Bad Bunny cierra con épica la primera noche del festival de Coachella
El puertorriqueño solo cantó en español por petición del público y la banda Blink 182 hace una aparición sorpresa en la gran cita musical californiana
Coachella, el festival de música más grande de EE UU, arrancó con sorpresas. Los últimos rayos de sol de este viernes bañaron el escenario donde actuaba la banda Blink 182, reunida por primera vez desde 2015. El atardecer entre las montañas del valle era la estampa perfecta para acompañar al grupo que ayudó a definir el sonido del sur de California de finales de los 90. Los organizadores lo sumaron al cartel horas antes de que arrancara una edición que espera reunir a 750.000 personas entre este y el próximo fin de semana. A juzgar por la respuesta, el público aguardaba con impaciencia al grupo estadounidense, cuya gira ha sido retrasada en Latinoamérica. En Estados Unidos, no obstante, miles de seguidores recibieron a Tom DeLonge, Mark Hoppus y Travis Barker cantando sus temas y rompiendo un silencio que había durado ocho años.
“Llamen a la policía, alguien está fumando marihuana aquí abajo”, gritó DeLonge en una de las pausas de su concierto. La broma hacía referencia a la última vez que el grupo estuvo de gira, cuando el consumo de hierba era ilegal. Con su música, Blink 182 también hizo recordar un poco el humor adolescente que los caracteriza y que sumaron al éxito American Pie. Hoppus y DeLonge bromearon sobre las vulvas de sus madres. Entre el público, una pareja bailaba junto a su bebé, que llevaba unos grandes audífonos blancos para evitar el sonido. La niña vestía una pequeña chamarra de mezclilla con los logos de Nirvana, Stone Temple Pilots y otras reliquias del rock del siglo pasado.
Al atardecer se escuchó música del pasado. Además de Blink, Debbie Harry y Blondie llenaban a medias uno de los escenarios pequeños del festival, que se organiza desde 1999 en la comunidad de Indio. Pero el cambio de guardia quedó muy claro en los primeros minutos de la noche. Kaytranada, un DJ nacido en Haití, pero criado en Montreal, reunía la primera gran audiencia de la jornada. Miles de jóvenes bailaban las remezclas de Beyoncé y los temas de 99.9%, el álbum de sonidos caribeños y latinos del músico. Un escenario más allá estaba Burna Boy, un artista nigeriano que se mueve en el sonido afrobeat.
Pero la noche fue del puertorriqueño Bad Bunny. Varias horas antes de que Benito Martínez Ocasio (su nombre real) saliera a cantar al escenario, el “conejo malo” (traducción de su nombre artístico al español) ya estaba allí: en la manera de vestir de muchos. Los sombreros de pescador, el corazón melancólico de Un verano sin ti, las gafas de colores y los pantalones cortos demostraban que el puertorriqueño no solo es una referencia musical, sino también estética.
Algunos asistentes pensaban que Bad Bunny daría una sorpresa temprana al salir a cantar con Gorillaz, la banda de Damon Albarn, la canción Tormenta, que aparece en Cracker Island. No fue así. La estrella se hizo esperar hasta las 23.30, la hora en que estaba programada su actuación. La espera valió la pena.
”I want to ask you a question (Quiero haceros una pregunta)”, preguntó a su público la estrella que ha llevado el español por todo el mundo. “What do you prefer? Me talking in English (¿Qué preferís, que siga hablando inglés) o español?”, añadió. ”¡Español!”, respondió a coro el público. ”Entonces, ustedes mandan”, les contestó Bad Bunny, quien comenzó su actuación cantando desde una plataforma elevada varios metros sobre el escenario.
Durante más de una hora, el artista dejó claro por qué rompió el año pasado los récords de recaudación con dos giras, destronando una marca que tenía Ed Sheeran desde 2018 y llenando pabellones y estadios de varios países. Peinado con trenzas pegadas al cráneo y una de sus gruesas chaquetas de lujo, Bad Bunny hizo bailar a decenas de miles desde que arrancó con Titi me preguntó, un tema que resonó especialmente en el área VIP, donde las entradas se vendieron por más de 1.000 dólares.
“No te hagas la santa que el perreo te encanta”, entonó en La santa, incluido en YHLQMDLG. Su número comenzó con una larga presentación en la que el artista habló de su primera vez en Coachella en 2019. “Míticos personajes han pasado por aquí, una lista legendaria. Lo más increíble es que de tantas y tantos nunca hubo alguien como yo. La primera vez que un Benito cierra una noche épica”, se le escuchó.
Y fue una noche épica. Bad Bunny hizo entrar a la gente en calor. Tuvo en el escenario a Jhay Cortez y a Post Malone, con quien tuvo un extraño momento con La canción y Yonaguini porque no se entendieron para tocar un tema. Además de cantar temas de los tres álbumes que sacó en 2021 y de Un verano sin ti, realizó varias pausas. En una, reprodujo un video didáctico sobre los ritmos latinos y africanos que sirvieron de base para los géneros de América Latina, especialmente el reggaetón. En la otra, Benito Martínez Ocasio se presentó ante el mundo (el festival es emitido a millones vía YouTube) con un monólogo. También saldó cuentas. Pidió no ser juzgado por la versión que crean de él los medios, en referencia a la polémica que dejó su entrevista en la revista Time. Fue criticado por ella en las redes sociales por sus declaraciones sobre el racismo y su peso político en su país natal. “El que quiera la verdad que venga a mi casa. ¿Quién quiere conocerme? ¿Quién quiere venirse pa casa?”, preguntó.
Horas antes, Gorillaz lidió con el entumecimiento que dejaron sobre el público las varias horas de carretera para llegar a Coachella, ubicado al este de Los Ángeles. Aunque interpretaron varios éxitos, entre ellos Kids With Guns, On Melancholy Hill y Dirty Harry, los temas no despertaron del todo a la audiencia. Esto a pesar de que salieron invitados especiales como Bootie Brown y Del The Funky Homosapien. Thundercat participó en el tema que da nombre a Cracker Island, el más reciente disco del grupo de caricaturas. En uno de los momentos más emotivos de la noche, De la Soul salió al escenario junto con Damon Albarn a cantar Feel Good Inc. Pero solo estuvieron dos miembros del influyente grupo de Nueva York, porque Dave Trugoy, La Paloma, el tercer integrante, murió en febrero pasado.
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