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Desenterrada la mitad oculta del templo solar mejor conservado del antiguo Egipto

Una misión arqueológica ha excavado por primera vez el templo del valle que daba acceso al santuario del sol del faraón Nyuserra, el único que se preserva de estos singulares edificios

Una misión arqueológica italiana ha desenterrado por primera vez en la vasta necrópolis de Abusir, al sur de Guiza, el colosal templo del valle que daba acceso al singular santuario del sol construido por el faraón Nyuserra hace casi 4.500 años. Pese a la importancia que tuvieron estos complejos durante un breve período del antiguo Egipto, solo se tiene constancia de la existencia de seis, se han descubierto únicamente dos y solo el de Nyuserra se mantiene en pie, por lo que los últimos hallazgos ofrecen nuevas claves sobre estos peculiares edificios.

El templo solar de Nyuserra presenta un diseño muy común de la época del Imperio Antiguo y se divide en tres espacios principales: el templo del valle, que se cree que se encontraba a la orilla del Nilo y que permanecía enterrado hasta ahora, una calzada ascendente, y el templo superior, que albergaba salas de culto y espacios al aire libre. Las últimas excavaciones en el valle del templo han desenterrado partes del pórtico de la entrada principal, restos del revestimiento de algunas paredes y varios elementos arquitectónicos originales del edificio.

“Esperábamos algo monumental, pero no tanto. Si nos fijamos en otros templos del valle que conocemos en Guiza parece que eran edificios más pequeños que el [de] Nyuserra”, asegura Massimiliano Nuzzolo, codirector de la misión, que explica que la estructura que han desenterrado mide más de cinco metros y medio de alto sin contar ni el techo ni parte del revestimiento exterior. “En el tercer milenio antes de Cristo, cuando te acercabas al templo desde el Nilo o desde los canales laterales, te habrías quedado realmente asombrado”, agrega.

Los primeros indicios que se conocen sobre el culto al sol en el antiguo Egipto se remontan a principios del cuarto milenio antes de la Era Común, según la misión arqueológica italiana que estudia los templos solares. Más adelante, este culto se convirtió en el gran credo oficial abrazado por la realeza, pero no fue hasta la V dinastía, a la que perteneció Nyuserra, que se empezaron a construir templos dedicados al sol por primera vez en la civilización faraónica.

El hecho de que se tenga constancia de que se construyeron únicamente seis templos solares se debe a que solo se edificaron durante alrededor de un siglo. Durante este relativamente corto período de tiempo desempeñaron un papel clave en la vida religiosa y económica, pero fueron abandonados de forma repentina a finales de la V dinastía. No fue hasta al cabo de unos mil años, con las reformas religiosas del famoso faraón Akenatón, que volvió a surgir otro tipo de edificio similar con el templo de Karnak de Tebas, en la actual Luxor.

“El templo del sol fue un medio para la deificación, la solarización del rey. Y esto es bastante único; es algo que solo se hizo en la V dinastía. Estos reyes querían ser adorados, querían ser presentados y recordado como hijos —físicos, carnales— del dios Sol, lo que resulta muy importante en la ideología del tercer milenio antes de Cristo porque no se había hecho nada así antes”, expone Nuzzolo. “Existía la idea de que el rey era en cierto modo divino”, agrega, “pero ningún rey había enfatizado tan explícita y directamente la conexión con el dios Sol”.

El templo del valle del santuario solar de Nyuserra había sido identificado hacía un siglo por la misión que dirigió en Abusir entre 1898 y 1901 el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt, pero el alto nivel freático de la época les había impedido desenterrarlo. Ahora, en cambio, el agua subterránea se halla a más de siete metros por debajo de la superficie terrestre, señala Nuzzolo, lo que ha permitido sacarlo a la luz tras desechar una gruesa capa de sedimentos.

Entre los objetos más destacados que han encontrado en el templo figura un enorme dintel de piedra con inscripciones jeroglíficas que detallan un calendario de ceremonias religiosas del santuario junto al nombre del faraón Nyuserra. Para sorpresa del equipo de arqueólogos, también han descubierto una gran cantidad de piezas de cerámica, muchas de ellas del primer período intermedio (más de 150 años después de la V dinastía), lo que sugiere que el templo se transformó en una zona residencial después de dejar de funcionar como lugar de culto real.

“Solo una pequeña parte de la cerámica que encontramos es cerámica real. La gran mayoría, yo diría que el 90%, es cerámica común, de uso cotidiano”, constata Nuzzolo, que se muestra especialmente fascinado por el hallazgo de un ejemplar del juego de mesa senet, considerado uno de los más antiguos del mundo. “La gente reutilizó el templo, así que vivían, cocinaban y jugaban dentro”, apunta, “es realmente increíble poder tocar la vida cotidiana de los egipcios”.

Los motivos por los que estos templos solares desaparecieron siguen sin estar del todo claros, pero Nuzzolo considera que la resistencia a una reforma religiosa de este calibre y el enorme coste del aprovisionamiento diario de estos santuarios podrían haber contribuido a su ocaso. “Era una idea que básicamente desarrollaron los reyes de la V dinastía [y que] evidentemente no tuvo mucho éxito porque solo duró cien años y luego fue abandonada”, concluye.

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Sobre la firma

Marc Español
Escribe en EL PAÍS desde 2020. Desde El Cairo, su trabajo se centra principalmente en Egipto y Sudán, y sigue de cerca Gaza y Libia. Licenciado en Periodismo por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
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