Jorge Usón: “De joven me escondía las cintas de María Dolores Pradera para que no las vieran mis compañeros”

Supo desde niño que el teatro le iba a provocar deseo eterno. Jorge Usón, psiquiatra de profesión, no entiende su vida sin el teatro o la música y, por eso, dejó la medicina para abrazar definitivamente los escenarios. Actor, director y músico, Jorge Usón tiene una compañía de teatro Nueve De Nueve Teatro y un grupo de música Decarneyhueso. El año pasado ganó el Premio Max de Teatro a mejor autor revelación por el montaje La tuerta, que también dirigió. El último sueño cumplido de este zaragozano de 44 años tiene nombre de mujer. Nada menos que Ana Belén ha grabado para su próximo disco la canción de Bachátame, el tema del que Jorge Usón y Jesús Garrido son coautores de la letra y que ellos grabaron hace dos años. Estos días ensaya Un tranvía llamado deseo, cumbre teatral de Tennessee Williams, dirigida por David Serrano, que tiene previsto su estreno en 2025.

Pregunta. ¿Qué une a un aragonés con la bachata dominicana?

Respuesta. El Océano Atlántico no es tan grande. Yo tengo un pie en Latinoamérica sin tener nada que ver con aquella tierra, fundamentalmente por la música.

P. ¿Cómo descubre esa música?

R. En mi casa se escuchaba mucha música y los fines de semana a gran volumen. Música latinoamericana, folclore, Mercedes Sosa, Ana Belén, Víctor Manuel o Aute. Yo, con 15 años, escuchaba a María Dolores Pradera y recuerdo que me daba algo de vergüenza porque era música como de personas mayores. Me escondía las cintas de María Dolores Pradera para que no las vieran mis compañeros, que escuchaban a Offspring o Nirvana.

P. ¿Cómo llega Bachátame a manos de Ana Belén?

R. Rodé con ella una película en el mes de mayo, Islas, de Marina Seresesky y muy pronto nos reconocimos como amigos. Nos intercambiamos música. Yo le pasé, entre otras muchas canciones, la de Bachátame y le encantó. Finalmente la grabó y me invitó a la grabación haciendo unos coros.

P. ¿Qué aporta a la canción Ana Belén?

R. Modernidad y aire fresco. Ana Belén es un ejemplo de cómo llegar a una edad con toda la dignidad e ilusión posibles y, además, muy pendiente de escuchar a los demás y de lo que ocurre fuera.

P. Actor, director, músico ¿No es demasiado abarcar?

R. Todo está relacionado, todo es la misma matriz que consiste en salir de uno mismo y servir de canal. Hace años pensaba que el que mucho abarca poco aprieta, pero ahora no. Con los años me he serenado y soy consciente de que yo soy así, diverso.

P. ¿Cómo llega el teatro a su vida?

R. Desde la infancia. Lo vivo como una vocación casi espiritual. Encontré una paz y una serenidad extraordinaria cuando interpreté mi primer papel en el colegio con ocho años. Supe que el teatro me iba a provocar deseo hasta mi muerte.

“Para mí fue fundamental el psicoanálisis, que me abrió un camino personal. Entendí que tenía que hacerme cargo de que lo que yo quería era dedicarme al teatro”.

P. Pero a pesar de ello, estudió para psiquiatra. ¿No lo veía muy claro?

R. Se me daba bien estudiar y me decidí por la psiquiatría, algo de lo que me alegro enormemente. La psiquiatría me ha ayudado mucho, pero ha sido al teatro al que he entregado mi vida.

P. Ejerció como psiquiatra seis años en el Hospital Gregorio Marañón. ¿Qué le enseñaron esos años?

R. Aprendí a que la competición, la rivalidad y los individualismos son elementos responsables de los mayores sufrimientos contemporáneos. Entendí que no se puede pasar por la vida sin pensar en los demás.

P. ¿Por qué decide dejarlo?

R. Para mí fue fundamental el psicoanálisis, que me abrió un camino personal. Fui descubriendo cual era la naturaleza de mi deseo y entender que tenía que hacerme cargo de que lo que yo quería era dedicarme al teatro. También contribuyó a que empecé a hacer televisión y a confirmar que me podía mantener económicamente.

P. ¿Es más dura la profesión artística que la que se ejerce como médico psiquiatra?

R. No sé si es más dura, es muy diferente. Como médico psiquiatra hay que ponerse al servicio de los demás de una manera inaudita y en el mundo de la interpretación uno tiene que soportar la incertidumbre de manera extraordinaria. Sí puedo decir que no podía imaginarme que ser actor requiriese tanta fortaleza.

P. ¿Qué busca aportar desde su compañía independiente Nueve De Nueve Teatro?

R. Tener un espacio de libertad donde poder desafiarnos, de poder servir al teatro de una manera lo más comprometida posible y poder ahondar en la vocación. Yo estoy siempre mascullando proyectos, el problema es la producción. No estoy tan dispuesto como antes a arriesgar mi dinero.