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Crítica de cine
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘Hedda’: desigual relectura de la manipuladora mujer creada por Ibsen

En un mundo como el de hoy, de necesario feminismo, adaptar esta obra de teatro conlleva más dificultades de las previstas

Tessa Thompson, en 'Hedda'.
Javier Ocaña

Desde una concepción quizá un tanto simplificadora, frente al habitual calificativo de misógino ejercido hacia August Strindberg y su teatro, Henrik Ibsen, el otro gran dramaturgo escandinavo de finales del siglo XIX, ha sido concebido a menudo como precursor del feminismo literario, sobre todo gracias a Casa de muñecas. Sin embargo, ante Hedda Gabler, otro de los grandes títulos del genio noruego, resulta bastante más complejo encontrar su poder emancipador, ya sea como férrea defensa de la mujer, o como descripción palpable de las poderosas razones que llevan a su mezquino personaje principal a hacer lo que hace a lo largo de la obra.

Caprichosa, manipuladora, ambiciosa y retorcida, la Hedda Gabler del título, convertida en Hedda Tesman tras un matrimonio con un hombre al que no quiere, nunca busca el afecto sino el dominio. Ahora bien, al mismo tiempo, también podría configurarse como una mujer que despliega sus artes, principalmente la seducción, en busca de su propia libertad en una sociedad patriarcal en la que tal cosa resulta inconcebible. Las contradicciones de Hedda no son fáciles de entender ni de soportar, pero son precisamente estas las que la convierten en fascinante, y en uno de los grandes personajes de la historia del teatro.

En un mundo como el de hoy, de necesario feminismo, y en un cine como el contemporáneo, en el que las actualizaciones de algunas de las grandes novelas y obras de teatro persiguen una lectura más cercana a la mujer, adaptar Hedda Gabler conlleva más dificultades de las previstas. Quizá consciente de ello, la estadounidense Nia DaCosta, y casi como una paradoja, ha encontrado el feminismo y el principal discurso de su traslación cinematográfica en el rol masculino de un personaje secundario, aunque fundamental, de la obra de Ibsen. Un hombre al que en su película —titulada simplemente Hedda, y estrenada solo en Prime Video— ha convertido en mujer, lo que le sirve para fortalecer una posible vía de actuación en las sociedades patriarcales del pasado y del presente, y también para articular un toque homosexual en la burguesía de la década de los cincuenta del siglo XX, anclada en la hipocresía.

“En esta casa me parece que todo huele a colada y a compota casera”, escribió Ibsen para ser pronunciado por Hedda en la pieza original, culminando esa escena con una cruel sentencia para sí misma: “Mi destino está claramente trazado: aburrirme hasta morir”. La reciente esposa, sin dinero y con una nueva casa que pagar, no se conforma con la “miserable plaza de profesor” para la que está opositando su marido, y tiende su poder de atracción, su refinamiento y su agudeza, junto a una terrible capacidad para la extorsión y el dominio psicológico. Mientras, en el otro extremo, su contrincante es (esta vez) otra mujer inteligente y brava, que ha decidido luchar contra el poder del hombre desde postulados intelectuales, con la publicación de un libro (esencial en Ibsen y en DaCosta) que podría empezar a cambiarlo todo.

En su cuarta película, la también ambiciosa DaCosta, afroamericana de 34 años, que ya ha hecho prácticamente de todo (Little Woods, un curioso wéstern indie; Candyman, una notable alegoría social y racial en torno a un personaje mítico del terror; y The Marvels, uno de los más grandes fiascos del reciente cine de superhéroes), viene acompañada del lujo en el diseño de producción de la fiesta en la que se ambienta todo el relato, de la habitual banda sonora grandilocuente y atonal de Hildur Guônadóttir, y de una magnífica Nina Hoss (frente al pellizco de doblez estereotipada de Tessa Thompson como Hedda). Con alguna digresión explicativa de parvulario (la de la cocinera), es en el retrato del arribismo donde su desigual versión puede encontrar mayor eco contemporáneo. Pero, aunque ya suene como apuesta para los premios Oscar, y harán campaña para ello, se queda a medias: del cine intelectual, y de la relectura comercial.

Hedda

Dirección: Nia DaCosta.

Intérpretes: Tessa Thompson, Nina Hoss, Imogen Poots, Tom Bateman.

Género: drama. EE UU, 2025.

Plataforma: Prime Video.

Duración: 107 minutos.

Estreno: 29 de octubre.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.
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