El festival de Cannes comienza con la acusación de nueve mujeres contra el productor Alain Sarde
La revista ‘Elle’ recoge testimonios de actrices y aspirantes contra Sarde. Un centenar de figuras como Juliette Binoche o Leïla Slimani reclaman en un escrito una ley contra los abusos
Nueve mujeres, la mayoría de manera anónima, acusan al productor Alain Sarde, uno de los más reputados del cine francés, de violarlas o agredirlas sexualmente cuando eran menores de edad o jóvenes actrices, en un reportaje publicado en la revista Elle. Los hechos relatados se remontan en su mayoría a las décadas de los ochenta y noventa, y, según la publicación, no fueron denunciados en su momento. La publicación del artículo coincide con la inauguración del festival de Cannes, el más importante de la industria europea, confirmando los rumores que en los últimos días han vaticinado una ofensiva contra los abusos coincidiendo con el arranque de la cita. Aprovechando también la fecha, un centenar de personalidades de la cultura francesa reclaman en un artículo de opinión en el diario Le Monde una ley integral contra la violencia sexual en Francia. Entre los firmantes se encuentran las actrices Isabelle Adjani, Emmanuelle Béart o Juliette Binoche y las escritoras Leïla Slimani, Christine Angot o Vanessa Springora.
Una actriz “de series de televisión” de los años noventa y de la primera década del siglo XXI confiesa bajo el nombre ficticio de Elsa cómo Sarde, ahora de 72 años, la violó cuando tenía 15 años, en 1985, con el pretexto de una reunión profesional para un papel en su apartamento privado en París. El productor le mostró su casa hasta llegar al dormitorio, abierto a la sala de estar. “Inmediatamente quise irme... Pero, de repente, me empujó sobre la cama y saltó sobre mí. Recuerdo muy bien sus labios, su boca repugnante. Era feo, a pesar de sus manos bien cuidadas. ¡Fue bestial! Todavía siento la presión de su cuerpo sobre el mío. Me sujetó y me violó”, afirma Elsa.
Emmanuelle, otro nombre falso, narra un caso similar, y añade: “Cuando le conté la historia a mi agente, me dijo que no le diera importancia, que el mundo del cine era así. Si te empeñas en hablar de todo eso no harás carrera, vamos”.
Otras mujeres denuncian violaciones, intentos de violación e incluso intentos de proxenetismo. De eso le acusa también la actriz Annelise Hesme. En 1997, a sus 20 años, justo al inicio de su carrera, conoció a Alain Sarde en las oficinas de su productora. El productor, que entonces tenía 45 años, no le ofreció un papel, sino “un trabajo como escort [acompañante]”. “Organizo cenas con actores, directores, distribuidores [...]. Y les gusta tener mujeres bonitas con ingenio en su mesa, como tú. Por supuesto, es de pago, y si en el lote hay uno que te gusta, eres libre de ganar más dinero por la noche...”, cuenta que le susurró el productor. Hesme ha aparecido en filmes como Alejandro Magno, Un engaño de lujo o Vacaciones sin mamá.
Las intérpretes o aspirantes a actrices, algunas de las cuales aseguran que sufrieron parones abruptos en sus carreras o que no recibieron apoyo de sus agentes cuando les confiaron los hechos —como en el caso de Emmanuelle—, describen un modus operandi muy similar: invitaciones a la casa del productor, intentos de seducción, regalos y agresiones. Las felaciones forzadas, las agresiones sexuales y las violaciones se encadenan en los testimonios.
En la revista Elle, la abogada del productor, Jacqueline Laffont, niega estas “falsas acusaciones”, que le atribuyen “comportamientos que desaprueba y que le son totalmente ajenos. [Alain Sarde] las refuta con la mayor firmeza y afirma que nunca ha utilizado la más mínima violencia o coerción en sus relaciones con mujeres cuyo consentimiento siempre ha sido esencial para él”. Contactada por la agencia AFP este martes tras la publicación del reportaje, Laffont no ha respondido.
Sarde ya había sido acusado de “violación” en julio de 1997 en un caso de proxenetismo de lujo que involucraba a personalidades políticas, artísticas y deportivas en Francia y en el extranjero. El productor fue señalado por dos mujeres que le acusaron de violarlas durante reuniones organizadas por el fotógrafo Jean-Pierre Bourgeois, quien finalmente fue condenado en 1999 por proxenetismo agravado. El caso de Sarde fue desestimado.
Alain Sarde, tras más de doscientas películas en una carrera que inició en 1979, dejó de hacer cine en 2014. Ha producido filmes de Jean-Kuc Godard (Yo te saludo, María, Adiós al lenguaje, Film socialisme), Roman Polanski (El quimérico inquilino, El escritor, El pianista, La venus de las pieles, Luna de hiel), André Techiné, Bertrand Tavernier, Jacques Doillon, Nicole Garcia, François Ozon, Daniel Auteuil o David Lynch, al que produjo Mulholland Drive.
Algunos de los primeros en reaccionar a la publicación del reportaje, porque comparecían por la mañana ante la prensa en la inauguración del festival de Cannes, fueron los miembros del jurado del certamen. Greta Gerwig, su presidenta, explicó: “Creo en los integrantes de la comunidad fílmica que a través de sus películas cuentan historias, y para mí, tratar de cambiar las cosas para mejor es solo bueno”. Y añadió: “He visto un cambio sustancial en la comunidad cinematográfica estadounidense, y es importante que sigamos expandiendo esa conversación”. A su lado, el español Juan Antonio Bayona reflexionó sobre las noticias matinales en Francia ante la violencia sexual en el audiovisual y lo que significaban: “No afecta al cine solo, sino a la sociedad en que vivimos. Y el cine refleja esa sociedad. Aquí venimos a hablar de cine, pero es cierto que lo que ocurre en el mundo impregna a los filmes”. Y el actor francés Omar Sy apoyó “la valentía de estas mujeres que empiezan a hablar”. El protagonista de Intocable y la serie Lupin cerró el encuentro matinal reconociendo que el MeToo había arrancado tarde en su país. “Pero está muy bien que la conversación surja, ahora avanzamos, y creo firmemente en que conseguiremos cambios”.
Ley integral contra la violencia sexual
En el artículo publicado en Le Monde, un centenar de personalidades se unen a la petición de una ley contra la violencia sexual una petición iniciada por la Fundación de la Mujer, #Metoomédia y actriz Anna Mouglalis. “Somos 100, pero en realidad somos cientos de miles”, reza el texto del artículo, acompañado de “Nuestros discursos han revelado en el #MeToo una realidad sumida en la negación: la violencia machista y sexual es sistémica, no excepcional. Sin embargo [...], ¿quién nos escucha realmente?”, explican. Entre los firmantes se encuentran las actrices Isabelle Adjani, Charlotte Arnould, Emmanuelle Béart, Juliette Binoche, Judith Godrèche o Isild Le Besco (ambas, denunciantes de agresiones), las escritoras Leïla Slimani, Christine Angot y Vanessa Springora y el actor Philippe Torreton. “Durante siete años, hemos estado hablando por nosotros mismos y por todas las mujeres, hombres y niños que no pueden hacerlo”, escriben. “No somos números: mujeres y hombres de todos los ámbitos profesionales, nos unimos para exigir una ley integral contra la violencia sexual y de género, ambiciosa y dotada de recursos. Porque a pesar de la valentía de las víctimas, la impunidad está creciendo”.
La petición de la ley también procede de que la desestimación de las denuncias por violencia sexual “alcanzara la delirante tasa del 94% en 2022″ y los firmantes advierten de que ya no aceptan “los efectos de los anuncios sin seguimiento”. En Cannes, algunas de las cineastas que suscriben el manifiesto estarán presentes en la inauguración o en los siguientes días del certamen. Judith Godrèche estrenará el miércoles, en la inauguración de la sección Una cierta mirada, un cortometraje de 17 minutos titulado Moi Aussi, rodado en un día y construido sobre los más de 6.000 testimonios recibidos de otras víctimas desde el momento en que la cineasta hizo públicas las agresiones sufridas en su juventud. La actriz y cineasta ya ha logrado que la Asamblea francesa cree una comisión de investigación de las agresiones en el audiovisual, tras denunciar a dos directores, Jacques Doillon y Benoît Jacquot, por presunta violación.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.