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Siri Hustvedt, en el homenaje a su esposo, Paul Auster: “Los libros no reemplazan a la persona viva”

A medio año del fallecimiento del escritor estadounidense, la editorial Seix Barral le recuerda en un acto con sus seres queridos y lectores de sus obras.- Su viuda anuncia la publicación de un ensayo que él comenzó y ella terminará

La escritora Siri Hustvedt, viuda de Paul Auster, en el homenaje en el Círculo de Bellas Artes, este lunes.
La escritora Siri Hustvedt, viuda de Paul Auster, en el homenaje en el Círculo de Bellas Artes, este lunes.CÍRCULO DE BELLAS ARTES

Siri Hustvedt compartió más de 30 años de su vida con Paul Auster. Fue ella quien anunció, en marzo del año pasado, que su esposo tenía cáncer de pulmón y quien, a lo largo de un año, se convirtió en narradora de la lucha contra la enfermedad que no tan lentamente lo acababa. Y fue ella quien, este lunes, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, protagonizó el homenaje póstumo que la editorial de ambos en España, Seix Barral, le organizó al prolífico novelista y guionista de cine. “Cuando supimos que moriría, sabíamos que yo me convertiría en representante de su obra y que la defendería”, dijo Hustvedt al inicio de una intervención en la que recordó la vida de su esposo, sus últimos días y su último trabajo, Baumgartner, escrita en los meses en que estaba enfermo. “Paul, con ese final donde no se sabe si el héroe ha muerto o no, escribió mi pena por adelantado”.

El acto en memoria del autor de La trilogía de Nueva York se celebró en un lugar que el escritor ya conocía: la sala de columnas del Círculo de Bellas Artes. Ahí se reunió el 16 de junio de 2003 —aniversario, por cierto, de su boda con Hustvedt— con un grupo de lectores para charlar e inaugurar un ciclo de conferencias. En España, además de ser uno de los autores más queridos —prueba de ello es la larga fila que un par de horas antes del evento, rodeaba el edificio—, tenía también buenos amigos. Algunos de ellos estuvieron en el homenaje.

Como el escritor Enrique Vila-Matas y los cineastas David Trueba y Pedro Almodóvar, este último presente a través de una carta que se leyó al público, en la que contó algunas de sus experiencias mutuas. “Desde Londres les envío todo mi amor”, había escrito. También en España fue galardonado con el entonces Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006 y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) lo nombró doctor honoris causa en junio de 2022. También intervinieron en el acto, la rectora de la UAM, Amaya Mendikoetxea; la directora editorial de Seix Barral, Elena Ramírez; la periodista Inés Martín y el presidente del Círculo de Bellas Artes, Juan Miguel Hernández León, compartiendo sus recuerdos personales con el novelista.

La hija de Paul Auster y Siri Hustvedt,  Sophie, canta en el homenaje a su padre, en una imagen facilitada por el Círculo de Bellas Artes.
La hija de Paul Auster y Siri Hustvedt, Sophie, canta en el homenaje a su padre, en una imagen facilitada por el Círculo de Bellas Artes.

La última invitada en participar en el homenaje fue su hija, Sophie Auster, cantante y compositora, que rindió homenaje a su padre con una canción que le había escrito: “Pienso en ti y en mamá, bailando con una canción de Tom Waits. Aunque las lágrimas siempre están cerca, tú y yo lo tenemos claro”, cantó en compañía del suave sonido del piano, mientras se proyectaban imágenes del escritor y su familia.

Otro homenaje de Siri Hustvedt a Auster llegará con un libro que ya escribe y que, según confiesa, comenzó en cuanto enterraron al escritor. “Él empezó a escribir un libro en sus últimos días. Nunca lo terminó, pero yo lo incluyo en el que estoy preparando”, dijo. Será un ensayo sobre la muerte, el duelo y la permanencia. Ya lleva más de 100 páginas y lo llamará Historias de fantasmas. “Los libros también son una herramienta de los fantasmas. Los muertos les hablan a los vivos. Aunque los libros no reemplazan a la persona viva”. Esa será su forma de seguir hablando con su esposo, con quien, reconoce, tan bien lo pasó: “Siempre me preguntaban que cómo era ser la esposa de Paul Auster. Hasta hoy no he contestado a la pregunta. Pero en los últimos minutos de su vida lo entendí. Él no podía hablar, pero me escuchaba y yo le dije ‘Oh, Dios, cómo nos divertimos, ¿no?’, ¿Que cómo fue ser la esposa de Paul Auster? Fue muy divertido”.

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