejadas de lo que establece la ciencia en algunos aspectos de la salud, como los efectos de la exposición al sol o del consumo de legumbres o café. A la vez, quedaba difuminado que era autor de un libro y que las preguntas que se le habían hecho eran sobre su obra, no sobre la ciencia. De ahí que lo que debió considerarse una hipótesis o una opinión se erigió en evidencia científica.
“Creo que aproximadamente un 30% de las afirmaciones que hace tienen base científica, pero lo mezcla todo y es difícil discernir lo que es ciencia de lo que sería pseudociencia u opiniones personales”, afirma el decano de Medicina de la Complutense. “La divulgación médica es fundamental que se haga desde los medios”, añade.
Campo controvertido
Pablo Linde, redactor especializado en el área de Salud y Medicina, explica que la nutrición es un campo de estudio sujeto a muchas controversias, porque son frecuentes investigaciones con conclusiones contradictorias. “La evidencia se saca de estudios observacionales a lo largo de mucho tiempo en los que puede haber factores de confusión e interpretación. Aunque existen grandes consensos, no es extraño que dos expertos reputados defiendan cosas diferentes en ciertos temas”, puntualiza. Por eso, señala que, como mínimo, se requieren salvaguardas en este tipo de informaciones.
“Hay un interesante debate científico y social sobre la longevidad que queremos seguir”, explica el subdirector Ricardo de Querol, responsable de la edición de papel. “Por ese motivo se encargó la entrevista al autor de un libro sobre este asunto y director de una clínica que ha adquirido cierta relevancia. Sin embargo, en este caso fallaron los controles editoriales en dos puntos. El primero, el hecho de que no sea médico le resta autoridad, y no quedaba claro. El segundo, que muchas de sus afirmaciones son atrevidas y muy discutidas por los expertos más respetados, y el formato de una entrevista como esta no permitía contrastar su opinión con otras”.
Al retirar la entrevista de la portada de la web, el periódico ya admitió la equivocación. Pero cuando se trata de informaciones publicadas en internet habría que añadir medidas adicionales de corrección como borrar la entrevista o, como mínimo, añadir las correspondientes aclaraciones. De lo contrario, solo se contribuye con más ruido a un debate controvertido.
Para contactar con la defensora puede escribir un correo electrónico a defensora@elpais.es o enviar por WhatsApp un audio de hasta un minuto de duración al número +34 649 362 138 (este teléfono no atiende llamadas).
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