Cinco películas realizadas con la ayuda de la IA desatan polémicas en Annecy, el mayor festival de cine animado del mundo
El director artístico del certamen defiende que solo se han aceptado propuestas donde la tecnología apoya “una visión” y admite que hay que debatir sus límites, pero la decisión ha sido tachada de “vergonzosa” por sus críticos
A menudo, junto con las películas, los festivales de cine también presentan alguna polémica. Y el de Annecy, que celebra esta semana lo más reseñable del cine animado internacional, no iba a ser menos. Fundado en 1960 por un pequeño grupo de artistas del mundo animado, ha pasado en poco más de seis décadas de ser un nicho de esa técnica vista por muchos como “para niños” a convertirse en la mayor muestra cinematográfica animada y el segundo certamen de cine más importante de Francia, solo por detrás de Cannes. Hasta el 15 de junio se espera en Annecy a unos 17.000 asistentes procedentes de 104 países que transformarán esta pequeña localidad francesa salida de un cuento de hadas al pie de los Alpes en la capital mundial de los filmes diseñados. Un lugar donde todo vale, en el que conviven dibujantes y técnicos y donde el arte y la industria se dan la mano. Con permiso de la invitada más comentada de este año: la inteligencia artificial.
El festival arrancó el domingo con la proyección de la última obra del oscarizado Michel Hazanavicius en su primera aventura animada, The Most Precious of Cargoes, y un homenaje al cineasta maldito Terry Gilliam, que según dijo llegó a Annecy en busca de inspiración entre los animadores. Portugal es el país invitado y el largometraje español Rock Bottom, de María Trenor, compite en la sección oficial. Otros dos títulos españoles, El sueño de la sultana, de Isabel Herguera, y Mariposas negras, de David Baute, hacen lo propio en la sección paralela Contrechamp.
Hay bastante más en este festival siempre cambiante que busca dar cabida tanto a las nuevas tendencias artísticas como a las técnicas, a los filmes independientes y a los de estudio. Pero la mirada en esta edición está puesta en un puñado de obras, cuatro cortometrajes y un largometraje, aceptados en programación a pesar de, o quizás por, contar con contenido generado por herramientas de inteligencia artificial.
Desde su anuncio, la polémica quedó servida y comentarios como “vergonzoso” o “ladrones” respondieron en redes de forma airada a la decisión o a sus autores. “Es muy triste leer tantos mensajes llenos de odio de gente que, por lo que parece, no se ha tomado el tiempo de investigar las técnicas que han sido utilizadas”, se defendió en su página de Instagram Verena Repar, realizadora de Echoes of Grief, una de las obras seleccionadas en la categoría de estudiantes y donde, según admite la autora, apenas 50 segundos de los 19 minutos de metraje de su trabajo fueron generados utilizando IA generativa.
Who Said Death Is Beautiful?, filme de zombis del director Ryo Nakajima, y tres cortos de la sección Off-Limits (Data Flesh, del chileno Felipe Elgueta; Glass House, de Boris Labbe, y The Great Tree Piece, de Claudia Larcher se han llevado los mismos envites en un momento en el que existe una gran preocupación ante el impacto de la IA no solo en los derechos de los autores sino en el futuro laboral de los artistas. Según un estudio publicado este año por el Sindicato de Animadores en Estados Unidos, en 2026 un 21,4% de los trabajos en animación, ya sea en cine o televisión (unos 118.500 puestos de trabajo, aproximadamente), se verán afectados por herramientas de IA generativa hasta el punto de que podrían ser reemplazados o eliminados. “Ya se sabe lo que está pasando en los grandes estudios con los despidos y la reducción de plantillas en la producción”, recuerda a este periódico el productor español Xosé Zapata, Goya al mejor cortometraje con The Monkey y detrás del filme Dragonkeeper. “Pero, desde mi punto de vista, el futuro nunca será la IA, sino nuestra gente. ¿Qué esperanza les damos si decimos que el futuro es una máquina?”, recalca el productor, presente en Annecy para hablar de su próximo proyecto junto a Salvador Simó, Palabras de caramelo.
En declaraciones difundidas por el festival, su director artístico, Marcel Jean, recordó que no existen reglas que descalifiquen los trabajos por utilizar imágenes generadas por IA, añadiendo que, entre las más de 3.400 propuestas recibidas en esta edición, fueron muchas más las que utilizaron estas herramientas, pero en su mayoría no había “una visión” que las hiciera merecedoras de ser seleccionadas. “Sin embargo, una minoría se embarcó en un camino fértil. Trabajos que provocan preguntas que debemos compartir con el público, con la industria, con los jurados… De ahí la selección de lo que nos ha parecido más relevante, capaz de estimular o provocar el debate”, indicó en referencia a las obras vilipendiadas.
Los cineastas Carlos Fernández de Vigo y Lorena Ares, del grupo Dr. Platypus & Ms. Wombat y al frente del Professor Octopus AI Lab, no pueden estar más de acuerdo. “No tengo la menor duda que hay un antes y un después de la inteligencia artificial. Por eso el debate es necesario pero basado en el conocimiento. Una discusión positiva que debe celebrarse en el espacio artístico. Annecy está asumiendo su responsabilidad como líder, como gran representante de lo que es la industria de la animación y su papel a nivel internacional. Porque se requiere una reflexión más profunda”, incide Fernández de Vigo a este periódico.
Ambos pasarán por Annecy con diferentes proyectos y presentaciones, entre ellos el panel que, bajo el título Emotional Films, mostrará 14 modelos donde, gracias a la IA, películas y vídeojuegos reaccionarán en tiempo real a las emociones del usuario. “Es un salto tecnológico tan abrumador que la industria está tardando en tener un debate basado en el conocimiento, o en querer entender qué hace, qué no hace y dónde queda la voluntad del artista”, añade Fernández de Vigo, mientras Ares subraya la necesidad de una mayor transparencia en el entrenamiento y las herramientas cuando se habla de AI. Algunas de estas herramientas, como Midjourney o Dall-E, están bajo escrutinio por generar contenidos sin supuestamente respetar los derechos de autor en sus bancos de datos. Ese es el caso de Stable Diffusion, utilizada por el largometraje Who Said Death Is Beautiful? y en el centro de varias denuncias por violación del copyright.
Como corrobora José Luis Farias, director del Next Lab Animation, las reglas del juego están claras y son la no vulneración de la propiedad intelectual. “El problema de la IA es que se está dando una información muy somera y para entenderlo bien y tener una voz crítica hay que tener un conocimiento técnico bastante profundo. Además, solo se está hablando de la IA generativa, cuando hay muchos tipos de herramientas donde no se vulnera ningún derecho de autor y son muy útiles en la producción y elaboración de animación, videojuegos y otras artes audiovisuales”, agrega el también creador del Weird Market, que este año ha puesto en marcha en colaboración con el mercado de este festival el espacio XR&Games, una nueva sección con la que Annecy busca la modernización adentrándose en otros campos de la animación.
Como recordó Marcel Jean, en 1982 el realizador Zbigniew Rybczyński levantó ampollas en Annecy cuando su cortometraje Tango ganó el gran premio. Realizado con fotografías animadas con técnicas de stop-motion, no era considerado animación. La obra no solo ganó el Oscar meses más tarde, sino que en la actualidad es considerado como una de las joyas del cine animado. “No he dedicado dos años de duro trabajo manual solo para escuchar comentarios llenos de odio de tantas voces sin conocimiento”, resumió dolida la autora de Echoes of Grief en su cuenta de Instagram animando, a quienes estén interesados, a conocer su obra antes de hablar.
Babelia
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