_
_
_
_
Crítica | La audición
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El rostro de la confusión

La actriz alemana Nina Hoss interpreta a una mujer compleja hasta la extenuación y lo que hace, verdaderamente poderoso, eleva la película en todo momento

Javier Ocaña
Nina Hoos, en 'La audición'.
Nina Hoos, en 'La audición'.

La indecisión, la inseguridad, la confusión, el desequilibrio. No siempre unos sentimientos llevan a los otros, pero esta cadena de incógnitas personales no resulta difícil de encontrar en el ser humano cuando en cada una de las estaciones se pasa de lo banal, de lo superficial, a lo verdaderamente esencial. Como ocurre con el personaje protagonista de La audición, notable película de la directora alemana Ina Weisse: una madura violinista que un buen día fue niña prodigio y joven deslumbrante, a la que un mal día le llegó el temblor. El físico, el artístico, el profesional, el emocional. Y ya no volvió a ser lo que era en aspecto alguno.

LA AUDICIÓN

Dirección: Ina Weisse.

Intérpretes: Nina Hoss, Simon Abakrian, Jens Albinus, Ilja Monti.

Género: drama. Alemania, 2019.

Duración: 90 minutos.

Desde entonces, y ya como profesora de conservatorio, nunca como concertista de éxito, volcó sus ansias, sus realidades de triunfo en su hijo. Hasta el exceso. La magnífica actriz alemana Nina Hoss interpreta a esta mujer compleja hasta la extenuación, y lo que hace, verdaderamente poderoso, eleva la película en todo momento, bella en muchos apartados, hasta un tramo final, sin embargo, bastante más discutible por la deriva que toma el relato. Hoss, ganadora ex aequo del premio a la mejor actriz del festival de San Sebastián, debe decirlo todo con el rostro porque apenas tiene textos que desarrollar. Y siempre mira, escruta, desde su cruel incertidumbre, desde su perturbada confusión. Cargada de registros.

El retrato de Weisse, también coguionista, se despliega en variadas vertientes, y todas ellas resultan interesantes: junto a un marido que pone calma y sentido común, pero nunca cariño y aún menos pasión; junto a un amante con el que no hay comunicación directa con ojos y tripas, pero sí con el sexo; junto a un hijo al que presiona con la insatisfacción del fracaso; junto a un joven alumno en el que vuelca la ilusión que ya ha perdido con su vástago; con un padre anciano y violento, siempre a la gresca por la mayor nimiedad con su vieja madre. Sin apenas explicaciones, este drama psicológico pero nunca psicologista avanza entre el buen gusto para filmar y montar de Weisse, y la férrea defensa de su personaje por parte de Hoss.

Con una bonita (y muy adecuada) fotografía, sobre todo en los interiores poco iluminados, casi lúgubres, La audición se asienta además con buen criterio en la fórmula narrativa de los cortes bruscos del continuo secuencial. Va a borbotones, y nunca fluye de un modo natural porque en modo alguno debe fluir: el devenir narrativo de la película es entrecortado, como la vida y la mente de su criatura.

Sin embargo, llegada la zona final, a partir del accidente, el magnetismo del relato se resquebraja. Por el hecho en sí, forzado, tremendista, y por las consecuencias en su desenlace. Es entonces cuando es posible que al espectador le surja la pregunta de hacia dónde quiere llevarlo la directora, qué es lo que le está intentando decir. Y no es que la directriz sea ambigua; es que resulta confusa, entre la frialdad congénita y la enfermiza búsqueda de la perfección.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_