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La directora de fotografía Hélène Louvart: “Soy de una generación que hacíamos cosas, sin reflexionar mucho sobre si se podía o no”

La cineasta ha sido pionera en su trabajo detrás de las cámaras, y actualmente es el gran referente en el cine de autor mundial, por sus colaboraciones con Maggie Gyllenhaal, Alice Rohrwacher, Wim Wenders o Agnès Varda

La directora francesa de fotografía Hélène Louvart, el viernes 14 en Madrid.
La directora francesa de fotografía Hélène Louvart, el viernes 14 en Madrid.Pablo Monge
Gregorio Belinchón

Que la directora de fotografía Hélène Louvart sea una gran desconocida para el gran público no le importa en absoluto a la cineasta francesa, que en septiembre cumplirá 60 años, y casi cuarenta de ellos en activo en su labor. “Bueno, la gente tiende a otro tipo de trabajos cuando se alaba la fotografía en el cine”, responde con una sonrisa cómplice cuando se le pregunta por los elogios que se escuchan a la luz almíbar en la que ha bañado Vittorio Storaro sus últimos filmes. Esa no es su batalla.

Louvart se pone al servicio de los cineastas “siempre desde la colaboración y el respeto”, y en sus más de 130 trabajos como directora de fotografía aparecen obras tan poderosas como Las playas de Agnès, de Agnès Varda; Pau y su hermano, de Marc Recha; Pina, de Wim Wenders; Lazzaro feliz y La quimera, de Alice Rohrwacher; Petra y Girasoles silvestres, de Jaime Rosales; Maya, de Mia Hansen-Løve; Nunca, casi nunca, a veces, siempre, de Eliza Hittman; La hija oscura, de Maggie Gyllenhaal; Puan, de María Alché y Benjamín Naishtat; La vida invisible de Eurídice Gusmão, de Karim Aïnouz... Ha colaborado con Claire Denis, Christophe Honoré, Jacques Doillon, Léos Carax y ahora con Scarlett Johansson, que ha debutado como directora de largometrajes en Eleanor the Great. No es que sea pionera como mujer en su labor, es que Loiuvart es la referente del cine de autor, sea este francés, español, brasileño, estadounidense... Presente en Madrid en un seminario de la primera edición de ECAMFORUM, de la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid, la ganadora del Oso de plata a la destacada contribución artística en 2023 por Disco Boy saca su ojo a pasear cuando se cambia una camisa para que el color de la ropa no se funda con el de la pared donde posa.

Pregunta. La vi trabajar en el rodaje de Petra, de Jaime Rosales, y usted me pareció que era muy precisa. No sé si porque aquella película enlazaba planos secuencia o porque es así habitualmente.

Respuesta. Al tratarse de esos planos secuencia, la perspectiva que se tomaba estaba muy vinculada a los actores y a la acción. Era como una tercera entidad. De ahí la precisión. Cada plano secuencia era una biografía. Yo soy dúctil, porque el placer de mi trabajo reside justamente en adaptarme o comprender lo que quieren los directores. Y luego plegarme ante lo que quieren. Lucho porque las películas sean lo más sinceras posibles.

P. Por eso repite mucho con quien sí se entiende.

R. Si creas un vínculo, entiendes que hay una continuidad en la búsqueda, porque siempre estamos buscando algo.

P. ¿Alguna línea roja?

R. Si te vale, que traicionemos el guion. Por ejemplo, si la historia requiere una luz fea o sacar mal fotografiados a los personajes, se hace. Depende del guion, de lo hablado en esa búsqueda con el director o directora.

P. ¿Cómo fue trabajar con Agnès Varda? Lo digo porque Varda había sido fotógrafa antes que cineasta, y no sé cómo se maneja esa situación.

R. Fue apasionante porque estaba superpendiente de los encuadres y siempre me empujaba a hacer las cosas mejor. Era muy exigente y al mismo tiempo mis propuestas le gustaban. De nuestra comprensión mutua nació un verdadero entendimiento. Agnès era muy precisa, pero sabía que si yo le proponía algo, ahí había algo interesante.

Hélène Louvart, en Madrid.
Hélène Louvart, en Madrid.Pablo Monge

P. Las playas de Agnès es buen ejemplo de un filme aparentemente sencillo que esconde una gran complejidad.

R. Efectivamente, porque parecía haber sido filmada en su patio, y en realidad estaba rodada en un estudio con la luz artificial, los decorados... Pero fui muy sincera y rodé un plano del estudio porque entendí que no se podía engañar a la gente.

P. ¿Y le importa la opinión de los espectadores?

R. A mí me gusta lo que hago. Me gustan las películas en las que trabajo y me importa ser sincera conmigo misma. Todo lo demás, lo que signifique comparación, es un sistema en el que no entro para nada. A ver, voy a ser más precisa. No siempre me ha gustado el resultado de lo que hago. Soy muy crítica conmigo misma, pero lo que no intento es impresionar.

P. Usted acabó de estudiar en la escuela Louis-Lumière en París [Louvart nació en Pontarlier, al este de Francia] y pasó directamente a trabajar como directora de fotografía. ¿Cómo fue tan fácil?

R. De manera orgánica. En la escuela, donde estudié Imagen, hacía cortometrajes. Seguí colaborando con mis compañeros de promoción, pasé a los documentales, y nunca paré. La gente te llama por lo que has hecho, básicamente, y yo he encadenado proyectos.

P. ¿Tuvo algún referente? Las directoras de fotografía eran contadas en Europa antes de usted.

R. Efectivamente, no tuve ningún referente femenino cuando empecé. Mis referencias eran las películas, y no me fijaba en una persona en concreto. Pertenezco a una generación que hacíamos cosas, sin pararnos a reflexionar mucho sobre si se podían hacer o no.

P. En alguna ocasión, ¿ha priorizado trabajar con una directora en vez de con un director, o ha buscado apoyar a realizadoras?

R. No entro para nada en este enfoque masculino-femenino. A mí lo que me parece que está genial es la mismidad, cómo es cada persona con independencia de su género. Y que haya hombres y mujeres en todos los equipos, eso es lo que hace el trabajo interesante. ¿Sabes a lo que le doy muchísima importancia? A la actitud, al comportamiento. Cada vez acepto menos a hombres o mujeres que tengan un comportamiento que me desagrada.

P. ¿Se refiere a esa concepción del cineasta en los rodajes como si fuera un general tomando una playa de Normandía?

R. Exacto, me quedo con esa comparación. Somos un ejemplo para los que vienen detrás; debemos comportamos de forma humana lo más cualitativa posible. Cuando hay un equipo grande, hay que tomar decisiones y hay que dirigirlo. Pero se puede dirigir con diálogo, concentrándose en lo que se está haciendo, en lo que queremos hacer y sobre todo, en que no haya ningún abuso de poder.

P. Su filmografía en la última década encadenada acierto tras acierto. ¿Cómo lo hace?

R. Elijo basándome en tres factores. Primero analizo si hay algo detrás de un guion, no es solo otra historia más. Luego, si la persona que va a dirigir la película es sincera con respecto a ese guion y a esa temática. Y en tercer lugar, comprender si ese cineasta está dispuesto a ir un poco más allá. Porque ir un poco más allá requiere búsqueda, requiere investigación y requiere trabajo. ¿El director viene a por pasarlo bien o de verdad es un currante?

P. ¿Le preocupa el futuro de su profesión, cuando las películas de plataformas digitales son todas iguales en su fotografía, plana y saturada de color?

R. Creo que el cine tiene una existencia paralela a las plataformas. Está fuera de las plataformas digitales, y seguirá existiendo porque precisamente las plataformas necesitan ese tipo de películas como escaparate. Y a la vez ambos estilos se mantendrán en paralelo porque se necesitan mutuamente. Personalmente he elegido el cine... por todos los motivos que usted se puede imaginar.

P. Ahora le toca rodar en España otra vez.

R. En breve empiezo el rodaje en Vigo de Romería, de Carla Simón. Conozco muy bien a Carla, porque de hecho preparamos juntos Alcarràs. Luego el rodaje se tuvo que posponer por la COVID y ya no pude hacerlo con ella. Es una directora que trabaja y que es sincera con respecto a su tema. Y esta propuesta es de una enorme calidad.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.
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