Los retratos de 300 mujeres anónimas a las que Ronda quiere poner nombre
La Real Maestranza de Caballería de la ciudad malagueña se reta a identificar a las protagonistas de una colección de retratos fotográficos de los años cuarenta del siglo pasado como parte de su 450º aniversario
La mayoría miran a la cámara. Lo hacen con seriedad o sonriendo, con joyas en el cuello o ropas sencillas. Tienen peinados de otra época y muchas posan en solitario, aunque hay también grupos que hacen pensar en parentescos familiares. Su principal característica es que todas las protagonistas son mujeres. También que son anónimas. Nadie sabe el nombre de las vecinas de Ronda (Málaga, 33.401 habitantes) que protagonizan las más de 300 fotografías que han sido puestas a disposición en la Real Maestranza de Caballería de esta ciudad malagueña por un aficionado. La entidad se ha marcado ahora como objetivo identificar a cada una de las retratadas. Es la guinda de Documenta Ronda, uno de los proyectos con los que se celebra el 450º aniversario de la institución, que tiene como objetivo difundir el archivo y, a la vez, aumentarlo mediante la participación ciudadana.
Fue el comerciante Claudio Carrillo el que encontró los negativos en la basura hace unos 25 años. Vio que cerraban un histórico estudio frente a su tienda de regalos, El Pensamiento, y le llamaron la atención unas placas de vidrio. “Me quedé con unas cuantas y también con otros negativos de seis por cuatro”, recuerda. Lo guardó todo hasta que hace un año le habló de las piezas a un amigo, electricista y aficionado a la fotografía. Éste alucinó y se llevó un par de regalo. “Eran de figuras femeninas, como el resto del material. Me propuse positivarlas, pero requería mucho dinero”, explica Carlos Ponce, que soñaba con poder dar nombre y apellido a esas mujeres. A principios de año, una conocida le habló de Documenta Ronda. Fue a la Maestranza a plantearles su idea. “Cuando vimos las imágenes fue una enorme sorpresa”, cuenta el archivero Francisco Rosales, que destaca que los negativos estaban perfectamente guardados y conservados.
Poco a poco se han ido recuperando datos para conocer el origen de las fotografías, que en las que aparecen siempre una o varias mujeres —en grupos, como mucho, de tres o cuatro— y de manera excepcional a algunos niños. Todas tienen entre 70 y 80 años de antigüedad y se cree que en algunos casos sus protagonistas son familia “por la posición que tienen y por sus rasgos parecidos”, explica Rosales, quien cree que estos documentos “son muy especiales”. Aún están bajo análisis, pero en un primer vistazo se observa, por ejemplo, que las prendas de vestir que llevan unas y otras parecen indicar la capacidad económica de las mujeres. Hay joyas que se repiten y, se cree, ello se debe a que formaban parte del atrezo del estudio donde se tomaron, como los fondos o la ropa. “El encuadre, que en muchas deja solo ver el busto y la cara, funciona como un catálogo de sociología”, destaca el fotógrafo Daniel Pérez.
Participación ciudadana
La autoría de este singular quién es quién no está cien por cien confirmada, pero todo apunta a que fueron tomadas por Miguel Martín, quien dirigía uno de los escasos estudios fotográficos existentes en la localidad en los años cuarenta y que estaba justo frente al establecimiento de Claudio Carillo en la Carrera Espinel, principal vía comercial de Ronda. Martín formaba parte de una saga de retratistas que, poco a poco, pasaron de la pintura a la fotografía. “Lo primero era accesible solo para familias adineradas, porque era un trabajo caro. Lo segundo, no tanto”, afirma Rosales, que destaca a Martín como una de las personas que mejor documentaron Ronda durante el siglo pasado. Hay fotos suyas de Antonio Ordóñez y Ernest Hemingway junto a otros toreros que aún se venden en comercios del centro del municipio a los turistas. Pero también hay imágenes de la corrida goyesca, de los paisajes del entorno o de la vida cotidiana. Además, realizó una serie dedicada al urbanismo que permite conocer cómo fueron cambiando las calles rondeñas a lo largo de los años. Algunas no tienen nada que ver con las actuales.
La Real Maestranza de Caballería se ha propuesto seguir con la idea de Ponce y sacar del anonimato a las mujeres que protagonizan esta colección de retratos que funciona casi como un proyecto cerrado. El primer paso ha sido digitalizar los negativos. El segundo va a ser pedir la colaboración ciudadana para intentar identificar a las protagonistas. Lo harán a través del canal más popular: las redes sociales. En marzo lanzaron el grupo Documenta Ronda en Facebook, con el que, precisamente, nació esta iniciativa enmarcada dentro del 450º aniversario. Ahí van subiendo el archivo propio —formado por varios miles de fotografías— e invitan también a los rondeños a subir las suyas para, entre todos, ampliar el fondo de la institución y dar un tratamiento con criterios profesional a esos documentos gráficos, que serán puestos a disposición de los investigadores. “La temática es muy variada: actos populares, entregas de diplomas, un equipo de fútbol. A veces tenemos información, otras no. Los vecinos van indicando si recuerdan quiénes son los personajes y de ahí tiramos del hilo para completar la documentación”, explica Miguel Ángel Sánchez, que se encarga de las redes.
“La iniciativa ha tenido un efecto llamada importante. Queríamos sacar el archivo a la calle y lo hemos conseguido”, añade Ignacio Herrera, director de la Real Maestranza de Caballería de Ronda, que cree que la colección de fotografías de mujeres será la estrella de las próximas publicaciones y confía en que sean sus propios descendientes y familiares quienes puedan ir poniendo nombre a cada una de las retratadas. Las imágenes formarán parte el próximo 13 de julio del fin de fiesta de la primera edición de Documenta Ronda, evento que se espera repetir cada dos años. La monumental plaza de toros acogerá entonces la emisión de un vídeo en una pantalla de 45 metros cuadrados donde se incluirán algunos de los fondos más emotivos e interesantes del organismo, tanto de los que ya formaban parte del archivo como los que han ido llegando en los últimos meses gracias a la colaboración ciudadana.
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