Hacia dónde va Shakira: entre los bandazos y la evolución
La cantante colombiana, con muchos frentes abiertos, crea un cisma entre sus seguidores al abrazar los estilos musicales más en boga
Los frentes son tantos y tan morbosos, que cuesta afrontar la figura de Shakira hablando solo de música. Canciones, discos, giras, géneros musicales… Aquí tenemos el objetivo de intentarlo, pero no prometemos que se vaya a conseguir. Porque el debate existe. El dato que no se puede discutir es el siguiente: Shakira ha enderezado una carrera musical que caminaba trastabillada, incluso en semirretiro. Y lo ha hecho en un tiempo récord. La controversia llega con el modo de lograrlo. Esta opinión, expresada por una seguidora, Ana Soriano, de 42 años, representa a la corriente decepcionada: “Shakira ha perdido su esencia. Ya no existe esa artista de pop-rock que escribía letras de enjundia”. Del otro lado da la réplica otro seguidor, Sebas Álvarez, 37 años: “Es una artista que se adapta muy bien a los tiempos”.
Estas dos corrientes las defienden con igual ardor los especialistas. El argentino Pablito Wilson es uno de los grandes expertos en música latina actual y autor del referencial libro Reggaetón: una revolución latina (editorial Liburuak, 2022). Actualmente, Wilson vive en Colombia, la tierra de la protagonista, desde donde responde por teléfono: “Creo que hay que valorar mucho la hazaña de Shakira. Me atrevería a decir que ahora mismo es la artista más grande del mundo. Triunfar como lo está haciendo con más de 40 años me parece un caso inédito”, asegura. Y entra en detalles: “Me parece totalmente coherente su evolución musical. No podría no tenerla. Escuchas canciones como Monotonía [2022] y te das cuenta de que Shakira ha hecho un estudio minucioso por entender las redes sociales hoy, por saber cómo hablan los milenials, los centenials. Y lograr un punto medio entre lo que ella quiere hacer y lo que pega comercialmente”.
Casi desde el inicio de su carrera (principios de los noventa), Shakira (nacida en Barranquilla hace 46 años) publica discos largos cada tres o cuatro años. El periodo de mayor silencio es precisamente ahora, ya que su último trabajo data de 2017 (El Dorado). Seis años ya sin disco nuevo y cinco desde la última gira, en 2018. Lo que sí ha colocado en plataformas son canciones sueltas, motivo del cisma. Todo comenzó con Te felicito (2022), con Rauw Alejandro, llegó a su momento álgido con la celebérrima Session 53 en compañía del productor argentino Bizarrap, y ha continuado con sus dúos con Karol G (TQG), Manuel Turizo (Copa vacía) o, la última, el 20 de septiembre, con el mexicano Fuerza Regida afrontando el género de moda, el corrido tumbado, en El Jefe. A todas les une un idéntico relato (las entretelas de su separación con el exfutbolista Gerard Piqué) y una intención de abrazar los ritmos de moda: reguetón, hip hop, corrido tumbado… Un batiburrillo de géneros que para simplificar se denomina música urbana.
Chucky García es periodista y promotor musical colombiano. Ha entrevistado dos veces a Shakira: una cuando empezaba y otra ya siendo una estrella residente en Miami. “La esencia musical de Shakira habría que matizarla, porque se forma como artista ya en Miami, bajo el asesoramiento y producción de Emilio y Gloria Estefan. O sea, siempre ha sido mainstream [afiliada a la tendencia preponderante]. Ella ya estaba en Miami cuando se hizo grande. Así que no hay mucha esencia de, digamos, artistas de autor tipo Tom Waits. Por eso no siento que esté traicionando nada. Siempre ha sido una artista de tendencias y creo que últimamente lo ha corroborado. Si mañana se pone en boga, por ejemplo, algo llamado flamenco corrido tumbado, ella va a hacer una canción de eso”, explica desde Colombia. Dicho esto, García ve un cambio importante en sus últimos movimientos: “Los discos que más le gustan a la gente de Shakira, como Pies descalzos [1995] o ¿Dónde están los ladrones? [1998], tienen un concepto de álbum, es pop-rock latino de calidad. Lo que está haciendo ahora musicalmente es abrazar la tendencia que más pega. Eso sí que es criticable. Es una artista que tiene una buena carrera madura, pero ahora está dando saltitos de un lado a otro buscando la tendencia del momento. No es entendible, porque no estamos hablando de una cantante que está empezando y necesita visibilidad: ella ya tiene toda la visibilidad del mundo”.
Las etapas de Shakira se pueden dividir, simplificando, en tres, que conforman 30 años de carrera: la de los noventa y los primeros 2000, donde pule un estilo de cantautora pop-rock latina con temas como Antología, Estoy aquí, Ciega, Sordomuda o Suerte; una segunda donde comienza a experimentar con géneros bailables e interactuar con artistas (Residente, Alejandro Sanz, Rihanna…), con temas como Hips Don’t Lie, Las de la intuición o Loba (el célebre Waka Waka, tema oficial del mundial de Sudáfrica 2010, es de esta época), y esta última de acercamiento a las músicas urbanas y temática de ruptura. En todas ellas ha tenido canciones en los primeros puestos de las listas de ventas. En cuanto al directo, la colombiana demostró desde sus inicios un gran poderío escénico alabado en todos los foros. Y no hay que olvidar en este breve repaso sus dos momentos de gloria, sobre todo porque fueron ante millones de personas gracias a la televisión: la actuación de la Super Bowl de 2020 junto a Jennifer Lopez (considerado el mejor intermedio musical en la historia de este evento) y los 10 minutos de actuación en los MTV Video Music Awards de septiembre.
No es la primera vez que Shakira trata el tema del desengaño amoroso en sus canciones, pero sí que lo hace de una forma tan explícita hacia una persona en concreto. Aïda Camprubí es periodista musical especializada en nuevos géneros. Camprubí habla por teléfono desde Barcelona sobre la temática de las nuevas canciones de la colombiana: “Es una mujer empoderándose a través del despecho. Y eso se utiliza contra ella. A las mujeres se nos juzga mucho cuando nos ponemos duras. Pero cuando los tíos dicen cosas duras en las letras no se los juzga tanto. Están asumidos en los hombres estos discursos porque se asocian a la dureza, la masculinidad, a alguien fuerte… Las mujeres siempre han cantado de rupturas, pero normalmente desde la pena y el abandono. Y ahora lo hacen desde la rabia. Y una mujer cantando desde la rabia impone mucho. Parece que no gusta ver a mujeres rabiosas. No sé por qué tenemos que expresarnos desde sentimientos bonitos y vulnerables, también podemos cantar desde sentimientos bestias: es muy edificante”.
Sobre sus colaboraciones con Bizarrap, Karol G o su inmersión en los corridos tumbados, Camprubí apunta: “Es supernormal que se fije en los géneros de ahora. Shakira siempre ha probado cosas muy distintas. Es una fase natural en una artista inquieta, como es ella. No son bandazos: es una artista evolucionando. Te puede gustar más o menos, pero una artista se merece pasar por todas las fases que considere”. Wilson va más allá: “Shakira tiene impacto, legado y vigencia. Tiene una serie de valores que no veo en ninguno de los artistas pop del momento. Por ejemplo, a Bad Bunny le falta legado; Taylor Swift tiene mucho impacto en Estados Unidos, pero no tanto en Latinoamérica, y Madonna tiene legado, pero ya perdió vigencia”. Los siguientes pasos de Shakira pasan ineludiblemente por completar un disco y, sobre todo, por salir de gira. Por muchas escuchas que tengan sus nuevos temas, el grueso del dinero proviene actualmente del directo. En su única entrevista larga desde que comenzó su nueva etapa, en la revista Billboard, la cantante asegura que las dos cosas llegarán en 2024. “Mi música ha tomado nuevos vuelos. Cuando comenzó el año y obtuve el primer número uno, y luego otro…, pensé: ‘Esto no puede estar pasándome a mí a los 46 años’. Fue emocionante romper moldes y reinventar paradigmas: así es como se cambian las cosas”.
En 1999, Gabriel García Márquez dedicó un amplio reportaje a su compatriota. Shakira tenía entonces 22 años y ya había editado cuatro discos largos. El premio Nobel escribió: “La música de Shakira tiene una impronta personal que no se parece a la de nadie y nadie la canta ni la baila como ella a ninguna edad, con una sensualidad inocente que parece inventada por ella”. Hoy, la figura de la colombiana no admite discusión en su país. “Hay unanimidad en que es una heroína”, señala el colombiano Chucky García. Y añade: “Para el 90% es intocable. Incluso cuando pasó lo de Hacienda la mayoría la justificaba. Decían: ‘Bueno, los españoles vinieron hace 500 años y se llevaron el oro, así que ahora no pasa nada si ella defraudó a la Hacienda española [risas]”. Al final, como leen, nos acabamos desviando de la música.
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