Bad Bunny publica un apabullante disco confesional con 22 canciones y sin reguetón
El artista puertorriqueño vuelve a sus inicios ‘traperos’ y experimentales en un trabajo alejado de lo comercial llamado ‘Nadie sabe lo que va a pasar mañana’
Con el estilo de Rene, la descarnada confesión en forma de canción que publicó Residente justo antes de la pandemia. En ese tono comienza el nuevo disco de Bad Bunny, la estrella del pop que ha conseguido que el español supere al inglés en número de escuchas mundiales. La canción se llama Nadie sabe y durante 6 minutos y 19 segundos el artista puertorriqueño expresa la otra cara de la fama: “Sentirsе solo con cien mil personas al frentе. / Que de ti hable toda la gente sin saber un bicho, sin conocerte. / Y hasta te deseen la muerte”. Es un tema con piano, violines y arreglos orquestales donde, más que rapear, Bad Bunny habla al oído de quien le quiera escuchar. “Hace tiempo no veo a mi terapista. / Quizá por eso es que tengo la mente bizca. / Este disco no es para ser tocado en un millón de vistas. / Es para que mis fans reales estén contentos, aunque yo por dentro no me sienta al cien por ciento. / Es para que me cancelen y me odien”.
Es la canción que abre Nadie sabe lo que va a pasar mañana, el larguísimo nuevo disco de Bad Bunny, en todas las plataformas desde las 6.00 de este viernes. Son 22 canciones, una hora y 21 minutos de música producida, entre otros, por Tainy, MAG y La Paciencia, y con colaboraciones de Arcángel, Bryant Myers, De La Ghetto o Eladio Carrión.
El quinto trabajo de Benito Antonio Martínez Ocasio (Vega Baja, Puerto Rico, 29 años) supone un golpe en la mesa, un álbum alejado del reguetón y de los parámetros comerciales. En cierto modo se trata de un regreso a sus orígenes, al trap, al hip hop; también a la experimentación, con entramados sónicos electrónicos y con decenas de mensajes aquí y allí, para rivales, exparejas, y con mucha reivindicación de lo que él entiende por auténtico: una estrella disfrutando de su riqueza desde sus orígenes humildes. También, cómo no, incorpora esos textos sexuales tan característicos de su discografía (pero esta vez sin perrear) y hasta un guiño a Shakira en el tema Los Pits, donde dice: “Ahora los hombres lloran, sí, pero sin parar de facturar”.
Ya había avisado el cantante de que sería su disco más personal: “Ahora más que nunca me siento más seguro hablando sobre lo que pienso, lo que siento y cómo lo vivo a través de mi música”. En ese sentido, se puede entender que en la carpeta del disco firme como “Bad Bunny / Benito”. El protagonismo recae sobre Benito, el hombre nacido hace 29 años en Veja Baja, un pequeño municipio al norte de Puerto Rico, el mayor de tres hermanos, de una madre maestra y un padre camionero.
Entre tanta música hay momentos estelares, como Baticano (escrito con B), donde se dedica durante 4 minutos y 16 segundos a denunciar la hipocresía en el nombre de Dios y en relación con el sexo: “Ningún hombre en la tierra tiene derecho a juzgar en el nombre de Cristo... Me beso con Villano, me beso con Tokischa [las cantantes Villano Antillano y Tokischa] y al que no le guste es porque no chicha... Dios mío, perdona, porque otra vez pequé... pero yo no inventé el sexo ni la marihuana”. Se escucha poco reguetón en el álbum, apenas dos canciones: Perro negro y Un preview.
Todo el proceso de lanzamiento del álbum constata que a Bad Bunny no le van los modos de la vieja industria. El puertorriqueño pasa de anunciar sus lanzamientos con meses de antelación y no dedica los días previos a agotadoras sesiones de entrevistas contestando a las mismas preguntas. Son dos acciones que sigue practicando la mayoría de los artistas. Pero Bad Bunny no. La estrella latina informa de la edición de sus nuevos discos con unos pocos días de antelación (cuatro, en este caso) y utiliza una red de comunicación cerrada: últimamente lo hace por WhatsApp con todos los seguidores que se quieran apuntan a su cuenta. Y parece que le va bien, porque tiene a la industria comiendo de su mano: en 2022 sumó más reproducciones en plataformas digitales que Taylor Swift o Beyoncé, protagonizó la gira más taquillera de la historia de un artista latino y su disco Un verano sin ti coronó a la música urbana como el género más escuchado a nivel mundial. ¿Faltaba algo? Quizá no, pero se produjo: su relación con una Kardashian, la modelo Kendall Jenner.
Bunny también suele cambiar de opinión con cierta asiduidad. Eso, o que juega al despiste. En 2022 dijo que 2023 sería un año de descanso, pero ni rastro de aquello. En abril se convirtió en el primer cantante latino en ser cabeza de cartel del mediático festival californiano de Coachella (y ofreciendo dos horas de concierto de apoteosis de lo latino) y ahora publica nuevo disco, el quinto de su carrera.
No es ninguna novedad la cantidad de temas (22) de Nadie sabe lo que va a pasar mañana ya que el puertorriqueño se muestra siempre generoso en sus trabajos: X 100pre (2018), su debut, contiene 15 canciones (54 minutos); YHLQMDLG (2020), 20 temas (65 minutos); El último tour del mundo (2020), 16 piezas (47 minutos), y Un verano sin ti (2022), se marcha a los 23 temas (81 minutos).
Todas las letras de las canciones del nuevo álbum vuelven a ser en español, esquivando el idioma capital en el pop, el inglés, ahora amenazado por el huracán latino. “Siento en español, pienso en español, como en español, canto en español”, ha dicho Bunny, que desde sus inicios ha reivindicado el factor identitario de lo latino. No se considera un agitador social, pero sus acciones en ese sentido no son pocas. Solo recordar el tema de su anterior disco, El apagón, una denuncia política de la corrupción en su país con el hilo conductor de los cortes eléctricos en muchos países latinoamericanos. También fue de los artistas más activos en pedir la dimisión del gobernador de Puerto Rico Ricardo Roselló, acusado de corrupción. Histórica es ya aquella imagen de él, Residente y Ricky Martin en las calles de San Juan encabezando una marcha contra Roselló, que finalmente dimitió.
El disco se cierra con la reguetonera Un preview, nada casual para los que disfrutan hurgando en los detalles del universo Bunny, que, dicho sea de paso, el artista se esfuerza en alimentar. La canción arranca con un mensaje del cantante: “Ven acá, para ponerte algo, para ponerte un preview de lo que viene después”. Este avance situado justo al final parece ser un mensaje sobre que en los próximos meses llegará un álbum de reguetón. Antes habrá que ver si este nuevo disco a la contra supera los números de los anteriores.
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