Airbnb organiza en el Coliseo un combate para clientes disfrazados de gladiadores a cambio de donar 1,5 millones de dólares
El Ayuntamiento de Roma y las asociaciones de vecinos claman contra una iniciativa “que convierte el patrimonio histórico en un parque temático”
En el apartado de “Experiencias”, modalidad “icónicas”, de la web de la plataforma de pisos turísticos Airbnb ha aparecido una oferta insólita que se puede solicitar a partir del 27 de noviembre: “Entrena por la gloria de Gladiator II”. Aparece tras las propuestas “Aparécete en la casa de Beetlejuice” y “Quédate en la casa Purple Rain de Prince”, pero es más sorprendente si cabe: se trata de participar, disfrazado de gladiador, en un combate en la arena del mismísimo Coliseo de Roma. Hay dos sesiones, el 7 y el 8 de mayo de 2025. Solo podrán hacerlo 16 personas, gratis (aunque se tienen que pagar el viaje), elegidas por sorteo para este magno privilegio, según anuncia la compañía: “Por primera vez en casi 2.000 años, la icónica arena vuelve a su uso original de sede de espectáculos, invitando a guerreros audaces a poner el pie dentro”. El anfitrión es un tal Lucius, nombre de fantasía para darle épica al asunto. En realidad, Airbnb ha pagado 1,5 millones de dólares (1,4 millones de euros) para organizar esto al Parque Arqueológico del Coliseo, que destinará el dinero a renovar las instalaciones.
La idea ha causado estupor e indignación en Roma, cuyos vecinos soportan cada vez menos la invasión de pisos turísticos que están despoblando el centro histórico, un fenómeno que ya es una emergencia en la ciudad. En los últimos diez años el número de habitantes del centro ha caído un 38%, con picos más altos incluso en barrios más turísticos, como Trastevere, con un 45% de descenso de vecinos. Desde 2018, los apartamentos alquilados de este modo han pasado de 17.000 a 30.000.
Para la Asociación de Habitantes del Centro Histórico es un ultraje a un monumento que es patrimonio de la Unesco y más aún porque nace de un acuerdo “con el mayor exponente del turismo basado en alquileres cortos (…), que está contribuyendo a convulsionar la historia y la vida cotidiana de los vecinos”. “Es una vergüenza esta insensibilidad, ya solo tener la idea de un evento así”, acusan. El propio Ayuntamiento de la capital italiana, de centro-izquierda, ha salido en tromba a intentar desactivar la propuesta. También tiene, por su parte, una batalla política sobre el grave problema de la vivienda en Roma, porque en Italia regular o frenar estas estructuras turísticas es competencia del Gobierno central, y reclama la potestad de gestionarlo por su cuenta.
El asesor municipal de cultura, Massimiliano Smeriglio, ha escrito una carta a la compañía para pedirle que renuncie, y ha pedido que se lo piense a la Superintendencia de Bienes Arqueológicos de Roma, el organismo encargado de la gestión del patrimonio clásico de la ciudad, dependiente del ministerio de Cultura del Gobierno de ultraderecha de Giorgia Meloni. Smeriglio viene a decir que bienvenido sea el dinero, pero sin hacer nada a cambio: “Entendemos las exigencias de la Superintendencia de potenciar el trabajo meritorio de conservación y restauración, pero con esta iniciativa se reafirma, una vez más, un principio de mercantilización y consumo de la cultura que va en la dirección opuesta a la que estamos llevando a cabo (…). No podemos transformar uno de los monumentos más importantes del mundo en un parque temático”. Por eso pide a Airbnb que done el dinero, pero renuncie al espectáculo. “Con un gesto de este tipo la plataforma se acreditaría cada vez más como una amiga de Roma”, explica.
Tras las críticas, la directora del Parque Arqueológico del Coliseo, Alfonsina Russo, ha explicado que los combates se harán fuera del horario de visitas del público y la idea es sumar a la oferta del lugar “la evocación histórica de los combates”, que se harán, asegura, con rigor histórico. De hecho, colaboran en organizar las peleas las asociaciones Ars Dimicandi y Gruppo Storico Romano, especializadas en recreaciones históricas.
Airbnb no ha respondido a EL PAÍS sobre si puede renunciar a la idea, como le ha pedido el Ayuntamiento de Roma, pero ha explicado en un comunicado que estas iniciativas se enmarcan en su compromiso de “tutelar y promover el turismo del patrimonio histórico europeo”, y afirma que ya ha donado para ello más de 10 millones de dólares.
Este nuevo intento de asalto armado al Coliseo llega después del que protagonizaron los magnates Elon Musk y Mark Zuckerberg, que el año pasado quisieron organizar una velada de boxeo, retransmitida por X y Meta, sus respectivas redes sociales, para darse de tortas ellos mismos en el histórico anfiteatro. Pero el entonces ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, rechazó la oferta con elevados argumentos: “Hay un límite a las ofertas de dinero. Estos bienes expresan el valor identitario de nuestra historia, nuestra tradición, nuestro pasado y deben tener también una sacralidad respecto a la cual nadie puede ir más allá”.
Ahora hay un nuevo ministro de Cultura, tras la dimisión de Sangiuliano en septiembre tras un escándalo de vodevil por el trato de favor a una colaboradora, y parece haberse abierto una nueva reflexión sobre los límites. Airbnb explica en qué consiste la “experiencia”: “Encontraréis vuestro anfitrión delante del Coliseo tras el crepúsculo y entraréis juntos en la arena”. Sigue diciendo que la comitiva bajará al hipogeo, donde los gladiadores se preparaban para la lucha, y allí los elegidos se disfrazarán con armaduras, espadas, redes y demás. Luego habrá un combate de exhibición, para ver cómo se combate. Después, aperitivo “con comida como uva, granada, almendras y nueces” y luego, a zurrarse por parejas. “No olvidéis ir a ver Gladiator II en noviembre, solo en cines”, concluye la lista de consejos.
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