Muere a los 67 años el diestro sevillano Pepe Luis Vázquez Silva
Retirado de los ruedos desde 2017, su carrera fue larga, esporádica e irregular, basada siempre en la naturalidad artística
Pepe Luis Vázquez Silva, hijo del mítico maestro Pepe Luis Vázquez, ha fallecido en Sevilla a los 67 años en la finca familiar del término municipal de Carmona, donde ha sido hallado muerto por causas que aún se desconocen.
Pepe Luis, nacido en Sevilla el 9 de junio de 1957, fue la gran esperanza del toreo artístico sevillano y alcanzó una deslumbrante fama como novillero, muy por encima de la que alcanzaría después como matador de toros. Dotado genéticamente de unas excepcionales cualidades taurinas, paradigma de la naturalidad vestido de luces, debutó en La Maestranza el 15 de agosto de 1979 en una novillada con escasa fortuna, lo que no le impidió participar en numerosas corridas mixtas que contribuyeron a revalorizar su prestigio. Tomó la alternativa en el marco de la plaza sevillana el 19 de abril de 1981, en lo que fue todo un acontecimiento en el toreo de la época, con su tío Manolo Vázquez como padrino y Curro Romero como testigo.
A partir de entonces, ya nada fue igual. Pepe Luis, un torero fidelísimo al concepto de la pureza, incapaz de traicionarse a sí mismo, solo brilló en tardes muy especiales y espaciadas. Así, el 22 de mayo de 1985, en la plaza de Las Ventas, dictó una lección de torería ante un toro de Torrealta. En aquel entonces, Joaquín Vidal escribía en su crónica que “el toreo puro es como lo hizo ayer Pepe Luis Vázquez, en una faena importante a un toro importante. No fue una faena merecedora de oreja, pero sí reveladora y testimonial, en cuyos apuntes de alta escuela hizo reverdecer los cánones, la hondura y el sabor del toreo auténtico”.
Y un año antes, el 29 de julio de 1984, en Las Colombinas de Huelva, había cortado tres orejas a dos toros de Jandilla, en otra demostración inolvidable del toreo imperecedero.
Pero a Pepe Luis le faltó ambición de triunfo, quizá, como él mismo reconociera alguna vez, porque no lo necesitaba, y fue duramente castigado por los toros, lo que repercutió sobremanera en su ánimo, de modo que su carrera quedó encasillada en temporadas de pocos festejos, siempre bien colocado y con toros de garantías y escasos triunfos resonantes. Así, poco a poco, su nombre fue desapareciendo de los carteles, y el 8 de septiembre de 2012 anunció su despedida formal en la plaza sevillana de Utrera, junto a Morante de la Puebla y el rejoneador José Luis Cañaveral.
Reapareció en 2017 en Illescas el 11 de marzo, y con tal motivo declaraba a este periódico que “no dejaré de ser torero por muy viejecito que me pueda poner, porque pienso y sueño todos los días con el toreo; sueño mucho con el toro y con mi padre; a veces, son más trágicos que gloriosos, y no sé por qué”. Se anunció después y triunfó en Granada el 15 de junio del mismo año, y ahí quedó aparcada su carrera hasta el 12 de octubre de 2018, cuando participó en un festival en La Maestranza.
Retirado definitivamente de los ruedos, dedicado a enseñar lo que sabía como profesor en la Escuela Taurina de Sevilla, a finales de julio de 2019 sufrió un ictus en la misma finca donde ha fallecido que le dejó paralizada la parte derecha de su cuerpo. Desde entonces, ha estado sometido a un proceso constante de rehabilitación, apartado del mundo de los toros, y con reapariciones muy puntuales en algunos actos taurinos en Sevilla.
Ha muerto un torero perteneciente a una saga taurina por excelencia que inició su bisabuelo, Francisco Vázquez, continuó José Vázquez, su abuelo, y padre de cinco hermanos toreros, entre ellos Pepe Luis Vázquez, el maestro fallecido en 2013, y al que siempre se mantuvo muy unido su hijo Pepe Luis.
Babelia
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