Fallece a los 79 años el diestro José Fuentes, figura de los años 60

El diestro retirado José Fuentes Sánchez, de 79 años, ha fallecido este lunes en el hospital de San Lázaro de de Sevilla, donde se encontraba ingresado para paliar las irreversibles consecuencias de una larga enfermedad, según han informado a EFE fuentes familiares. Sus restos mortales serán trasladados a su Linares natal, y serán velados en la cripta del hospital de los Marqueses de Linares.

Fuentes nació el 6 de febrero de 1944, y trabajó como aprendiz de zapatero al tiempo que iba despertando grandes expectativas como “aficionado” en los tentaderos de las ganaderías de la provincia de Jaén.

De ese gran ambiente del aspirante, sin que Fuentes hubiera siquiera debutado de luces, también supo el famoso apoderado Rafael Sánchez, El Pipo, que en el invierno de 1962 buscaba dar un nuevo golpe de efecto después de que El Cordobés, al que había lanzado, decidiera unilateralmente romper la relación profesional que les unía.

El Pipo comenzó así a trabajar con Fuentes desde sus primeros pasos, haciéndole debutar con picadores en Linares el 9 de abril de ese mismo año y consiguiéndole más de cien contratos como novillero, apoyándose en la gran facilidad lidiadora que ya entonces mostraba el joven torero jiennense.

Y, con la sagacidad que siempre le caracterizó, el célebre apoderado ideó para él, jugando perfectamente con la historia del toreo y su lugar de origen, un magnífico lema publicitario que, en alusión a la tragedia de Manolete, tuvo un tremendo impacto entre los aficionados: “Linares se lo llevó, Linares nos lo devuelve”.

El gran Antonio Ordóñez, como entonces acostumbraba hacer, fue el padrino tanto de la alternativa de José Fuentes en Málaga —18 de abril de 1965, con toros de Carlos Núñez— como de su confirmación en Madrid —el siguiente 30 de mayo, con astados de Pablo Romero—, corridas que acabaron por instalarle en la primera fila de figuras de la competida década de los sesenta.

El nuevo torero de Linares alternó con la élite durante sus tres primeras temporadas como matador, pero por una cierta desidia y a falta de una mayor regularidad sus contratos descendieron durante la siguiente década, en la que además sufrió, en la feria de Huesca de 1975, una gravísima cornada en el cuello que le paralizó la mitad del rostro.

Aun así, Fuentes se mantuvo en activo para lograr, el 12 de octubre de 1981, su única salida a hombros de Las Ventas, cuando desorejó a una corrida de los hermanos Fraile y venció por fin las reticencias de una afición que siempre le discutió la que consideraba una “sospechosa” facilidad lidiadora, a pesar de que llegó a concederle hasta diez orejas.

Con idas y venidas y tras estoquear una corrida de Miura en la plaza de su tierra, el maestro linarense hizo su último paseíllo vestido de luces el 18 de junio de 1999 en Écija, junto a El Juli y Enrique Ponce, torero este que contó con las valiosas enseñanzas de Fuentes durante su preparación en tierras de Jaén en sus años de precoz adolescencia torera.

En una visión más general, la aparición en los ruedos de José Fuentes se enmarca en la época en que Linares fue un fértil semillero de toreros, como si la muerte de Manolete en su ruedo en 1947 hubiera servido también para fomentar las vocaciones de decenas de chavales.

De toda esa cosecha de toreros de la tierra también llegaron a lo más alto Curro Vázquez y Palomo Linares, pero fue el espigado Fuentes quien antes se destacó por hacer un toreo de sutil calidad, envuelto además, gracias a su espigada figura, en una personalidad elegante y muy “amanoletada”.

A falta de una mayor determinación, y envuelto en una cierta frialdad expresiva, Fuentes no se mantuvo mucho tiempo en la cumbre, pero durante su largo paso por los ruedos, y más allá del relato oficial, fue siempre uno de los toreros más respetados por los profesionales, admiradores de su reconocida maestría frente al toro.