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Un viaje a los secretos del polémico artista Santiago Sierra

Enrique Palacio estrena en el festival de Málaga el primer documental dedicado al creador conceptual español más reconocido en el mundo

Santiago Sierra, en el documental 'El dedo en la llaga', de Enrique Palacio.
Santiago Sierra, en el documental 'El dedo en la llaga', de Enrique Palacio.

Santiago Sierra (Madrid, 58 años) es el artista conceptual español más reconocido en el mundo. Las contundentes creaciones con las que denuncia las injusticias y abusos que el poder perpetra contra los más desfavorecidos alimentan una extensa obra que empezó hace tres décadas y que se ha desarrollado en 73 países, especialmente en México, Alemania, Italia y España.

Pese al aplauso casi unánime de los críticos y a su popularidad entre los amantes del arte, en España se le han dedicado pocas exposiciones retrospectivas. El documental Santiago Sierra, el dedo en la llaga, que este sábado se proyecta en el festival de cine de Málaga, viene a llenar esa laguna de desconocimiento. Dirigido por el fotógrafo y realizador Enrique Palacio, la película es el resultado de cuatro años de investigación y seguimiento del artista. No están representadas todas sus obras porque el empeño sería imposible. Tampoco se hace un retrato personal del artista porque, como dice el propio Sierra, su vida no es la materia con la que se construye su obra. Lo que Palacio ha conseguido es un completo retrato del universo que interesa al artista. “En su lienzo plantea las realidades con las que convivimos”, cuenta el director. Y añade: “Su obra minimalista, en blanco y negro, es una llamada para despertar conciencias sin dar el salto al activismo. Él dibuja, fotografía o filma los temas que le interesan. Su manera de enfocar esos asuntos es lo que me hizo pensar que con Sierra había una potente historia que contar al mundo”.

Primer artista que rechazó el Premio Nacional de Artes Plásticas (2010) por no querer colaborar con “un Estado cómplice de guerras dementes”, fue también el primero en sufrir la censura en la feria Arco por su serie fotográfica Presos políticos, que exponía en la edición de 2018 en la galería Helga de Alvear y fue retirada por orden de la dirección de Ifema, el recinto donde se celebra Arco. Por eso el documental arranca con un fotograma en el que se recoge lo que Sierra opina del poder de la obra creativa: “El arte puede ser muy poderoso y depende de cómo lo utilices. Es la herramienta favorita de la política, el Estado y el capitalismo. El arte es lo que usa la Iglesia en sus templos y en sus rituales performáticos para fascinar al creyente. Nosotros somos artistas. Debemos encontrar la manera de enfrentarnos a todo eso”.

Con esa frase, toda una declaración de intenciones, se sucede la proyección de fragmentos de muchas de sus obras, acompañadas de voces de expertos vinculados de diferentes maneras al artista. Hablan, entre otros, la recientemente fallecida Helga de Alvear, su galerista española y productora del documental; Manuel Segade, director del Reina Sofía; Cuauhtémoc Medina, conservador jefe del MUAC, y Rosa Martínez, comisaria española de la edición de 2003 de la Bienal de Venecia, en la que Sierra representó a España con una performance sobre las fronteras y para ello cerró el pabellón a quienes no acreditaran ser españoles. Los indignados visitantes eran parte de la representación. No había excepciones. El documental recuerda que el jurado de la Bienal que concede el León de Oro no pudo acceder y tal vez por ello, se apunta, España y su artista se quedaron sin premio.

Santiago Sierra es un creador poco dado a conceder entrevistas. En este caso ha respondido con audios de WhatsApp a las preguntas que EL PAÍS envió por correo electrónico. No cree el artista que este documental sea ninguna clase de antológica. “Faltaría muchísima obra para poder ser una antológica. No era ese el objetivo. El director ha trabajado el proyecto como ha considerado. Yo solo he sido el objeto de estudio”, señala.

España, un país hostil al arte

Sierra ha realizado su obra en numerosos rincones del mundo. El documental señala cuatro escenarios que destacan sobre los demás: México, España, Italia y Alemania. “En México viví 12 años. Le debo a ese país el conocer una parte del mundo que no sabía que existiera, con una organización social nueva para mí. Me introdujo en temas desconocidos, como la raza. España, el país en el que he nacido y en el que vivo, es muy hostil al arte. Lo institucional es muy importante y eso genera un arte bastante dócil. España tiene muy poco peso en el mundo del arte, es muy periférica. En Italia [donde trabaja para la galería Prometeo de Milán] he trabajado siempre muy a gusto porque se respeta mucho al artista y son muy amantes del arte. En Alemania también he trabajado muchísimo y me interesa mucho su escena cultural, más seria y potente”.

Una de las obras de Santiago Sierra en el documental 'El dedo en la llaga', de Enrique Palacio
Una de las obras de Santiago Sierra en el documental 'El dedo en la llaga', de Enrique Palacio

El documental arranca con su famosa pieza sobre la bandera de España y luego van desfilando obras inspiradas en la marginación, la exclusión o la explotación laboral. Cuando se le pregunta qué es lo que más le preocupa en estos días en los que vuelven a oírse cantos prebélicos, puntualiza el adjetivo: no son prebélicos. “Son bélicos, directamente. Esto no ha parado nunca. Los occidentales han vivido siempre de la guerra, llevándose de otros países lo que no tenían en los suyos. Lo que ocurre es que ahora lo tenemos en el Mediterráneo, en Europa, y nos llega más información que nunca. La guerra es parte de lo que vivimos. De ello hablaba en Los veteranos [obra en la que se ve a 25 militares castigados mirando a la pared por sus 2.205 crímenes de Estado]”.

El crítico de arte alemán Georg Imdhal asegura en pantalla que artistas como George Grosz u Otto Dix no pudieron evitar el Tercer Reich. ¿Qué opina Sierra? “La obra de arte no puede hacer nada contra un misil nuclear. Nosotros hacemos nuestro trabajo. Los perros ladran y nosotros hacemos arte”.

La censura

La feria Arco ha sido un formidable escenario para darle a conocer a nivel internacional. Allí llegó el tour mundial del NO y allí sufrió en 2018 la censura por Presos políticos, que Helga de Alvear tuvo que descolgar con gran disgusto. ¿Les salió el tiro por la culata a los censores? “Fue un espectáculo lamentable, y encima se inventaron lo de los políticos presos en lugar de presos políticos. Mi pieza iba más allá de los nacionalistas catalanes. Me refería también a los ambientalistas, los abertzales o los trabajadores del campo andaluz. Pero la censura es efectiva y busca el silencio a través del miedo”. No sabían los censores que cuando la pieza se retiró ya había sido vendida al coleccionista Tatxo Benet, según cuenta el mismo Benet en el documental.

Santiago Sierra, ante la bandera española teñida con sangre, en una imagen del documental 'El dedo en la llaga', de Enrique Palacio.
Santiago Sierra, ante la bandera española teñida con sangre, en una imagen del documental 'El dedo en la llaga', de Enrique Palacio.

Santiago Sierra aparece poco en el documental, y no se habla en ningún momento de su vida o circunstancias personales. ¿Es un secretismo deliberado en plan Banksy? “No es deliberado, aunque no viene al caso contar cosas privadas porque yo no soy la materia de mi obra. Es el documental del director, no el mío. Se lo agradezco a él y a Helga de Alvear por haberlo financiado”.

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